El área geográfica del Penedès siempre ha tenido un gran valor estratégico, ya desde tiempos de los íberos y de los romanos. Durante la ocupación musulmana de la península fue zona fronteriza entre cristianos y sarracenos a lo largo de varios siglos. Los cerros del macizo del Garraf y otros puntos elevados del Penedès estaban ocupados por castillos y torres de defensa. Sólo en las comarcas del Garraf y el Alt y el Baix Penedès se contabilizan actualmente 40 castillos y 42 torres en diferentes estados de conservación. Estos castillos y torres, aparte de su función de vigilancia servían también para proteger a los colonos cristianos que iban ocupando poco a poco el terreno recuperado a los sarracenos, y a su alrededor se constituyeron núcleos de población. El Castell Vell d’Olivella fue uno de esos castillos, y hace poco más de mil años se constituyó a su alrededor el núcleo de Olivella. La peste lo arrasó todo en el siglo XV y el pueblo tuvo que renacer en otro cerro cercano. Luego fue la filoxera la que casi borra Olivella del mapa. Hoy vamos a hacer un interesante recorrido por ese territorio.
El recorrido por el Castell Vell d’Olivella: track y recomendaciones
El itinerario que voy a explicar en este post no es el «oficial» por el sendero SL-C 100 sino una variación un poco más completa. Se trata de un recorrido circular de casi 7,5 km y sólo con un poco de desnivel para subir al Puig Molí, donde se encuentran los restos del Castell Vell d’Olivella, y luego otro poco para acabar en el centro de Olivella. Es de nivel fácil y se puede ir con niños. Gran parte es por pista y se podría llevar calzado deportivo, pero recomiendo botas de senderismo porque hay algún tramo rocoso. En cuanto al resto del equipo, más o menos la mitad del itinerario es a través de bosque y la otra mitad al descubierto, por lo que en verano es recomendable llevar gorra y ponerse algún protector solar. Yo fui en pleno agosto bastante temprano por la mañana y no hacía mucho calor. No hay fuentes por el camino (bueno sí, una pero no es potable), pero en la Plaça Major de Olivella, donde empieza y acaba el recorrido hay una fuente donde podemos llenar las cantimploras.
El entorno y su relieve
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en en el + y en el – bajo la barra de reproducción para cambiar la velocidad.
La excursión y las fotos
Km 0,0 – Plaça Major d’Olivella
Empezamos el recorrido en la Plaça Major d’Olivella, frente al Ayuntamiento y la Oficina de Turismo. No es la típica plaza mayor de pueblo, grande y rodeada de casas, sino que ésta es más bien como un pequeño mirador con una cabina telefónica y un interesante plano del municipio y sus caminos. Hacia la Casa Consistorial se encuentra la fuente pública (no sale en la foto).
El núcleo de Olivella es muy pequeño y allí hay una pocas plazas de aparcamiento en batería. En el caso de que no quede sitio para aparcar podemos volver a bajar por la carretera y en el primer cruce desviarnos a la izquierda hacia la Ronda del Sud. A los pocos metros veremos una explanada donde poder dejar el coche, y podemos empezar allí mismo ya que el itinerario pasa por allí. Lo que voy a mostrar a continuación del núcleo de Olivella ya lo verías hacia el final.
El núcleo urbano de Olivella es muy pequeño. Apenas viven allí poco más de 300 personas, el 10% de toda la población del municipio, y el 90% restante se reparte entre 6 urbanizaciones y varias masías. Desde la Plaça Major vemos el campanario de la iglesia nueva de Olivella. Nos dirigimos hacia ella.
Subimos las escaleras de la Plaça de la Constitució y seguimos hasta llegar a la Iglesia de Sant Pere i Sant Feliu, construída en el siglo XV dentro del castillo nuevo en el lugar donde se refundó Olivella tras la peste.
Frente a la fachada de la iglesia hay una placita ajardinada con bonitas vistas del entorno.
Bajamos por la rampa que hay junto a esta placita.
