El Torrent de Colobrers y la Ermita de Togores

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El agua es vida, y el estar al lado de un río es un privilegio y una garantía de prosperidad. Desde los principios de la historia de la Humanidad, las ciudades más prósperas siempre han tenido un río. Sabadell, en la comarca barcelonesa del Vallès Occidental, le debe mucho a su río, el Ripoll. Este río, afluente del Besòs y que recibe aguas del río Tort, del Torrent de Colobrers y del de Ribatallada entre otros, ha contribuido al desarrollo de esta ciudad. Ha dado energía a los molinos de harina y a los de papel, ha regado los huertos y campos que han abastecido a la población, y ha alimentado a la maquinaria de la industria textil. Sin embargo el desmedido crecimiento urbano e industrial de la zona en la mitad del siglo XX acabó degradando el río y su entorno hasta el punto de quedar en el olvido. No fue hasta finales del siglo pasado que se desarrolló un plan de recuperación integral del río Ripoll y hoy en día ya podemos disfrutar de él, en lo que se llama el Parc Fluvial del riu Ripoll.

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CÓMO LLEGAR        EL TIEMPO

El Torrent de Colobrers, también conocido como Torrent de La Tosca, de Can Pagès o la Boca del Llop, nace en Castellar del Vallès y desemboca en el Ripoll cerca del puente de Castellar. Con apenas 6km es uno de los tesoros naturales de los alrededores de Sabadell. Gran parte de su recorrido consiste en un pequeño desfiladero lleno de una exuberante vegetación de ribera. Las fotos que había visto hasta el momento del Torrent de Colobrers y su entorno me animaron mucho a visitarlo, pero cuando llegó el momento y fui este pasado mes de marzo me encontré con un panorama muy desolador, como podrás comprobar en las fotos que hice y que documentan este circuito. Gran parte de la vegetación había sido «limpiada» y los grandes árboles talados y troceados. El sendero estaba lleno de troncos a ambos lados. La verdad es que se me cayó el alma al suelo y pensé en guardar la cámara, porque aquello había perdido el interés para mí. Pensé que a quién se le había ocurrido tal atrocidad, pero ya en casa me documenté y me enteré que el pasado mes de diciembre la Agència Catalana de l’Aigua había estado realizando tareas de limpieza para retirar todos los árboles que un vendaval arrancó en la zona del Vallès Occidental el otoño pasado. Y la verdad es que dada la naturaleza del torrente, que se llena con el agua de las lluvias «torrenciales«, lo que menos convenía es que hubiera obstáculos en el curso del mismo que evitaran el desagüe de esa agua de lluvia. Así que espero que en un futuro próximo se regenere la vegetación del Torrent de Colobrers y vuelva a lucir como había visto en fotos.

El circuito que propongo aquí es una ruta circular de poco más de 8 km, sin apenas dificultad, y que se puede hacer con niños que estén acostumbrados a caminar. Como en todos los itinerarios próximos a áreas urbanas, es preferible ir en día laborable o a malas en sábado, ya que los domingos se llena bastante de gente y pierde un poco el encanto. Además también lo frecuentan ciclistas de BTT aunque en el tramo que discurre por el Torrent de Colobrers esté prohibido su uso. Así que precaución.

Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.

El itinerario empieza al lado del restaurante Can Pagès, justo en el lado derecho. Podemos dejar el coche en el camino, algo más abajo del restaurante en lugar de dejarlo en el aparcamiento de los clientes, por motivos obvios. El inicio está debidamente señalizado y nos obliga a pasar por una pequeña valla de madera que está para que no pasen los ciclistas, aunque estos levantan sus bicicletas por encima de sus cabezas y acaban pasando igual. El sendero se encuentra rápidamente con el Torrent de Colobrers y circulará paralelo a él pasando varias veces de una orilla a otra por pequeños puentes de madera. A pesar del esfuerzo de recuperación de estos años aún hay rincones que recuerdan la intensa actividad agrícola y forestal de la zona a lo largo de la historia.

Lo que parece un huerto o un cobertizo en el entorno del Torrent de Colobres

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/30″, 18mm, ISO 1250

Cuando apenas no llevamos ni 300 caminados llegamos a una señal que nos indica la Font de la Tosca, a la izquierda del camino. Se trata de dos grietas verticales en la roca, cubiertas de vegetación, de las que mana agua que va a parar al torrente. El entorno no estaba muy cuidado y el sol y las sombras no ayudaban a tomar una buena foto.

