El río Tordera (o La Tordera en catalán) nace en el macizo del Montseny, en la Font Bona, en el Coll de Sant Marçal entre Les Agudes y el Matagalls, y desemboca unos 55 km más abajo en el mar Mediterráneo formando un delta entre Blanes y Malgrat de Mar, justo en la división administrativa entre Girona y Barcelona y tanbién las comarcas de La Selva y El Maresme. Poco antes de llegar al mar, a la altura del municipio de Tordera, lo llano del terreno de la cuenca del río y las corrientes subterráneas de agua asociadas al mismo facilitan que se formen zonas húmedas e inundables como son el Estany de Can Raba y la Roureda de Tordera, un paraje natural único en Catalunya y que forma parte del Pla d’Espais d’Interès Natural (PEIN) de la Generalitat de Catalunya.
El recorrido por el Estany de Can Raba y la Roureda de Tordera: track y recomendaciones
Vamos a conocer el Estany de Can Raba y atravesar la Roureda de Tordera por un sencillo y corto itinerario circular de poco menos de 4 km y con pocos desniveles. Debido a la escasa dificultad del recorrido no hace falta ir muy equipado aunque sí recomiendo calzado de senderismo impermeable por si hay que atravesar alguna zona inundada. Al tratarse de un itinerario corto no es necesario llevar agua (depende de lo sediento que sea uno) ni comida. Además, nos movemos junto a la población de Tordera, por lo que hay lugares donde comprar o poder comer y beber después de la excursión. En cuanto a la ropa, la mitad del recorrido es a través de bosque. En verano suele hacer calor y en invierno no hace excesivo frío. Yo fui en invierno del 2018 con una simple chaqueta.
El entorno y su relieve
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en en el + y en el – bajo la barra de reproducción para cambiar la velocidad.
La excursión y las fotos
Km 0,0 – Aiguamolls de Can Raba
El punto de partida y de final de este recorrido es el área de los Aiguamolls (humedales) de Can Raba. Está en el barrio de Sant Pere de la población de Tordera, y muy cerca de la estación de tren. Si vamos en coche accedemos fácilmente desde la carretera GI-512 justo antes del Km 1. A la que salimos de la carretera avanzamos unos metros por el Carrer dels Aiguamolls y enseguida vemos el lugar.
Si venimos en tren nos dirigiremos a esos humedales saliendo de la estación hacia la derecha hasta la BV-5121 y de ahí a la izquierda hasta la carretera GI-512. Cruzamos la carretera con mucho cuidado (suele haber bastante tráfico) y seguimos hacia la derecha por un camino para excursionistas a la izquierda de la carretera. Unos metros más adelante nos desviamos por una calle hacia la izquierda (el Carrer dels Aiguamolls) y en nada llegamos al punto de partida.
La verdad es que encontré el lugar bastante poco cuidado. No sé si es porque era invierno o qué pero me lo esperaba sobre todo más limpio, y eso que no había nadie. Hacia la izquierda podemos ver el Estany de Can Raba con algunos ánades reales (Anas platyrhynchos) nadando plácidamente en su superficie.
También vemos algunas zonas inundadas del humedal. Toda esta agua emerge del subsuelo desde las corrientes subterráneas que acompañan el río Tordera.
Empezamos a caminar hacia el norte por un sendero que sigue el tendido eléctrico.
El sendero empieza ancho, como una pista, y discurre plácidamente entre cañizal y arbustos.
A medida que vamos avanzando el sendero se va estrechando. Ignoramos un desvío a la izquierda, aunque parezca el camino más natural.
Sin dejar de seguir el tendido eléctrico parece que ya vemos el final del camino.
Efectivamente, poco más adelante dejamos atrás el cañizal y llegamos a un llano rodeado de campos y granjas.
Al otro lado del llano se extiende una zona boscosa que incluye la Roureda de Tordera. Se puede ver un nido de madera clavado en el tronco de un pino.
Km 0,5 – Hacia la ermita de Sant Pere
Llegamos a la altura de una granja o establo y detrás vemos la masía de Can Llesques.
Un poco más allá, a la derecha, vemos la masía de Cal Barraquer.
Hacia la derecha del camino, o sea de espaldas al llano, vemos un hueco entre los matorrales.
Aunque no lo parezca es un sendero y nos desviamos por él atravesando los matorrales. El sendero asciende vigorosamente hacia una zona de pineda. Es la cuesta más pronunciada de todo el recorrido.
Cuando llevamos unos 100 metros por este sendero llegamos a un camino más ancho y desde ahí avistamos la ermita de Sant Pere de Tordera al final de la cuesta.
