No muy lejos de Berga, comarca del Berguedà, al norte de Barcelona, se encuentra el pequeño pueblo de Sant Jaume de Frontanyà. Este pueblo es conocido por ser el menos poblado de Catalunya, con sólo 27 habitantes censados (el 15 de enero del 2018 perdió este título en favor de Gisclareny, también en el Berguedà). Pero no, no vamos a ir a Sant Jaume de Frontanyà. Sólo lo he mencionado porque en este municipio, que está en un terreno montañoso y que recibe abundantes lluvias, nacen muchas rieras. Una de ellas, la de Merlès, ya la visitamos en otro circuito. De la que te voy a hablar ahora es de la riera de Mergançol (o de Margansol), otra riera que baja hacia el sur como la de Merlès, pero que en lugar de desembocar directamente en el río Llobregat ésta lo hace en el pantano de La Baells. La de Mergançol es una riera bastante agreste, poco frecuentada y con varias pozas donde nos podemos dar un refrescante baño los días de más calor. A su paso por Borredà nos sorprende con un salto de unos 20 metros de altura sobre una gran poza llamada Gorg del Salt.
En el circuito de hoy, ideal para hacerlo en primavera o en verano (yo lo hice en mayo del 2016), vamos a recorrer el tramo de la riera de Mergançol que va desde Cabanes hasta el Gorg del Salt. Se trata de un itinerario más o menos circular de algo menos de 8km y con poco desnivel. Es un recorrido que se puede hacer con niños acostumbrados a caminar. La única dificultad consiste en las veces que hay que cruzar la riera por puntos donde no hay puentes ni piedras (yo perdí la cuenta), por lo que hay que estar dispuesto a mojarse los pies o bien llevar calzado impermeable de senderismo. Conviene llevar agua, ya que no encontré fuentes por el camino, y también bocadillos que podemos comer en el Gorg del Salt después de darnos un chapuzón.
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
Nuestro itinerario empieza y acaba en el Camping Campalans, en la carretera que va de Borredà a Sant Jaume de Frontanyà. Una vez dejamos el coche en la zona de aparcamiento, subimos calle arriba pasando junto al restaurante. Al llegar a la zona de bungalows salimos del camping por un camino que sale a la derecha, y cuando llevamos 100 metros caminados por él, nos desviamos por un sendero que baja a nuestra derecha. El sendero pierde altura rápidamente y tras una curva a la derecha cruzamos nuestro primer curso de agua del recorrido, el torrente de Casadejús, que poco más abajo acaba en la riera de Mergançol.
Unos 150 metros más adelante llegamos a la riera de Mergançol, que cruzamos intentando mojarnos lo menos posible. Aquí una foto del paso una vez cruzada la riera.
Volveremos a pasar por aquí, porque esta parte del recorrido es de ida y vuelta hasta la zona de Cabanes. El agua está muy limpia y se ve el fondo de la riera con claridad.
El camino va ganando altura poco a poco mientras remontamos el curso de la riera de Mergançol, que en este primer tramo queda a nuestra izquierda. Al llegar a una curva a la derecha frente a una pared de roca nos acercamos a mirar la riera más de cerca.
Tras esta curva el camino pasa a la otra orilla de la riera.
Por este tramo del camino la riera baja a nuestra derecha configurando una especie de escalinata debido a la naturaleza del lecho de la riera.
Llega un punto en que la riera parece que se aleja del camino, pero no nos engañemos porque a los pocos metros nos la vamos a encontrar bajo nuestros pies teniendo que cruzarla de nuevo.
Llevamos recorridos 1,2 km del circuito y después de que el camino traza un giro a la derecha, dejamos de subir a la vez que entramos en un agradable y tranquilo hayedo llamado Fageda dels desitjos (Hayedo de los deseos).