Font de la Tosca

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/50″, 18mm, ISO 100

Poco más arriba, y también en la orilla izquierda del torrente, nos encontramos con la Font dels Degotalls, un lugar donde el agua mana de la vegetación que cuelga de la roca. Al estar a la sombra, si el sol incide lateralmente podemos intentar hacer unas fotos para captar las gotas de agua iluminadas.

Font dels Degotalls

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/125″, 70mm, ISO 1600

Da gusto ver cómo rezuma agua del musgo que cubre la roca, como si fuera lluvia. Al menos esta imagen es un consuelo habiendo visto lo destartalado que está el camino hasta este lugar, que como aquel que dice, acaba de empezar.

Musgo rezumando agua en la Font dels Degotalls

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/80″, 50mm, ISO 320

En torno a los 600 metros del itinerario llegamos al lugar «estrella» del Torrent de Colobrers, el hueco en la roca llamado La Foradada o «La Boca del Llop«. Este pequeño túnel se excavó para hacer pasar el agua del torrente y ganar el espacio de la izquierda para cultivo, aunque ahora al recuperar el torrente se ha construido un muro para que el agua vuelva a seguir su curso natural, y han dejado un agujero por el que baja agua cuando hay buen caudal. El lugar lo habría visto en fotos y me atraía por su atmósfera mágica de cueva, vegetación espesa y chorro de agua, pero cuando llegué lo encontré con este lamentable aspecto.

La Foradada, o Boca del Llop, imagen icónica del Torrent de Colobrers

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/30″, 18mm, ISO 400, modo HDR

A pesar de todo he escogido esta foto como imagen del artículo porque representa el lugar más emblemático y conocido del Torrent de Colobrers. Quizás hubiera sido mejor una foto desde el otro lado, donde acaba el tronco que está apoyado en el muro de piedras, pero había demasiada gente rondando por la zona y hubiera tenido que esperar una eternidad, aquí que proseguí la ruta.

Al otro lado del túnel, en la parte de arriba, hay una pequeña explanada y a ambos lados del torrente se acumulaban troncos de la tala de árboles. Alguien había pintado caras en los cortes de algunos de ellos, lo que le daba un aire divertido a ese lugar tan triste.

Troncos alegres

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/50″, 30mm, ISO 800

Me imagino este lugar fresco y sombrío casi cubierto por las hojas de los árboles… que ahora ya no están, que sólo quedan sus troncos apilados esperando que alguien se los lleve.

Troncos a ambos lados

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/30″, 18mm, ISO 500

Para no pensar más en los árboles concentro la atención en el agua del torrente. No baja mucha aunque llovió días atrás, pero al menos el agua es cristalina.

Retención de hojas

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/100″, 85mm, ISO 1600

La corriente de agua

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/80″, 50mm, ISO 1600

Llegamos a un lugar donde parece que no han cortado tantos árboles y mirando hacia atrás nos podemos hacer una idea de cómo era antes el torrente y el camino que estamos siguiendo, teniendo en cuenta que estamos a finales de marzo y la vegetación aún no ha despertado.

El torrente y el camino

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/40″, 22mm, ISO 100

La fuerza del agua en un tramo del torrente con algo más de desnivel ha desnudado las raíces de los plátanos en la orilla. Las diferentes raíces se separan y se vuelve a unir, y crean formas que hacen trabajar la imaginación.

Raíces desnudas

Sony A-580, DT 18-250, f/9, 1/60″, 35mm, ISO 100

La primavera empieza a manifestarse en algunos frutales silvestres, y los pétalos iluminados de las flores contrastan con la oscuridad del lado sombrío del desfiladero.

Primavera floreciente

Sony A-580, DT 18-250, f/5.6, 1/200″, 130mm, ISO 200

Cuando llevamos caminado 1 km subimos un pequeño repecho para llegar a una carretera sin asfaltar. Lo seguimos hacia la izquierda y a menos de 200 llegamos a la balsa y la Font de Can Moragues. Allí podemos descansar unos minutos. No hice fotos porque había mucha gente por la zona, entre senderistas charlando, niños jugando, y familias enteras llenando garrafas de agua de la fuente.

Después de este merecido descanso, aunque sólo llevemos poco más de un kilómetro, volvemos hacia atrás, y cuando llegamos al lugar donde nos incorporamos a esta pista, nosotros seguimos por ella. Tras cerca de 500 metros, sobre el km 1,8 de nuestro circuito, llegamos a Can Moragues y su «aeródromo» de ultraligeros. En esta época del año empieza a brotar el cereal.

