Viladrau es un encantador pueblo de la comarca barcelonesa de Osona, aunque el municipio pertenece a la provincia de Girona. Situado al norte del Parc Natural del Montseny, es lugar de leyendas de bandoleros, de damas de agua y de brujas, quizás debido a su entorno de bosque de hadas repleto de fuentes y rincones mágicos. Vamos a sumergirnos en él recorriendo el conocido Sender del Castanyer de les Nou Branques (Sendero del Castaño de las Nueve Ramas), y a la vuelta descubriremos otros rincones mágicos en el mismo casco urbano de Viladrau.

 

El recorrido por el Sender del Castanyer de les Nou Branques: track y recomendaciones

El Sender del Castanyer de les Nou Branques, o SL-C81, es un recorrido circular de poco menos de 4 km, pero nosotros lo vamos a alargar algo más por el casco urbano de Viladrau hasta llegar casi a los 8km. Aún así es un itinerario fácil y asequible que se puede hacer con niños. No hay mucho desnivel acumulado pero sí alguna cuesta que nos hará pararnos unos segundos a tomar aire. En cuanto a equipamiento, como siempre calzado cómodo de senderismo y algo de ropa de abrigo en otoño e invierno, y puede que también en primavera dado que parte del recorrido es por bosques húmedos al norte del Matagalls. Yo fui en noviembre del 2019 y el ambiente era fresco. Y aunque abundan las fuentes por el camino, el agua de éstas no está tratada, así que mejor llevar agua potable encima.

TRACK GPS

El entorno y su relieve

Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en en el + y en el – bajo la barra de reproducción para cambiar la velocidad.

La excursión y las fotos

Km 0,0 – Aparcamiento de Viladrau

Empezamos en un amplio aparcamiento en el centro del pueblo (coordenadas 41.848013, 2.389298), junto a una explanada donde cada 31 de octubre se representa el Ball de les Bruixes. Una vez aparcado el coche seguimos por la calle restringida al tráfico.

A los pocos metros encontramos a nuestra izquierda una escalinata que lleva hasta la iglesia parroquial de Sant Martí. Subimos por ella.

Aunque es de origen románico (siglo XI), la mayor parte de la iglesia es de estilo barroco, como la fachada, datada en 1769.

Desde allí seguimos hacia la Plaça Major, y una vez allí a la derecha hacia el Hostal Bofill.

Ramon Bofill i Gallés (1858-1931) fue uno de los primeros dentistas de España. Una gran parte de la burguesía de Barcelona eran pacientes suyos, y a los que además tenían enfermedades respiratorias les recomendaba recuperarse de ellas en Viladrau. Pronto se extendió entre la burguesía la costumbre de veranear en Viladrau. Cuando empezaba el calor en la ciudad a finales de junio cerraban sus casa y se trasladaban a Viladrau donde permanecían hasta finales de septiembre.

El Hotel Bofill se inauguró en agosto de 1898. Fue construido por el arquitecto Jose Doménech i Estepá por encargo del Dr. Ramon Bofill. Contaba inicialmente con 50 habitaciones y abría sólo 4 meses al año. En 1910 se construyó detrás un anexo para acoger las actividades del «Casino del Hotel Bofill». El hotel sigue en activo hoy en día.

Pasamos frente a la fachada del hotel mientras al fondo empezamos a ver algunas de esas casas de veraneo de la burguesía barcelonesa de principios del siglo XX.

Unos 100 metros más adelante giramos a la derecha hacia la ermita de La Pietat, del siglo XVII.

La ermita está en un rincón tan húmedo y fresco que hasta crecen plantas en las tejas donde nunca toca la luz del sol.

Seguimos calle arriba buscando el sol porque a la sombra hace bastante fresco en las mañanas de noviembre.

En una pared solanera de una gran casa metros más adelante, destaca el rojo vivo de una parra virgen (Parthenocissus quinquefolia) que la cubre por completo.