Ya en el Carrer Major bajamos otro tramo de escaleras.
En el Carrer Sant Isidre nos acercamos a otra escalinata.
La escalinata acaba en la Ronda del Sud, frente a la explanada que mencionaba más arriba como aparcamiento alternativo. Así se ve desde arriba.
Una vez en la Ronda del Sud nos dirigimos por la derecha hacia las afueras de Olivella. A unos 200 metros avistamos el cruce con la carretera BV-2111. Delante nuestro unos viñedos que en agosto están casi a punto de vendimia.
Pasamos el cruce y seguimos alejándonos de Olivella por la carretera. Serán pocos metros.
Las viñas están cargadas de racimos.
A unos 100 metros del cruce de Olivella llegamos a otro cruce, éste con una carretera que va Can Grau y al Observatori Astronòmic del Garraf, y también a Plana Novella.
Nos desviamos por esa carretera. Unos 200 metros más adelante vemos un sendero señalizado a la izquierda de la carretera. Vamos hacia él.
Km 0,8 – El Camí Blanc
Estamos en el Camí Blanc. En lugar de seguir a la derecha, continuamos a la izquierda, hacia lo que parece una estación transformadora.
Pasada la caseta de la compañía eléctrica el camino atraviesa una pequeña pineda.
Unos pocos metros más adelante salimos de la pequeña pineda y descubrimos por qué a este camino se le llama Camí Blanc. A la izquierda tenemos más viñedos, y al fondo vemos la masía de Can Muntaner.
Las viñas junto al Camí Blanc son de uva blanca, al menos éstas. A los granos aún les falta madurar unas semanas.
Entre las piedras del camino se camuflan perfectamente mariposas que sólo vemos cuando echan a volar al acercarnos a ellas.
Las viñas de más adelante son de uva negra.
Junto al camino crece la flora típica del Garraf, como el lentisco (Pistacia lentiscus) y el palmito o margalló (Chamaerops humilis).
Por el camino una planta que no consigo identificar añade más blanco al Camí Blanc.
Junto al camino también abundan la zarzamora (Rubus ulmifolius), con sus dulces frutos en plena maduración.
Al otro lado de los viñedos y más a la izquierda de Can Muntaner vemos Can Duran a los pies de la Penya de Can Duran (212 m).
Bajo un gran lentisco hay una pica en la que antiguamente se preparaba el caldo bordelés para tratar el mildiu de las viñas.
A la izquierda un enorme palmito emerge entre las viñas.
El Camí Blanc acaba en otro camino frente a Can Muntaner, a unos 500 metros desde que dejamos la carretera de Can Grau.
Es el PR-C 37, un sendero circular de 25,44 km que recorre la mayor parte de las masías del Parc Natural del Garraf. Nosotros continuamos cuesta arriba hacia la derecha. Poco más adelante encontramos una indicación al Barret del Rector y Can Grau.
Junto al camino matas de lentisco con fruto en plena maduración.
Me llama la atención una gran masa oscura colgando de la rama de un pino carrasco (Pinus halepensis).
Ampliando con el teleobjetivo resulta ser una escoba de bruja, una deformidad provocada por organismos como fitoplasmas, hongos, virus y otros.
Km 1,5 – Parc Natural del Garraf
A unos 150 metros del Camí Blanc un gran cartel nos anunca que acabamos de entrar en el Parc Natural del Garraf.
En medio del camino me llama la atención el intenso tráfico de hormigas cargadas de granos de avena salvaje (Avena sativa) en la entrada de un hormiguero.
Unos 100 metros pasado el cartel vemos por fin el Castell Vell d’Olivella en lo alto del Puig Molí (303 m). Hacia allí vamos.
A unos 300 metros del cartel del Parc Natural del Garraf llegamos a un cercado eléctrico que impide que salgan los caballos que viven en semilibertad en el parque natural. Estos caballos controlan el sotobosque ayudando a prevenir los incendios forestales.