El aeródromo de Can Moragues

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/125″, 18mm, ISO 100

Estamos en el punto de más altitud de todo el circuito. Seguimos por la pista, rodeando el aeródromo por la parte Norte, y casi en el kilómetro 2,3 llegamos a un cruce de caminos. Recto se va a Can Vilà, pero nosotros tomamos el camino de la derecha, que sigue circunlavando el aeródromo de Can Moragues.

Entre el kilómetro 2,7 y 2,8 llegamos nos encontramos un desvío señalizado. Detrás de la señal, el aeródromo y al fondo Sant Llorenç de Munt, «La Mola«, bajo un precioso cielo primaveral.

Al fondo La Mola

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/250″, 24mm, ISO 100

Toda esta zona que acabamos de recorrer rodeando el aeródromo de Can Moragues es un bosque de pinos que fue arrasado por el viento del otoño del 2015 tal como he comentado al principio de este circuito. Es cierto que no se aprecia mucho el efecto porque aún hay muchos árboles en pie y los caídos ya han sido retirados, pero por la separación que hay entre árboles y los claros que hay en algunos sitios nos podemos hacer una idea de la dimensión de la catástrofe. Claro que mejor esto que no un incendio. La caída de los árboles, arrancados del suelo de raíz devuelven a la superficie algunas cosas que estaban enterradas, como los despojos de un perro que su amo debió enterrar al pie de un árbol en una bolsa hace muchos años.

Cráneo de perro enterrado al pie de un árbol arrancado por el viento

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/160″, 100mm, ISO 640

Dada la proximidad del cráneo y la lejanía del fondo preferí cerrar el diafragma a f/11 para conseguir tener todo el cráneo enfocado y el fondo totalmente desenfocado con efecto bokeh. Para comprobar la profundidad de campo antes de disparar es muy útil el botón de la cámara para tal efecto. Cuando encuadras con el visor óptico el diafragma está abierto al máximo para que entre más luz (los visores ópticos suelen tener poca luminosidad). En el momento que pulsas ese botón el diafragma se cierra hasta el valor que has fijado y así puedes ver el efecto sobre la profundidad de campo.

Tomamos el camino que lleva a Togores, llano y casi en línea recta, atravesando lo que queda de pineda devastada por el viento. En el kilómetro 3,7 de nuestro itinerario llegamos al lugar que antiguamente fue una «quadra» medieval (un territorio concedido a un caballero, y de categoría inferior a un castillo), y donde hoy hay una ermita románica y una masía. El lugar realmente es bonito, muy fotogénico en primavera gracias a la floración de un enorme ciruelo rojo que hay delante de la masía.

Flores de ciruelo rojo

Sony A-580, DT 18-250, f/16, 1/400″, 250mm, ISO 400

Como tiramos con focal muy larga (250mm) y el árbol no está lejos cerramos mucho el diafragma (f/16) para obtener bastante profundidad de campo y que así queden enfocadas casi todas las flores del primer plano.

Hay bastante gente rondando por el lugar. Unos senderistas se han sentado en el escalón de entrada de la ermita de Togores. Me espero a que se levanten, y cuando pasan por detrás de los cipreses aprovecho para hacer la siguiente foto. No me gusta usar el pincel de clonar como hacen muchos fotógrafos para borrar a la gente de sus fotos.

Bonita vista de la fachada de la ermita de Togores con el ciruelo en flor

Sony A-580, DT 18-250, f/13, 1/60″, 18mm, ISO 100

Un numeroso grupo de gente ocupa el punto exacto desde el que quiero hacer una foto, así que hago tiempo a ver si se van. Mientras tanto me dedico a fotografiar el ciruelo. Esta vez me interesa un plano muy cerrado del ciruelo y desenfocar el fondo para concentrar la atención en unas pocas flores. Para ello abro al máximo el diafragma, pero no encuentro una composición que me guste entre tanta rama y tanta flor. Finalmente encuentro un encuadre que me gusta aplicando la regla de los tercios (más o menos) en la zona enfocada y dibujando una diagonal con la rama.

Componiendo un plano cerrado del ciruelo

Sony A-580, DT 18-250, f/5.6, 1/800″, 110mm, ISO 100

El grupo de gente parece estar muy a gusto, y yo también fotografiando el ciruelo, en esta ocasión con un contrapicado para poner de fondo el cielo y dar protagonismo a unas nubecillas que parecen querer deshilacharse. También busco dar luz a las flores para que contrasten con el cielo, por lo que busco un ángulo donde incida adecuadamente la luz del sol sobre ellas… y de propina se me cuela un «flare» (destello) que no me desagrada del todo.

