La Foradada de Cantonigròs, un rincón de cuento de hadas
La comarca catalana de Osona está llena de rincones de una belleza única, pero destaca uno donde el agua, las rocas y la luz hacen creer en cuentos de hadas, La Foradada de Cantonigròs.
La comarca catalana de Osona está llena de rincones de una belleza única, pero destaca uno donde el agua, las rocas y la luz hacen creer en cuentos de hadas, La Foradada de Cantonigròs.
Desde antiguo el hombre ha necesitado trazar caminos para desplazarse, y los rebaños también han necesitado desplazarse por otros caminos, las cañadas. En Alpens vamos a conocer algunos de los caminos ganaderos del Lluçanès.
El Turó de l’Home es el techo del macizo del Montseny. Desde su cima podemos ver toda Catalunya. Y cerca de allí está el abetal más meridional de Europa, la Avetosa de Passavets. La primavera es un buen momento para conocer estos lugares.
La sierra del Montseny está formada por tres conjuntos montañosos: por un lado el Turó de l’Home y las Agudes, por otro el Matagalls, y finalmente por el Pla de la Calma, una meseta que constituye uno de los contrafuertes del macizo. En este circuito vamos a acceder a ella desde el vecino Turó de Tagamanent.
En lo más profundo de un bosque cerca de Santa Maria de Besora la vegetación digiere lentamente un antiguo molino mientras un salto de agua de 25 metros rompe el silencio, el Molí del Mir.
Acostumbrados a ver Montserrat desde el lado del monasterio, en el otro lado las Agulles i Frares Encantats hacen las delicias de los escaladores. Nosotros no vamos a escalar pero sí vamos a verlos desde muy cerca.
Construídos a finales del siglo XIX y principios del XX para abastecer de agua una colonia agrícola, la naturaleza ha integrado los Estanys de Graugés en el paisaje, y vale la pena hacerles una visita.
El Parc Fluvial del Ripoll, en las afueras de Sabadell, es un intento de recuperar las zonas degradadas alrededor del río. En este parque hay interesantes rincones para descubrir y fotografiar.
La Sierra de Collserola es un macizo montañoso que separa el Vallès Occidental del área metropolitana de Barcelona. Desde sus cerros (turons en catalán) gozamos de unas vistas privilegiadas.
El agua es vida, y prueba de ello es la exuberante vegetación que se desarrolla en primavera alrededor de la Riera de Rupit. Si ya la visitaste en invierno, no puedes perderte verla en primavera.