A la salida del hayedo llegamos a una bifurcación. Tomamos el camino de la izquierda que baja a la riera. El camino la cruza y continúa en la otra orilla, pero nosotros sólo vamos a llegar hasta aquí para tomar una foto de la riera.
Al fondo se puede ver una pequeña cascada, y como vemos que el camino de la otra orilla continúa corriente abajo, volvemos atrás a la bifurcación anterior y ahora seguimos corriente arriba por el camino de la derecha. Llegamos a la altura de la cascada y la podemos fotografiar desde arriba.
Este tramo del camino va un poco elevado por encima del lecho de la riera.
Poco más adelante la vegetación se espesa y ya no vemos la riera. Tampoco se ve nada interesante por el camino, por lo que decidimos volver llegados a este punto cerca de Cabanes.
De nuevo en la bifurcación, vuelvo a bajar a la riera de Mergançol para tomar otra foto parecida a la anterior pero algo más atrás.
Subimos de nuevo al camino e iniciamos el regreso hasta el primer lugar donde cruzamos la riera de Mergançol tras salir del camping. En el camino de bajada la Fageda dels desitjos se ve de una manera muy diferente que a la subida. Es tan poca la luz que llega al suelo a través de las hojas de las hayas que el ISO de la cámara ha subido hasta 500 en dos de estas fotos.
Cuando cruzamos por última vez la riera y enfilamos el camino hacia arriba en dirección al camping, a los pocos metros encontramos un sendero a la izquierda que vuelve a bajar hasta la riera. Bajamos por él y caminamos por encima de lo que parece un tubo cubierto de hormigón. El pueblo de Borredà toma agua de la riera desde diversos puntos en función del caudal de la misma, y supongo que este tubo corresponde a una de esas tomas.
Un poco más abajo hay una gran poza de agua transparente donde a veces baja alguien a pescar, y supongo que también a bañarse.
El camino continúa al otro lado de la riera, por lo que al llegar al final del tubo hay que cruzar a la otra orilla por donde se pueda.
Ya en la otra orilla bajamos por al lado de la pequeña cascada que va a la poza que hemos visto antes. A partir de ahora las marcas del sendero son amarillas.
En esta otra orilla nos reencontramos con el tubo cubierto de hormigón.
Aquí una relajante vista de la poza y la cascada desde abajo. Parece un buen lugar para darse un baño.
Pocos metros más abajo el entorno de la riera de Mergançol nos obsequia con bellos rincones naturales como éste.
Unos 150 metros después de haber cruzado la riera, el sendero continúa dentro del cauce mismo de la riera hasta emerger por la otra orilla. Supongo que en épocas más secas como invierno o verano no supondrá ningún problema pasar por aquí, pero cuando baja tanta agua por la riera como bajaba cuando estuve yo es muy difícil seguir el camino. Lo que hay que hacer es buscar el camino en la otra orilla, más adelante, y seguir por la línea imaginaria que nos lleve hasta allí. Afortunadamente el agua cubre poco por aquí.
Una mirada atrás poco antes de alcanzar la otra orilla.
Y ahora ya en tierra firme, y seca. Al final no ha sido tan difícil.
Poco más adelante llegamos a otra poza con una pequeña cascada. También parece un buen lugar para darse un baño aunque no parece cubrir mucho.
Aún no se nos han secado los pies cuanto toca cruzar de nuevo la riera.
A cada metro la riera de Mergançol nos regala una sorpresa. Al poco de cruzarla, a nuestra derecha el cauce de la riera se ensancha y las aguas se calman debido a una pequeña represa.
Desde lo alto de la represa miramos riera abajo y comprobamos que en nada vamos a tener que volver a cruzar.
Ésta es la represa que contiene las aguas de la riera de Mergançol en este punto, justo antes de cruzar.
A partir de ahora por fin vamos a mantener los pies secos, al menos durante un buen tramo del recorrido, ya que vamos a alejarnos unos metros de la riera. Por lo pronto salimos de la estrecha garganta rocosa de la riera y de la espesa vegetación de ribera y llegamos a un claro con un prado.