Km 0,7 – Font de Miquel

A unos 200 metros de La Pietat llegamos a la Font de Miquel, construída en 1905 con el patrocinio de uno de los ilustres veraneantes de Viladrau que también le dió su nombre, y que fue reformada posteriomente en 1937, dándole el aspecto que tiene en la actualidad.

El entorno de la Font de Miquel es fresco y húmedo, cosa que se debe agradecer en verano y no a finales de noviembre. Lo que sí que se agradece en noviembre es el gran número de setas que emergen a los pies de un gran plátano (Platanus x hispanica).

Éstas están ya un poco pasadas.

Éstas sin embargo se ven muy «frescas».

Y éstas también.

También hay otro tipo de setas que se desarrollan en la corteza del tronco del plátano.

Y no sólo crecen setas en los árboles de la fuente. En las piedras de los bancos a ambos lados de la fuente también hay muchas.

Incluso en el borde la tapa de la arqueta de la fuente, aquí en un encuadre a ras de suelo con la fuente desenfocada de fondo.

Tras esta pausa seguimos calle arriba entre las grandes casas de veraneo de la gente adinerada que se podía permitir el lujo de disfrutar de este lugar durante el verano.

Aunque es noviembre, hay plantas que les gusta lucir sus flores al sol. Aquí una planta del género Echium en un muro buscando los pocos rayos de sol que le llegan.

Y aquí una viña del Tíbet (Fallopia baldschuanica) exponiendo sus flores al sol.

Algo más arriba me llaman la atención unos arcos tapiados en un gran muro de piedra. Parece que fue tapiado una primera vez dejando una puerta y una ventana, y luego vuelto a tapiar.

Km 1,3 – Font del Sot de Can Rosell

A 600 metros de la Font de Miquel y en cuna curva a la derecha pasamos frente a la Font del Sot de Can Rosell, de reciente construcción (2004), aunque parece que ha sido muy restaurada posteriormente porque la que yo fotografié en el 2020 no se parece a la de las foto de la página que he enlazado.

Por debajo de la calle y de la fuente pasa el Sot del Noguer, que más abajo se convertirá en la Riera Major de Viladrau.

Pasado el Sot del Noguer encontramos el Sender del Castanyer de les Nou Branques, que se une a la calle unos metros más adelante, aunque nosotros podemos evitar esos metros atajando recto por un estrecho paso hasta el sendero. Una vez arriba seguimos el agradable sendero hacia la izquierda.

El camino es muy agradable, en suave subida por un bosque que en otoño cubre el suelo con un grueso manto de hojas, entre las que puede emerger con fuerza un Coprinus como éste.

Un discreto poste nos indica que vamos por buen camino.

A la izquierda del sendero el Sot del Noguer.

Diversas especies de árboles conforman este bosque húmedo. Aquí un castaño (Castanea sativa) al que le quedan pocas hojas.

Me llama la atención cómo el musgo recubre la corteza de un árbol a sus pies.

El Sender del Castanyer de les Nou Branques es muy usado por los viladrauencs para pasear, y por eso puede que encontremos algún banco por el camino, aunque sólo sea al principio.

A algo menos de 400 metros del principio del sendero llegamos a un desvío a la izquierda que cruza el Sot del Noguer.

Nos desviamos un momento por ese camino que nos llevará a la Font de les Paitides. Aunque el agua no esté tratada suele ir gente a llenar garrafas.

Km 1,8 – Font de les Paitides

Y llegamos a la Font de les Paitides, de la que dicen que mana la mejor agua del Montseny. Quizás por eso va tanta gente a llenar garrafas.

Paitides es uno de los nombres con que se conoce a las dones d’aigua, unos seres de la mitología catalana que habitan el lugares donde hay corrientes de agua y lagos subterráneos. Yo no vi ninguna en la fuente, pero sí un petirrojo (Erithacus rubecula) que me vigilaba. Quizás fuera una paitida disfrazada.

El camino continúa hasta un par de masías. Afortunados ellos que tienen la fuente al lado de casa.

Nosotros volvemos al Sender del Castaner de les Nou Branques y seguimos hacia arriba.

A menos de 100 metros el sendero se desvía a la derecha.

