Sallent en catalán significa «salto de agua» o «cascada», por lo que llamar a una cascada «Salt de Sallent» es un poco redundante. El caso es que hay muchos «Salt de Sallent» en Catalunya, el más conocido quizás es el de Rupit, en la comarca de Osona. En la vecina comarca de la Garrotxa hay otro salto menos conocido pero igual de espectacular que el de Rupit, el Salt de Sallent de la Riera de Sallent, en Sant Privat d’en Bas.

Mi intención era poder fotografiar este espectacular salto de agua, pero no contaba con que una inesperada ola de aire frío en otoño congelaría la riera de Sallent y que la sombra de la sierra del Puigsacalm no dejaría que el sol la deshelara, por lo que me quedé a pocos metros del objetivo. Y por aquel entonces en que no seguía tracks con el GPS ni me estudiaba suficientemente los itinerarios tampoco sabía que se podía llegar a ver la cascada desde otro sitio. Total, que me quedé con las ganas de ver el Salt de Sallent pero a cambio pude fotografiar la Riera de Sallent helada.

CÓMO LLEGAR        EL TIEMPO

Aún así, aunque no consiguiera mi objetivo, te voy a mostrar el camino que seguí y las fotos que hice, y además te voy a indicar por dónde deberías seguir para poder ver y fotografiar el Salt de Sallent y así enseñármelo si lo consigues. El itinerario que seguí yo es lineal, de 8,3km entre la ida y la vuelta y con poco desnivel (no hacer caso del gráfico de altitud del track, ya que lo edité a mano), con la primera mitad de bajada y la segunda de subida recuperando lo bajado. El itinerario ideal, el completo, sería de unos 9,5km, con un tramo circular alrededor de la Riera de Sallent. No hace falta ninguna precaución especial, sólo calzado cómodo e impermeable para cruzar la riera, ropa de abrigo si hace frío, y agua y algo de comer para el camino.

Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.

Empezamos el itinerario en la pista de Platraver. Llegamos a ella desde Ciuret, en la vieja carretera de Vidrà a Olot. Una vez pasamos el núcleo de Ciuret y la carretera empieza a subir hacia el Turó del Pla de la Creu, en la primera curva de 180º a la izquierda encontramos la pista de Platraver. Salimos de la carretera por esa pista y avanzamos por ella un tramo. Como la pista no estaba en muy buenas condiciones, yo dejé el coche en una curva más o menos amplia, en el punto donde empieza el track GPS, pero en realidad podría haber seguido un poco más, hasta pasar el Coll de Ciuret.

Como he explicado en la introducción, aquel otoño hubo una repentina ola de frío con nevada incluída. La nieve, no mucha, había caído un par de días antes, pero el frío en las zonas sombrías aún la mantenían, y los animales del bosque no tenían ningún inconveniente en pisarla descalzos.

Desde el Coll de Ciuret, justo en la frontera entre Osona y la Garrotxa, tenemos esta estupenda vista del Ras de la Collada, mirando hacia la Garrotxa.

Se ve claro cómo la nieve se aguanta mejor en el lado de la sombra. Si nos damos la vuelta y miramos hacia Osona, vemos este pobre árbol que no tiene más remedio que crecer horizontal.

Subimos un poco por el lado de la sombra porque nos apetece pisar la nieve y sentir su crujido bajo nuestras botas.

Desde este punto más elevado tomamos otra panorámica de Ras de la Collada.

Seguimos por la pista de Platraver, que como está a la sombra, sigue con nieve. Entre las huellas de los vehículos a motor también hay huellas de conejo y de alguna ave.

Aquí mirando hacia atrás los pocos metros que hemos avanzado por el Ras de la Collada.

Pasado el Ras de la Collada el camino se bifurca. Nosotros tomamos el de la izquierda. El de la derecha sigue hasta Platraver, desde donde también se puede bajar a la Riera de Sallent. El camino empieza a descender suavemente en medio de un claro, ya sin nieve. A ratos cruza alguna zona más o menos arbolada, hasta llegar a una curva a la izquierda en que el camino penetra en una zona boscosa ya cerca de la Riera de Sallent. Aquí pasamos a la sombra, y la nieve vuelve a aparecer bajo nuestros pies.