Seguimos por el camino hasta lo que parecen unas casas de piedra.
Al juntarnos a otro camino, nos dirigimos a esas casas de piedra por un camino de peldaños de madera.
Se trata del Molí de Campalans, un viejo molino harinero del siglo XVIII que ahora es una casa de colonias dependiente del camping, al que se llega por el otro camino con el que nos hemos encontrado. Pasamos por entre las dos casas.
Al otro lado hay un espacio que antaño debió ser jardín o huerto y hoy es un plácido prado cubierto de flores, donde encontraremos también alguna rueda de molino.
Un caminito entre dos muretes de puedra nos lleva a otro camino que va paralelo a la riera.
Nosotros seguimos hacia la derecha. Desde allí echamos un último vistazo al Molí de Campalans.
Seguimos por el camino hasta que volveemos a contactar con la riera de Mergançol, que cómo no, habrá que volver a cruzar.
Tras cruzar la riera el camino pasa por al lado de una presa, que nos queda a la derecha.
Seguimos las marcas amarillas del camino, que ahora va en alto con respecto a la riera, a nuestra derecha.
A menos de 100 metros de la presa pasamos por una curiosa puerta.
Y a los 200 metros de la presa pasamos junto al Molí del Sobirà, otro molino harinero de finales del siglo XVII y principios del XVIII que actualmente se alquila como casa de colonias o casa rural.
A partir de aquí el camino está mejor adaptado para los coches que acceden al Molí del Sobirà. Por ejemplo ahora se cruza la riera por puentes de hormigón, con bloques sobre los que caminar para no mojarse.
Tras cruzar este segundo puente de hormigón el camino se desdobla y nosotros continuamos por el de la derecha. Esta parte del camino es más plácida. El entorno ha perdido aquel carácter agreste y salvaje aquí donde la riera baja más pausada y el hombre se ha ido instalando a lo largo del tiempo.
La siguiente foto está tomada con el diafragma abierto al máximo y usando una distancia focal relativamente larga para centrar la atención en las plantas enfocadas en primer plano pero manteniendo el interés con los senderistas que me acompañaban desenfocados en el fondo.
Llegamos a otra presa de piedra y cruzamos por ella a la otra orilla de la riera.
El camino se dirige hacia La Llosada, y poco antes de llegar nos desviamos por un estrecho sendero a la izquierda, entre unos árboles con marcas amarillas.
Este estrecho sendero pasa por detrás de La Llosada…
… y rodea un pequeño prado lleno de dientes de león a punto de soltar sus semillas al viento.
Llegamos a Can Sol y pasamos entre las viejas casas de piedra y los huertos.
Tras pasar la última casa subimos por un corto sendero que sale a nuestra derecha.
Este sendero va a parar a la carretera de Borredà a Sant Jaume de Frontanyà, por la que hemos pasado cuando íbamos al camping Campalans en el coche. Seguimos por la izquierda carretera abajo.
Al llegar al cruce con la carretera C-26, seguimos a la izquierda en dirección a Sant Quirze de Besora y Alpens. A unos 150 metros salimos de la carretera por un sendero que sale a la derecha justo antes de un quitamiedos, con una pequeña indicación al Gorg del Salt.
A unos 100 metros llegamos a otra indicación que nos dice que al Gorg se va por la derecha, tras bajar unos pocos peldaños.
Tras unos 150 metros de descenso y con un último tramo de escalones, llegamos por fin al Gorg del Salt, una profunda poza bajo un salto de agua de unos 20 metros y que en verano suele ser muy frecuentado por los vecinos y visitantes de Borredà para darse un baño.