Este camino de adentra en la parte más profunda del bosque.

En el suelo abundan las hojas y los «erizos» de los castaños.

Un personaje estrechamente ligado con estos bosques es la castañera. Su origen está en las espigadoras, mujeres que recogían los restos de un cultivo después de la cosecha. Una vez realizada la cosecha de castañas, los propietarios de las fincas dejaban a la gente del pueblo, principalmente mujeres, recoger las que habían quedado. La mayoría de las castañas que recogían las utilizaban para alimentar a sus familias, pero las sobrantes las vendían en el mercado del pueblo. Durante muchos siglos en la mayoría de mercados había espigadoras vendiendo castañas.

De vez en cuando la luz del sol hace resplandecer las hojas aún verdes de los árboles como si fueran fluorescentes.

Un árbol caído da un aire más agreste a este rincón del bosque.

Un pequeño poste nos indica hacia dónde está la Font del Noi Gran. Seguimos en esa dirección.

Km 2,1 – Font del Noi Gran y Font del Ferro

Llegamos a la Font del Noi Gran, en un rincón del bosque entre unas rocas.

Cuenta la leyenda había una vez un niño pequeño que no tenía fuerza y siempre estaba enfermo. Un año que hubo una gran sequía, los niños del pueblo iban a la fuente a pos agua, pero a él no le dejaban ir a causa de su salud. Él, triste de no poder ayudar a los otros, empezó a ir de noche a buscar agua y cada vez que bajaba una garrafa daba un trago, hasta que se convirtió en un niño grande (noi gran) y fuerte que proveía de agua a todo el pueblo.

El agua de la fuente mana desde diferentes puntos.

El entorno de esta fuente es idílico, para quedarse un rato.

Volvemos al poste anterior y seguimos hacia la Font del Ferro y el Sender del Castanyer de les Nou Branques.

El sendero cruza el Sot del Noguer por encima de un tablón de madera.

Junto a ese tablón veo otro que quizás vaya a la Font de Ferro, que tiene que estar ahí mismo pero que no llegué a encontrar.

A partir de ahí el sendero se adentra más y más en el bosque con fuerte subida.

Desde antes de la Font del Ferro no hemos encontrado más indicaciones que nos hagan saber que vamos por el buen camino, hasta que encontramos una al final de la cuesta.

Giramos a la izquierda y seguimos por este tramo más llano del sendero. De vez en cuando la luz del sol llega a colarse entre las hojas de los árboles y nos regala imágenes como éstas.

A unos 200 metros de la señal y tras un breve repecho llegamos a un camino pavimentado, coincidiendo también con el punto más alto de todo el itinerario. Es el Camí del Martí.

Continuamos por este camino hacia la derecha. Unos 100 metros más adelante pasamos de largo el acceso a la masía del Martí y seguimos recto hacia Viladrau.

Me llama la atención en el suelo y entre las hojas secas en el borde del camino una diminuta tomatera (Solanum lycopersicum) con sus flores y sus tomates.

Poco más adelante y más alejado del camino, un arce (Acer) aún conserva un par de hojas atravesadas por la luz del sol.

Pasados unos contenedores de basura el camino vuelve a adentrarse en el bosque.

Este tramo de bosque es bastante denso y de vez en cuando la luz del sol se cuela entre los altos árboles, mayoritariamente píceas.

Alzando la mirada podemos ver las características piñas colgantes de las píceas (las de los abetos no cuelgan), en este caso pícea común (Picea abies), el auténtico Árbol de Navidad.

Y alzándola aún más podemos ver cómo las ramas de un roble parecen querer tocar las de los abetos del otro lado del camino.

Pasados unos 400 metros desde El Martí se nos abre el paisaje y nos muestra parte del macizo del Montseny, con el Turó Gros del Pujol (1.576 msnm) destacando en medio, el Turó Gros (1.552 msnm) y el Turó del Faig Sec (1.487 msnm) hacia la derecha, y el Matagalls (1.697 msnm) a la izquierda.

Unos pocos metros más adelante pasamos junto a la Caseta del Martí. Nosotros seguimos recto por el camino.