Llegamos a una curva en la que hay que cruzar la Riera de Sallent. Aquí está la Font Fosca («Fuente Oscura», un nombre muy apropiado). Yo no llegué a ver la fuente, quizás porque tampoco conocía su existencia. El camino sigue bajando, primero por un claro, el Ras dels Ginebres, y luego por una zona boscosa de la Solana de Platraver, en la sierra de Freixeneda. La Riera de Sallent queda más abajo de nosotros, por nuestra derecha.

A unos 2km de la Font Fosca llegamos a una curva a la derecha de la que sale un camino a nuestra izquierda. Ese camino lleva a El Sallent, una propiedad que cuando fui estaba en obras y no sé si es una casa o una instalación turística. Nosotros seguimos a la derecha. El camino se vuelve más pedregoso y desciende un poco más que antes hasta llegar a la Riera de Sallent. Mientras bajamos, frente a nosotros a lo lejos se intuye lo que parece una cascada.

El camino acaba en la Riera de Sallent. Bueno, no acaba realmente sino que continúa en la otra orilla.

Cruzamos la riera y nos encontramos con el camino que viene de Platraver. Aquí la riera es muy ancha y poco profunda porque el agua fluye por encima de una gran losa de roca.

El frío lecho de roca y la sombra casi permanente de la sierra del Puigsacalm en este rincón permite que la niece se mantenga con su textura casi intacta. Me acerco a mirarla con más detalle y siento que quien me mira es ella.

Aunque como tampoco hace un frío extremo, por debajo se va fundiendo poco a poco empapando la roca. Así es como se ve el conjunto de nieve y el brillo de la roca mojada.

Realmente de la Riera de Sallent sólo está helada su superficie, y a través de ella vemos fluir el agua debajo formando a veces burbujas que se mueve corriente abajo.

En lo alto de la pared de roca que tenemos delante vemos el espectacular Salt de les Cavorques, también llamado Salt de la Capa de la Princesa, de unos 75m de altura, aunque nosotros estamos realmente 150m más abajo.

Como no le da la luz y el calor del sol en todo el día, toda el agua de la cascada está helada.

Continuamos por el camino que va paralelo a la riera corriente abajo hasta que nos topamos con un torrente que baja del Pla Traver, tanto por el Salt de les Cavorques como por otros barrancos adyacentes. El camino cruza el torrente por este punto, pero está todo tan helado que no me atrevo a pasar, por miedo a resbalar o peor aún, que se rompa el hielo y caiga al agua sin saber la profundidad que hay.

En la edición he cambiado la temperatura de color para que el hielo salga lo más blanco posible, y esto es lo máximo que he conseguido. La original es mucho más azulada.

Subo un poco por el torrente buscando algún lugar seguro para cruzarlo, pero no encuentro ningún lugar que ofrezca garantías.

Está visto que no voy a poder seguir adelante hacia el Salt de Sallent. Una vez cruzado este torrente, unos 350 metros más adelante hay que cruzar el Torrent de les Cavorques (¿estaría helado también?), y 400 metros después de ello, hacia la izquierda de la pista sale un sendero que lleva al Mirador del Salt de Sallent. Desde el mirador, el Salt de Sallent queda a nuestra izquierda.

Continuamos por el sendero que cruza de nuevo el Torrent de les Cavorques y luego la Riera de Sallent justo en lo alto del salto. El sendero sigue por el borde del risco, en ligero ascenso, hasta llegar al cruce del Camí de les Escales. Desconozco si este tramo es peligroso para ir con niños. El Camí de les Escales baja hacia la derecha hasta la base del Salt de Sallent. Nosotros vamos hacia la izquierda y subimos hasta El Sallent, que he comentado más arriba. Desde allí seguimos el camino de entrada a la propiedad que nos lleva a la pista desde la que vinimos.

