Si estás buscando un lugar donde pasar unos días desconectando de la rutina, este lugar es la Vall de Boí, un valle en el Pirineo de Lleida que contiene unos pequeños núcleos de población que atesoran unas magníficas iglesias románicas consideradas Patrimonio de la Humanidad. Puedes alojarte en cualquiera de esos pueblecitos y dedicar el tiempo a visitarlos, conocer sus rincones, sus iglesias y su gastronomía, y recorrer los senderos del valle disfrutando de su aire puro. Yo pasé allí un largo fin de semana de primeros de septiembre, aún verano pero con temperaturas más que agradables, concretamente en un apartamento en la urbanización del Pla de l’Ermita de Taüll, en el Valle de Sant Martí.
La urbanización dispone de tiendas, bares, restaurantes y otros lugares de ocio, ideal para estar allí y no salir, y está cerca de la estación de esquí de Boí-Taüll, la más alta del Pirineo. También está a escasos kilómetros de Taüll y de cualquiera de los otros pueblos que constituyen la Vall de Boí. Si no tienes prisa, una semana es tiempo más que de sobras para recargar allí tus baterías. Yo de los tres días que estuve allí dediqué uno a visitar Aigüestortes y los otros dos a conocer todos los pueblos del valle. El último día aproveché para hacer un corto recorrido allí mismo en la urbanización, concretamente para acercarme al lugar que le da nombre, la ermita de Sant Quirc de Taüll. Es un corto paseo muy recomendable para despedirse del valle.
El recorrido que propongo en este post es un pequeño paseo circular de poco más de 1km en total, prácticamente llano y que se puede hacer con niños pequeños. No hace falta ninguna equipación especial y podemos llevarnos unos bocadillos o algo de comer para pasar un rato relajado en la zona de picnic que hay al lado de la ermita mientras los niños juegan por el alrededor.
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
A la Vall de Boí se llega por la carretera L-500. Tras pasar Erill la Vall (se come muy bien en el restaurante del hotel L’Aüt) llegamos a un cruce, y seguimos a la derecha por la L-501 en dirección a Boí. Esta carretera recorre la Vall de Sant Martí pasando primero por Boí y luego por Taüll (impresionante la iglesia de Sant Climent de Taüll, que bien merece una visita). Poco después de este último pueblo llegamos al Pla de l’Ermita. Si no te alojas en la urbanización hay un pequeño aparcamiento justo a la entrada y que es el inicio de camino a la ermita de Sant Quirc de Taüll.
Como yo estaba alojado en los apartamentos más próximos a este aparcamiento, empecé el recorrido allí mismo, en la calle principal de entrada a la urbanización. A unos 150 metros del aparcamiento y frente a un restaurante, a la derecha de la acera salen unos escalones de piedra al pie de una señal que indica al Camí de l’Ermita.
Tras superar estos escalones empezamos a ver montañas, entre las que destaca L’Aüt (2.532 m).
Pocos metros más adelante pasamos junto a una pista de petanca, y seguidamente vamos a parar al camino principal de la ermita. Continuamos hacia la izquierda y enseguida vemos el mirador.
Salimos del camino y nos acercamos al mirador. Justo al lado de éste hay una roca desde la que me observa un curioso colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).
En el mirador nos asomamos hacia el fondo del valle. A nuestra derecha vemos la parte alta de Taüll, con el campanario de la iglesia de Santa Maria asomando por encima del resto de los tejados. Al fondo L’Aüt, y a sus pies Erill la Vall con la iglesia de Santa Eulalia.
Aquí la misma imagen pero reculando un poco para sacar algo del mirador, que por cierto cuando estuve (septiembre del 2017) estaba un poco dañado.
Regresamos al camino y seguimos en dirección a la ermita. A poco más de 200 metros llegamos a un lugar con un ambiente muy íntimo, con unos bancos a la sombra de unos árboles. Se trata del Racó de «Si no fos…» (en castellano Rincón de «Si no fuera…»).
Hacia la izquierda del camino la vista nos lleva al llano de Els Riberals, al otro lado del río de Sant Martí.
En nada avistamos ya la ermita románica de Sant Quirc de Taüll, de entre los siglos XI y XIII, no se puede datar con exactitud.
En esta zona abundan las leyendas e historias de brujas, hadas y otros seres mágicos. Dado lo aislado de esta ermita, es posible que se construyera para luchar contra las creencias paganas. A nuestra izquierda encontramos la Font de Sant Quirc.
A la derecha el camino que lleva a la zona de picnic.
Nos asomamos a las vistas desde la esquina norte de la ermita. Al fondo vemos el Tossal de les Roies de Cardet (2.445 m) y justo a la derecha el Cap de Gelada (2.449 m). Un poco por delante y a la derecha y cubierto de pinos El Faro d’Erill o Corona del Pinar (2.061 m).
En la cara norte de la ermita hay abertura acristalada desde la que se puede ver el interior, aunque la suciedad del cristal impide ver con claridad, y menos aún fotografiar. En las vistas de la cara sur destaca L’Aüt.
Aquí la vista completa, con L’Aüt, El Faro de l’Erill, el Cap de Gelada y el Tossal de les Roies de Cardet, de deracha a izquierda.
En ese lado está la puerta de acceso, muy modesta.
Para conseguir fotos más espectaculares de la ermita con su entorno podemos montar el objetivo ultra gran angular, si es que tenemos uno.
Un poco más abajo de la ermita de Sant Quirc, al sur, encontramos otro rincón tranquilo a la sombra de los árboles. Obviamente el lugar se llama Racó de l’Ombra Tranquil·la, en castellano Rincón de la Sombra Tranquila.
Volvemos a la ermita y nos dirigimos a la zona de picnic. Hay una barbacoa pero no sé cómo estará regulado el hacer fuego en esta zona.
Aquí una panorámica del camino y la zona de picnic a partir de dos disparos.
Seguimos por el camino de la izquierda dejando atrás la zona de picnic. Al fondo la Roca Blanca (2.297 m) en la Serra de Llats (2.175-2.562 m), que separa la Vall de Sant Martí de la Vall de Sant Nicolau, por donde discurre la Ruta de la Nutria de Aigüestortes. Por abajo asoma el mirador.
El camino parece alejarse valle abajo del eje que une el aparcamiento con la ermita. No sé si más adelante llega hasta el aparcamiento o la carretera, por lo que tengo que tomar una decisión.
Mientras pienso si sigo o vuelvo al camino principal observo el suelo a la sombra de unos enormes ejemplares de pino negro (Pinus mugo). Ahí se apiñan montones de piñas, nunca mejor dicho.
A su lado hay unas florecillas de Euphrasia alpina.
Al final decido subir directamente hacia el mirador y volver al camino de la ermita.
Ya en el camino nos dirigimos directamente al aparcamiento para acabar así este corto paseo por este idílico paraje. Me imagino que en invierno tiene que estar completamente nevado. Me pensaré si vuelvo a visitar el Pla de l’Ermita de Taüll en pleno invierno.
Cómo llegar al Pla de l’Ermita de Taüll
Previsión meteorológica
- Artículo bajo licencia Creative Commons BY-NC-ND 4.0 International. Puedes compartirlo si citas al autor, si no obtienes ningún beneficio económico, y si lo mantienes íntegro, sin realizar ninguna modificación en el texto ni en las fotos. Y si además me lo comunicas, me harás muy feliz. 🙂