En el suelo arenoso del camino se aprecia una huella reciente de jabalí (Sus scrofa).

Seguimos por este agradable camino. Al poco vemos por delante un grupo de casas.

Otra vista de ese grupo de casas y algunos de los campos que tienen delante. A estas alturas del otoño los árboles han perdido todo su follaje y nos permiten ver las casas a través de las ramas, como si fueran transparentes.

Km 3,3 – La Vila

Llegamos a este conjunto de casas que constituye la masía llamada La Vila, del siglo XVIII. Se cuenta que en la «casa pairal» de La Vila se declaró la Tercera Guerra Carlista a primeros de octubre de 1872 (concretamente Francesc Savalls, líder de los carlistas de Catalunya, y Ramon Vila Colomer).

Me llaman la atención unos clavos oxidados retorcidos en un madero de un antiguo cercado.

En un árbol junto a La Vila nos observa un pequeño mosquitero común (Phylloscopus collybita) bien camuflado.

Pasamos frente a las casas que forman parte de La Vila y encontramos la Font de la Vila. Al lado hay un agradable banco donde descansar un momento.

Sobre la gran puerta de al lado de la fuente asoma una pequeña espadaña con su campana. Seguramente debajo hay una capilla.

Frente a la Font de la Vila sale un camino. Es la continuación del Sender del Castanyer de les Nou Branques. Seguimos por él.

Unos 400 metros más adelante y en una curva a la derecha cruzamos el Sot del Rió y el Sot de la Tona.

Seguimos las indicaciones del sendero, aunque no hay pérdida. De momento.

Entre tanto verde destaca el rojo de las «bolas» de acebo (Ilex aquifolium), grèvol en catalán.

A unos 200 metros del Sot de la Tona pasamos junto a unos viejos castaños trasmochados.

Estos castaños están ya muy pelados, y sólo sobreviven las hojas de las puntas de las ramas más altas.

Unos 50 metros más adelante llegamos a una bifurcación no señalizada, a excepción de un punto rojo pintado en una piedra a la derecha.

Seguimos por el camino de la derecha. Pasamos junto a otro viejo castaño que parece estar partido por la mitad… o quizás son dos castaños.

Km 4,1 – Castanyer de les Nou Branques

Y pocos metros más adelante nos encontramos el Castanyer de les Nou Branques en medio de un pequeño claro.

El Castanyer de les Nou Branques es el árbol más emblemático de Viladrau, y desde el 2012 forma parte de su escudo. Tiene casi 24 metros de altura y se le calculan unos 700 años de edad. De las 9 ramas originales hoy en día sólo conserva 5, de las cuales las dos más gruesas están resquebrajadas por los vendavales del 1987.

A finales de noviembre ya está muy pelado. Me gustaría ver su aspecto cubierto de hojas verdes en verano.

Pocos metros más abajo nos cruzamos con el camino por el que veníamos antes del desvío. Delante nuestro la cara norte del Matagalls.

En esta fase del otoño destacan más los contrastes de las diferentes especies de árboles que conforman los bosques del Montseny. Mientras las hayas ya han perdido casi todas sus hojas, los robles lucen amarillos entre el verde de encinas y pinos.

Seguimos por el camino hacia la derecha.

A unos 100 metros cruzamos de nuevo el Sot de la Tona.

Un poco más adelante nos desviamos a la derecha siguiento las indicaciones del sendero. A partir de aquí tenemos un tramo corto de subida.

El terreno se ve bastante erosionado aquí, quizás por el paso frecuente de BTTs.

En algunos sitios son las raíces de los árboles las que sostienen la tierra.

Seguimos ahora subiendo por un pequeño tramo boscoso.

Pasado el trozo de bosque salimos a un extenso claro desde el que se vislumbra el final de la subida.

Hacia la izquierda otra vista de la cara norte del Montseny, con los bosques del Noguer, a la derecha, y el del Pujol de la Muntanya delante.

Y tras 400 metros de subida llegamos al camino que viene de La Vila.