Pasamos con cuidado tocando sólo las partes de plástico y seguimos adelante por el camino. A pocos metros llegamos a un cruce. De momento no vemos ningún caballo, pero sí el producto de sus digestiones.
Seguimos recto por el Camí de Pou Tancat, tal como lo llaman los lugareños. El camino va siguiendo el Torrent de la Llaureda. Unos 500 metros más adelante llegamos a otro cruce.
A la derecha el PR-C 37 sigue hacia Can Grau, y a la izquierda vamos hacia el Castell Vell. Seguimos por la izquierda.
Km 2,3 – El Barret del Rector
Poco después del cruce encontramos un curioso conjunto de grandes piedras a la derecha del camino. Es el Barret del Rector, y se le llama así porque la forma de uno de ellos recuerda el bonete de un religioso (barret es sombrero en catalán).
Durante tiempo se pensó que podrían ser los restos de algún dolmen, pero un estudio arqueológico reciente no ha encontrado ninguna evidencia que lo confirme.
A partir de aquí el camino ya es todo cuesta arriba hasta que lleguemos al castillo, así que a subir poco a poco, y sobre todo en verano ya que no hay ninguna sombra.
A nuestro alrededor la vegetación típica del Garraf. El terreno de naturaleza kárstica apenas retiene la humedad y sólo especies vegetales especialmente adaptadas pueden sobrevivir aquí.
A unos 350 metros del Barret del Rector llegamos a otro cruce. Abandonamos momentáneamente el camino desviándonos a la derecha.
Km 2,7 – La Font del Rector
A los pocos metros llegamos a la Font del Rector, antiguo lavadero de Olivella.
El camino continúa hasta el pueblo de Olivella, que queda a poco más de 2 kilómetros por aquí, por el sendero SL-C 100, que recorrían a pie antiguamente las mujeres para lavar la ropa. No me puedo imaginar lo duro que sería recorrerlo cargadas de ropa, sobre todo de vuelta con la ropa mojada, y es que no abunda el agua en estas montañas. Desde la Font del Rector tenemos esta vista del Puig Molí y la torre.
De regreso al camino del Castell Vell d’Olivella me llaman la atención las semillas madurando de una mata de Clematis flammula.
Ya en el camino al castillo, seguimos cuesta arriba, primero a la derecha y luego a la izquierda.
El camino se empina a medida que nos vamos acercando al castillo.
Tras pasar junto a las ruinas de la Masia del Rector llegamos a un cruce justo al entrar en el bosque.
Nos desviamos a la izquierda. Tras un primer tramo de subida llegamos a un corto tramo con escalones.
Km 3,1 – Iglesia de Sant Pere de Castellvell
Al final de ese tramo nos encontramos detrás del ábside de la iglesia de Sant Pere de Castellvell.
Se trata de una iglesia románica del siglo XIII que formaba parte del Castell Vell d’Olivella, y fue la parroquia de Olivella hasta que en 1625 se trasladó a la iglesia nueva. Actualmente se encuentra muy deteriorada y apenas se puede distinguir la entrada.
En el interior tampoco se distingue ninguna estructura.
Apoyada en el interior del ábside hay una vieja cruz de madera con un pañuelo blanco.
Me da la impresión que el suelo está algo más elevado de lo que debería estar, quizás por la acumulación de escombros tras el derrumbe del techo y de otras estructuras de la parte superior de la iglesia. Aquí un arco y una ventana que da a la fachada norte.
Y aquí unas enredaderas trepando por la pared opuesta.
Salimos de la iglesia y buscamos el camino que sube al castillo junto a unos pinos al oeste de la iglesia.
El camino se encarama hacia la cima del Puig Molí siguiendo una rudimentaria alambrada de varillas de hierro.
En pocos metros llegaremos arriba del todo.