Esto que he explicado en los dos párrafos anteriores es el que supongo que sería el itinerario completo, elaborado a partir de consultas a mapas de la zona y a otros itinerarios. Seguramente la próxima vez que vaya comprobaré si es así o no, pero antes de que ello suceda te invito a que te aventures y luego me lo cuentes.

Volviendo a la realidad, yo doy la vuelta y regreso por donde he venido. Al lado del torrente helado hace días o semanas que no luce el sol, y la nieve acumulada llega hasta la parte de arriba de las botas.

De nuevo he tenido que forzar al máximo la temperatura de color para intentar blanquear la nieve sin que el cielo perdiera su azul. Una última mirada atrás al hielo que no nos ha dejado continuar.

Llegamos a la parte de la Riera de Sallent donde aún da el sol. Al fondo la señalización que nos indica por dónde cruzar para seguir el camino de vuelta.

La capa de nieve helada que cubre las orillas de la riera se va deshaciendo y mostrando debajo la corriente de agua.

Cruzamos la riera y miramos atrás, hacia donde no hemos podido llegar. Ojalá hubiera sido tan fácil cruzar allí como aquí. Al fondo de todo, en el punto de fuga de la foto, el refugio de Santa Magdalena del Mont.

Iniciamos el ascenso hacia El Sallent por el camino rocoso. A la que ganamos un poco de altura podemos ver parte del camino que no hemos podido recorrer.

Abajo a la derecha el torrente helado que nos ha cortado el paso. Un poco más arriba, en un claro entre los árboles cubierto de nieve, la continuación del camino. Y encima, en el límite de la montaña por donde se cuela la luz del sol, lo que parece ser una cascada helada que pertenecer a un tramo del Torrent de les Cavorques. El Salt de Sallent tiene que estar detrás (bastante) de estos árboles de primer plano, en un punto donde se unen la Riera de Sallent con el Torrent de les Cavorques.

Si nos volvemos y mirarmos atrás, vemos el Pla Traver arriba del todo, y a la izquierda el helado Salt de les Covarques.

Ya en la pista que lleva al Coll de Ciuret por la Solana de Platraver, el sol que tenemos de cara nos regala una preciosa luz en el camino.

Y cuando no nos calienta el sol sentimos el frío de las sombras, como en este tramo del camino a la altura del Ras de les Ginebres, llegando a la Font Fosca.

Cruzada la Riera de Sallent a la altura de la Font Fosca, encaramos el sombrío y frío camino hacia el Pla de la Font Fosca.

Llegando ya al Ras de la Collada, otra mirada atrás, hacia el Ras de les Falgueres. A la derecha se yergue imponente el Puigsacalm mostrándonos su cara norte, y en la punta, hacia el centro de la foto, Santa Magdalena del Munt y detrás Les Agulles.

Casi llegado al desvío de la pista de Platraver, una mirada atrás más, y esta vez vemos muy lejos la silueta del volcán Croscat, en el centro de la foto.

Llegamos a la pista de Platraver, tanto o más fría que antes.

Ahora sólo nos queda cruzar el Ras de la Collada, pasar el Coll de Ciuret y coger el coche de vuelta a casa, no sin antes despedirnos de esta nieve y su textura como de azúcar o sal.

Vale, no hemos conseguido el objetivo, pero tampoco nos vamos con tan mal sabor de boca. Además, el sol del atardecer de otoño nos obsequia con una luz que ilumina de una manera especial el paisaje montañoso de la comarca de Osona.

Esta foto está tomada desde la carretera de Ciuret, nada más entrar en ella desde la pista de Platraver, a la altura de Can Font. Después de la siguiente curva, a la izquierda, nos topamos con esta bonita postal de Ciuret.

Y hasta aquí este circuito. La verdad es que es una lástima no haberlo podido completar para ver el Salt de Sallent y poder publicar un artículo en condiciones, pero esto me da pie para una segunda oportunidad… o que tú te me adelantes.

Cómo llegar a la Riera de Sallent

Previsión meteorológica

TRACK GPS        FOTOGALERÍA

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