Seguimos las indicaciones del sendero hacia la izquierda. El camino aquí ya es un poco más aburrido ya que es asfaltado y nos acercamos al casco urbano de Viladrau. Me llama la atención el rojo de las bayas de acebo en contraste con el azul del cielo.

Km 5,1 – Final del Sender del Castanyer de les Nou Branques

Unos 400 metros más adelante llegamos al punto de inicio y final del Sender del Castanyer de les Nou Branques, poco antes de la Font del Sot de Can Rosell por la que ya pasamos a la salida del área urbana de Viladrau.

Desde aquí desandamos el camino hacia la Font de Miquel. Por el camino vamos contemplando las enormes casas de veraneo de los burgueses de principios del siglo XX.

También me llama la atención una higuera en un muro de piedra que se resiste a morir por más que la poden.

Arriba a la derecha otra casa enorme, que bien podría ser un hotel.

Al llegar a la altura de la Font de Miquel bajamos por las escaleras de la izquierda que llevan hacia un aparcamiento.

Abajo me fijo en un gato casi blanco que resalta a contraluz. Él también se fija en mí.

Rápidamente pierde el interés por mí.

Tras atravesar el aparcamiento giramos a la izquierda siguiendo las indicaciones del sendero de Viladrau al Matagall (PR-C 205).

Km 5,9 – Font de Can Jep Sabaté y Arborètum

Llegamos a la Font de Can Jep Sabaté, inaugurada en el 2003 en conmemoración del 75 aniversario del Hostal de la Glòria situado al otro lado del aparcamiento junto a la Font de Miquel, y que debe su nombre a una de las antiguas casas del lugar.

Justo pasada la fuente está la entrada al Arborètum de Viladrau, que es un parque urbano con las especies vegetales más representativas del Montseny.

En el primer tramo junto a la Font de Can Jep Sabaté encontramos las especies introducidas por la actividad humana hace al menos un siglo, como pinos, castaños y abetos. Empezamos a bajar por ahí. Seguidamente encontramos la vegetación húmeda, la que se desarrolla cerca del agua, como olmos, saúcos, alisos, fresnos, helechos, menta borde y frutales como manzanos y perales entre otros.

Km 6,0 – Font de l’Erola

Allí encontramos la Font de l’Erola, que no es natural sino que está conectada a la red de suministro de agua del pueblo.

Se trata de un rincón muy agradable, que invita a sentarse un rato a la sombra de los sauces.

Proseguimos hasta la calle que cruza al fondo. El Arborètum continúa al otro lado de la calle, pero nosotros lo vamos a abandonar un momento para ir a otro rincón mágico de Viladrau. Vamos a seguir por esa calle hacia la izquierda.

Al final de la calle hay un cruce. Seguimos las indicaciones hacia la Font dels Enamorats.

La calle acaba en una casa y a la izquierda vemos unas escaleras por las que subiremos.

Una vez arriba, a la derecha encontramos un estrecho sendero que se dirige hacia el bosque.

A la que dejamos atrás la casa de las escaleras, el entorno se vuelve más agreste.

El sendero se une al Sot del Noguer, que ya vimos a la altura de la Font del Sot de Can Rosell, al principio del sendero del Castanyer de les Nou Branques.

Km 6,3 – Font dels Enamorats

Y llegamos a la Font dels Enamorats, en un rincón realmente mágico que invita a enamorarse, si uno no lo está ya.

La fuente tiene dos chorros de agua con dos bancos de piedra, ambos separados a una distancia prudencial para que puedan ser ocupados por dos parejas con cierta intimidad. Aquí el chorro y el banco de la izquierda.

Esta fuente fue arreglada en 1992 y dedicada al padre Francesc Coll i Guitart.

Es una pena pero hay que dejar este lugar, así que damos la vuelta y regresamos al Arborètum.

Una vez llegados al punto en que salimos del Arborètum para visitar la Font dels Enamorats, volvemos a entrar en él hacia la izquierda.