Km 0,7 – Sant Pere de Tordera y las masías
La ermita se encuentra en un camino asfaltado que viene de Tordera. La información en Wikipedia habla de vestigios de un porche en la fachada, pero en diciembre del 2018 ya había porche, por lo que entiendo que lo han reconstruido recientemente.
El entorno de la ermita está habilitado como paseo para poder acceder caminando desde el pueblo, con bancos para descansar como éste con vistas al Castillo de Palafolls.
Hacia el otro lado la masía de Can Ritol con la Roureda de Tordera detrás, Fogars de la Selva a la derecha y el macizo del Montseny al fondo, con el Turó de Morou (1.304 m) delante, el Turó de l’Home (1.706 m) a la izquierda y Les Agudes (1.705 m) a la derecha.
Seguimos hacia el nordeste por el camino asfaltado pasando entre masías como Can Nouhores, Can Llop y Cal Mercader.
Como estamos en el tramo más elevado del recorrido y el día es muy despejado disfrutamos de muy buenas vistas. A la izquierda del camino y a lo lejos la masía de Cal Barraquer, detrás la de Cal Nano y a la izquierda la de Can Llesques, que ya vimos desde el llano de Can Raba. De fondo la silueta inconfundible del macizo del Montseny y a su derecha y detrás de Cal Nano podemos distinguir con prismáticos o teleobjetivo el Castell de Montsoriu, del que ya publiqué un recorrido. Más o menos todo lo que vemos aquí es la cuenca del río Tordera.
Más o menos a 400 metros de la ermita de Sant Pere pasamos junto a un almacén abandonado donde los grafiteros han podido expresarse libremente. Justo detrás del almacén se encuentra la ruidosa N-II.
Pasado el almacén nos encontramos con otro camino asfaltado. Seguimos por la izquierda. A la izquierda del camino unas viñas desnudas que esperan la poda de los sarmientos. Por detrás el macizo del Montnegre.
Una vista de Cal Mercader desde esta parte del camino.
Y más viñas y otros cultivos hacia el Estany de Can Raba.
A unos 200 metros del cruce en el almacén abandonado llegamos a otro cruce.
Nos desviamos a la derecha por el camino flanqueado por neumáticos usados.
Me llaman la atención unas curiosas embarcaciones de recreo para playa con forma de coche que están «aparcadas» en la finca de Villadona.
Se oyen ladridos de perro al otro lado de la alambrada de la derecha. A ver si nos va a salir alguno por el camino a la vuelta de esta curva…
Un cartel en un pino nos aclara algo de dónde pueden venir los ladridos, aunque no queda claro cuáles son los límites del centro canino.
Tras atravesar unos metros de bosque de pino vemos campos al otro lado.
A unos 100 metros del cruce anterior salimos del bosque tras cruzar un pequeño arroyo. Unos metros por delante un petirrojo (Erithacus rubecula) nos bloquea el camino.
Obviamente no pone mucha resistencia y a la que nos acercamos un poco echa a volar. Unos metros más adelante y justo pasado un desvío a la derecha hacia un campo tenemos que estar atentos a nuestra izquierda para localizar un sendero que se adentra en el bosque.
Km 1,7 – Hacia la Roureda
Los primeros metros de este sendero no son muy claros, pero poco a poco el camino se ensancha y se hace más visible.
Nos vamos encontrando algún charco por el camino, pero hace días que no llueve, así que imagino que son filtraciones del subsuelo.
Al acercarme al charco veo que está poblado por plantas acuáticas y el agua tiene cierto grado de transparencia, por lo que definitivamente determino que se trata de una acumulación de agua más permanente.
A la izquierda del camino está el cauce del arroyo que cruzamos antes y de cuyo subsuelo seguramente procede el agua de estas charcas. La vegetación que se desarrolla ahí es impenetrable.
Otro petirrojo nos vigila de reojo escondido entre esa vegetación.
Km 2,2 – La Roureda de Tordera
Llegamos a la Roureda de Tordera justo en una bifurcación.
El camino correcto es a la izquierda.
La Roureda de Tordera o Roureda de Can Verdalet es un robledal inundable poblado por roble común (Quercus robur), una especie más típica del clima atlántico, y roble andaluz (Quercus canariensis), típico del norte de África y el sur de la Península Ibérica. Ambas especies crecen aquí rodeadas de vegetación mediterránea, y de aquí la excepcionalidad de la Roureda de Tordera. Además la fauna es interesante, destacando el tritón palmeado (Lissotriton helveticus), también habitual en zonas de clima atlántico, y el trepador azul (Sitta europaea).