Si has navegado un poco por la web de Fotohiking, te habrás dado cuenta de que la localización de la foto del apartado Sobre mí corresponde al Gorg del Salt de Borredà. El lugar es una buena recompensa para un recorrido como éste, aunque aún queda volver al camping donde tenemos el coche. En cualquier cosa hay que disfrutar del lugar, sobre todo si no hay nadie, como fue mi caso. Yo aproveché para comer, no sin antes hacer unas cuantas fotos. Aquí por ejemplo una en formato vertical justo al borde de la poza.
Aquí otra en formato horizontal y con el tiempo de exposición al mínimo para poder hacer un poco de efecto pseudo-seda en el salto de agua.
En esta otra foto pude pillar un mirlo acuático (Cinclus cinclus) encaramado en la roca, en lo alto del salto de agua. ¿Lo ves?
Con lo bien que se está aquí, al final siempre llega el duro momento del regreso, y por desgracia el coche lo tenemos a 2,4 km de aquí. Empezamos la subida de vuelta a la carretera por los peldaños del sendero. Suerte que son pocos.
Luego ya sólo es sendero cuesta arriba.
Justo aquí se nos cruzó un lución tan rápido que no me dió tiempo a fotografiarlo. Parece mentira que pueda correr tanto sin patas. Seguimos subiendo por este corto tramo de sendero.
Al llegar al cruce seguimos por la izquierda hacia la carretera.
Una vez en la carretera sólo queda ir hasta el camping Campalans por la carretera de Sant Jaume de Frontanyà. No es el camino más corto pero sí el menos difícil al no tener que pasar por todos los sitios por los que hemos pasado de bajada por la riera. Si quieres puedes volver por la riera, es más entrenenido y hay algo menos de subida. Por la carretera es más aburrido, lo que puede suponer una ventaja porque te paras menos veces a echar fotos y por tanto llegas antes al camping. Una foto de Borredà nada más empezar a subir por la carretera de Sant Jaume de Frontanyà.
Poco antes de llegar al desvío hacia el camping encontré estos caballos pastando en la orilla de la carretera, los tres de diferentes colores.
Ya en el camping nos podemos refrescar con una cervecita en la terracita del bar que hay debajo del restaurante, ya que la subida por la carretera al sol nos habrá calentado un poco demasiado. Mientras lo hacíamos mis acompañantes y yo, las nubes que has visto en estas últimas fotos empezaron a agruparse y a ganar grosor, y tuvimos que correr hacia el coche cuando empezaron a sonar los truenos y a caer los primeros goterones. Y es que la primavera es impredecible.
Y hasta aquí este refrescante recorrido. No sé cómo bajará de agua la riera de Mergançol en verano, pero sólo con que baje la mitad de agua de mi visita es suficiente para refrescarse, y habrá valido la pena ir. Eso sí, en verano evita ir en domingo si quieres algo más de tranquilidad, que me han dicho que el Gorg del Salt se llena de gente.
Por último
Recuerda ser respetuoso con el entorno y con los demás. Los lugares idílicos dejan de serlo cuando los destrozamos. Es tan sencillo como seguir los siguientes consejos:
- Aparca donde esté permitido y sin impedir el paso a otros vehículos, personas o animales. A tí no te gustaría que te bloquearan el paso.
- No muevas piedras, arranques plantas o molestes o dañes a los animales, aunque sean insectos. Si están ahí por algo será.
- No hagas pintadas ni grabados en rocas ni en cortezas de árboles. No tiene ningún sentido.
- No grites ni hagas demasiado ruido. Si a tí te molesta, a la fauna más.
- Recoge tus desperdicios, incluídas colillas y pañuelos de papel, y tíralos en los lugares adecuados, y si no hay pues en tu casa. Pesan y ocupan menos a la vuelta que a la ida.
Si todos hacemos esto tan simple encontraremos estos lugares como si acabaran de ser descubiertos.
Cómo llegar al Gorg del Salt
Previsión meteorológica
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Curios que avui al butlleti de turisme de la diputació de BCN també surt :-)….
Sí, ha estat casualitat! 🙂