En este tramo y al fondo a la derecha encontramos las plantas medicinales de cuyas propiedades eran buenas conocedoras mujeres sabias que muchas veces fueron acusadas de brujería y muchas de ellas fueron quemadas. Aquí hay unas 24 especies de plantas medicinales, desde el madroño y el laurel salvaje hasta la lavanda, la melisa o la salvia.

El Arborètum acaba en el Carrer del Montseny.

Continuamos a la derecha siguiendo las indicaciones de las señales, y llegamos a una rotonda.

A la izquierda hay una gran casa de piedra. Es una masía del siglo XVIII llamada El Torrent. Allí mismo también vemos una indicación hacia la Font de l’Oreneta.

Nos desviamos por esa calle, que cruza la Rieja Major (antes Sot del Noguer) por un puente.

Poco después de pasar el puente, en el camino encontramos un estrecho sendero a la derecha.

Tomamos ese sendero, que se adentra en un espeso bosque.

Caminamos por la parte sombría del bosque mientras que a nuestra derecha el sol baña el pueblo de Viladrau.

De nuevo el camino se adentra en el bosque.

Una gran piedra a la izquierda con un poema de Guerau de Liost nos anuncia que hemos llegado a otro rincón mágico de Viladrau.

Km 7,1 – Font de l’Oreneta

Y este rincón mágico no es otro que el que envuelve la Font de l’Oreneta, rodeada de altos castaños.

El chorro de agua está debajo de otra estela de piedra con un poema de Josep Carner.

Aquí una vista de este rincón mágico desde el otro extremo con el gran angular del móvil.

Y aquí otra foto de la fuente con el agua canalizándose entre dos grandes chopos.

Iniciamos el camino de regreso hacia el aparcamiento donde dejamos el coche para finalizar esta excursión. Deshacemos el camino hasta El Torrent, ahora con la vista del pueblo de Viladrau por delante.

Al llegar a la rotonda seguiremos por la calle de enfrente, el Carrer de Guerau de Liost.

De subida hacia el centro de Viladrau, el omnipresente Hostal Bofill, ahora por la parte de atrás, con el anexo que se construyó en 1910 para el casino.

Al final de la calle de Guerau de Liost giramos a la izquierda por la calle del Matagalls, que desemboca en la calle de Sant Segimon. Frente a nosotros hay un estrecho y empinado callejón que tomaremos.

Una vez arriba seguimos recto por el Carrer de la Rectoria.

Y al final de esta calle llegamos al punto donde empezamos esta excursión, que también es el punto final.

Espero que hayas disfrutado de este extenso reportaje. La verdad es que en Viladrau hay muchas cosas para ver y rutas para hacer, así que no descarto volver, y te animo a que tú también lo hagas.

FOTOGALERÍA

Por último

Recuerda ser respetuoso con el entorno y con los demás. Los lugares idílicos dejan de serlo cuando los destrozamos. Es tan sencillo como seguir los siguientes consejos:

1. Aparca donde esté permitido y sin impedir el paso a otros vehículos, personas o animales. A tí no te gustaría que te bloquearan el paso.
2. No muevas piedras, arranques plantas o molestes o dañes a los animales, aunque sean insectos. Si están ahí por algo será.
3. No hagas pintadas ni grabados en rocas ni en cortezas de árboles. No tiene ningún sentido.
4. No grites ni hagas demasiado ruido. Si a tí te molesta, a la fauna más.
5. Recoge tus desperdicios, incluídas colillas y pañuelos de papel, y tíralos en los lugares adecuados, y si no hay pues en tu casa. Pesan y ocupan menos a la vuelta que a la ida.

Si todos hacemos esto tan simple encontraremos estos lugares como si acabaran de ser descubiertos.

Cómo llegar al Sender del Castanyer de les Nou Branques en Viladrau

Previsión meteorológica

---

• Artículo bajo licencia Creative Commons BY-NC-ND 4.0 International. Puedes compartirlo si citas al autor, si no obtienes ningún beneficio económico, y si lo mantienes íntegro, sin realizar ninguna modificación en el texto ni en las fotos. Y si además me lo comunicas, me harás muy feliz. 🙂