Componiendo con el cielo

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/200″, 22mm, ISO 100

¡Por fin se han ido! Corro hacia el lugar donde tengo que hacer esta foto, y disparo.

La postal de Togores

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/125″, 18mm, ISO 100

Como estoy a un nivel algo más bajo que la base de la ermita y la masía y quiero que salgan enteros los cipreses tengo que levantar el plano, lo que provoca esta distorsión de perspectiva, que si bien no me gusta, son las leyes de la geometría y se tienen que aceptar.

Seguimos nuestro recorrido por el sendero que rodea Togores por el Oeste. Este sendero va a parar a una pista que baja en dirección SE. Sobre el kilómetro 4,4 la pista se acaba y continúa como un sendero con una bajada pronunciada que va a parar al río Tort. La maleza dificulta el avance en algunos tramos de este sector. Durante unos metros caminamos al lado del río hasta que sobre el kilómetro 4,6 llegamos a una pista. Giramos a la derecha y seguimos la pista cuesta arriba. Al poco, sobre el kilómetro 4,8 pasamos al lado de la Torre del Canonge, lo que queda de una antigua masía del siglo XII. Las nubes y la luz sobre las flores de los árboles dan un toque de belleza a este lugar tan ruinoso.

La Torre del Canonge

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/100″, 18mm, ISO 100

Seguimos por la pista pasando por al lado de una explotación agrícola. En el cruce del km 5 seguimos recto, y sobre el 5,1 tomamos el desvío que baja hacia la derecha. Este tramo del camino no me despertó ningún interés fotográfico, pero cada persona es un mundo y a lo mejor tú sacas alguna foto buena de aquí. En el kilómetro 5,7 seguimos por la izquierda, y sobre el 6 pasamos al lado del Molí de l’Amat, la «civilización«. A la izquierda vemos asomar entre la vegetación la chimenea de la máquina de vapor del antiguo molino. Rodeamos esta instalación girando a la derecha por lo que parece un parque, y al llegar casi al río Ripoll tomamos el camino de la derecha que discurre paralelo al río. Sobre el kilómetro 6,9 pasamos por al lado de las balsas de la depuradora biológica de Can Roqueta. En ellas hay vegetación típica de marismas, y alguna que otra ave acuática.

Balsa de la depuradora de Can Roqueta

Sony A-580, DT 18-250, f/6.3, 1/400″, 250mm, ISO 125

En estas instalaciones se tratan las aguas antes de vertirlas al río Ripoll. La verdad es que el trabajo de recuperación ha convertido esta parte del río Ripoll en un lugar donde pasear y poder disfrutar del domingo, como por ejemplo lo está haciendo toda esta gente en una zona de barbacoas al lado de Can Jonqueres.

Barcaboas en Can Jonqueres

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/100″, 35mm, ISO 100

Seguimos caminando a orillas del río Ripoll y pasamos por la zona de huertos llamada El Prat Vell. Al lado de muros y casetas de calidad se encuentras otras muchas hechas de retales y restos de obras.

En el Prat Vell, a orillas del río Ripoll

Sony A-580, DT 18-250, f/11, 1/160″, 30mm, ISO 100

Sobre el km 7,8 dejamos a nuestra izquierda un puente peatonal que cruza el río Ripoll y al poco el camino da un giro hacia la derecha en dirección a Can Pagès, donde hemos dejado el coche. Poco antes del final del circuito pasamos por delante del camino que lleva a Can Garriga, otra de las masías importantes de esta zona.

Y hasta aquí este agradable y sencillo recorrido por el Parc Fluvial del río Ripoll. Voy a dejar pasar un poco de tiempo es posible que lo vuelva a repetir a ver si la vegetación se ha recuperado y así poder hacer las fotos que quería hacer. Y espero que si te animas y lo haces, te lo encuentres mejor que yo. Ya me contarás.

Cómo llegar al Torrent de Colobrers

Previsión meteorológica

TRACK GPS        FOTOGALERÍA


 

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4 thoughts on “El Torrent de Colobrers y la Ermita de Togores

  • Casualmente yo me lo encontré textualmente como describes!!!
    Una pena, el año pasado exactamente hoy día 21 de junio del 2015, estaba todo precioso!
    Habrá q dejar pasar unos años más…
    Muy buen post!
    Congrats!!!
    😉

     
    • Bueno, era marzo y aún no había salido todo lo verde, pero lo que son los árboles tardarán un poco en estar como antes.
      Gracias por pasarte por aqui. Ya estoy preparando la siguiente entrega.

       

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