Desgraciadamente el roble pierde la hoja a finales de otoño y en invierno los robledales visten sus peores galas. Aquí una vista del robledal a la derecha del camino.
A la izquierda del camino la luz del sol incide más sobre el humedal, lo que facilita que proliferen las plantas acuáticas.
Llegamos a otra bifurcación, pero tanto a derecha como a izquierda el camino está totalmente inundado y no se ve ninguna zona seca por donde pasar.
Como no podemos seguir por aquí tenemos que buscar una alternativa. Decidimos retroceder hasta la bifurcación anterior y desviarnos por el otro camino, el de la derecha. Ya encontraremos alguna alternativa.
No sé si es por que es invierno o qué pero el bosque en sí resulta bastante feo y poco fotogénico. Por el camino veo muchas ramas rotas por el suelo e incluso un casco.
Después me enteré que en abril del 2018 el propietario del bosque (la inmensa mayoría de bosques de Catalunya son de titularidad privada) ordenó una tala masiva en la Roureda de Tordera que afortunadamente paralizaron los agentes rurales aunque ya se habían talado 400 árboles. Estos son los restos de aquella acción, junto con las marcas de la maquinaria pesada por el camino.
Unos 100 metros más adelante vemos un paso a nuestra izquierda.
Tras unos pocos metros de subida llegamos a otro cruce y seguimos a la izquierda con la esperanza de que por aquí se llegue a la continuación del camino original ya pasada la zona inundada. También hay huellas del paso de vehículos pesados.
Tras unos 100 metros, el GPS nos ubica por delante de la zona inundada, por lo que hemos acertado con el camino. Los colores que revela la luz del sol en esta radiante mañana de invierno nos alegran la vista.
Llegamos a otro cruce. Veo algunos robles con marcas de pintura de color fucsia. ¿Fueron marcados para ser talados?
Nos desviamos a la izquierda. A nuestra derecha vemos una parte del robledal más poblada e inundada totalmente, aunque cuesta ver el agua porque está cubierta de hojas secas de los robles.
A la izquierda sí que vemos el reflejo del cielo en la superficie del agua.
Nos encontramos de nuevo con un gran tramo del camino inundado, pero afortunadamente podemos pasar por un lado sin mojarnos.
Para poder evitar el agua nos hemos alejado un poco del camino, pero no lo perdemos de vista.
En cuanto podemos regresamos al camino y seguimos por él.
Km 2,8 – De vuelta a Can Raba
Unos 300 metros después del anterior cruce nos encontramos con otro. Seguimos por el camino que asciende frente a nosotros atravesando una zona de arbustos.
Los arbustos se van convirtiendo en bosque. Como vamos de cara al sol intento hacer una de mis típicas fotos con rayos cerrando diafragma, pero no me sale como quería.
Después de unos 100 metros de ascensión vemos la luz.
El sendero acaba en el mismo camino asfaltado por el que fuimos antes de desviarnos a la Roureda de Tordera.
Seguimos recto por este camino. No hay mucho que destacar de él, ya que el paisaje es bastante monótono y los caminos asfaltados no me atraen especialmente. A lo largo de 600 metros pasamos junto a Can Ritol y ya casi al final junto a Can Raba y una especie de cantera que queda frente a ella a la derecha, acabando el camino en la carretera GI-512. Allí continuamos a la izquierda por un camino habilitado para los excursionistas.
A nuestra izquierda queda el Estany de Can Raba. En la siguiente foto no se aprecia, pero el aire en la zona no huele muy bien y hay bastante basura atrapada en la vegetación de las orillas, principalmente bolsas, envases de pástico y latas de bebida. Para ser un espacio natural protegido, parece un poco dejado de la mano de… la autoridad competente.
Si hemos venido en coche seguimos por la carretera hasta pasar el lago y luego giramos a la izquierda por la primera calle hacia el lugar donde hemos aparcado. Y si hemos venido en tren cruzamos la carretera con cuidado -deberían habilitar algún paso de peatones estando la estación tan cerca de Can Raba, que tome nota la autoridad competente- y regresamos a la estación.
Km 3,8 – Final del recorrido
Y hasta aquí este corto y fácil itinerario por un paraje natural único y muy poco conocido, al menos para los que no somos de Tordera. Creo que puede ser un muy buen sitio para visitar en primavera o en verano cuando la naturaleza está en pleno apogeo.
Cómo llegar al Estany de Can Raba y la Roureda de Tordera
Previsión meteorológica
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