Km 3,2 – Puig Molí, el Castell Vell d’Olivella y el Molí del Rector
Llegamos a lo alto del Puig Molí. Lo primero que nos llama la atención son las vistas, así que aprovechamos para contemplarlas mientras recuperamos el aliento antes de inspeccionar las ruinas de la cima. Hacia el frente tal como hemos llegado vemos la Penya de Can Duran, a su derecha unos viñedos en El Nevar y más a la derecha la Penya de Cal Muntaner (237 m), y al fondo del todo a la derecha asoman el Puig de la Torre (1054 m) y el Puig Pelat (1075 m), ambos en la Serra de la Mussara, a casi 70 km de distancia.
Ampliando con el teleobjetivo más o menos sobre la Penya de Cal Muntaner vemos a lo lejos la iglesia románica de Sant Miquel d’Olèrdola que forma parte del Conjunto Monumental de Olèrdola. Sin duda el Castell Vell d’Olivella gozaba de una vista privilegiada de todo el entorno.
Más hacia la izquierda vemos el pueblo de Olivella y al fondo el Mar Mediterráneo frente a las costas de Vilanova i la Geltrú.
Recuperados ya de la subida empezamos a inspeccionar lo que hay en la cima. Lo primero que destaca es la torre circular de piedra que corresponde al Molí del Rector o Molinet, que se construyó en el siglo XVIII aprovechando piedras de las ruinas del castillo viejo.
Cuenta la tradición que este molino fue una iniciativa del rector de Olivella, pero que desgraciadamente murió mientras se trasladaban las muelas desde Vilafranca y éstas nunca llegaron al molino. Dicen que una de ellas está en la riera de Begues y la otra en la Serra dels Carlins. Sea como fuere esta obra inacabada sigue destacando en el Puig del Molí siendo visible desde lejos.
Cambio al objetivo ultra gran angular para intentar captar mejor el espacio en la cima del Puig Molí.
Detrás del molino hay un área excavada donde se han encontrado restos del interior del antiguo castillo.
Una vista del Molí del Rector desde las excavaciones.
La verdad es que no hay mucho más que mirar aquí. Cambio al otro objetivo y saco una última foto mirando hacia el norte. Las urbanizaciones cubren gran parte de los terrenos. Al fondo asoma el macizo de Montserrat.
Bajamos de la cima del Puig Molí por donde hemos venido hasta llegar al camino. En el cruce seguimos a la izquierda bajando por el bosque.
Por el camino pasamos junto a un lugar cercado con una malla de plástico muy llamativa. Puede que se trate de un pozo y no quieran que nadie caiga dentro, cosa que es bien fácil si no te das cuenta.
Seguimos bajando por el sendero rodeados de la típica vegetación del Garraf, lentiscos y palmitos, pero también pinos carrascos, que suelen colonizar rápidamente los campos abandonados.
A unos 200 metros del cruce avistamos una casa y otro cercado con malla anaranjada.
Esto sí que parece una vieja cisterna de agua.
Desde allí vemos también la parte superior de Mas Vendrell. No debe hacer mucho que esta masía está abandonada porque se conserva bastante bien.
Km 3,8 – Mas Vendrell
Seguimos bajando por el camino y llegamos a un pequeño camino que conduce a la masía.
Me acerqué un poco a mirar si podía obtener alguna foto interesante de la casa, pero había mucha vegetación que tapaba gran parte de la masía, así que seguí camino abajo. Delante de mis pies revoloteaban mariposas que aparecían de la nada y desaparecían de la vista una vez se detenían en el camino.
En los matorrales al lado del camino abundan las moras, aún bastante rojas.
También hay alguna liana de Clematis flammula sobre matas de lentisco.
A la derecha del camino están los bancales abandonados de Mas Vendrell. En un pino veo colgado un nido de madera.
Una vez abajo el camino se ensancha. Sin duda éste era el camino principal por el que se accedía a Mas Vendrell desde Olivella, pero ahora hace años que no pasa ningún vehículo por él.
A unos 300 metros de Mas Vendrell pasamos por una cadena rota y llegamos a un cruce con otro camino en mejor estado.
El que sigue recto está cerrado con una barrera. Nosotros seguimos por el de la izquierda. El camino desciende poco a poco a través del bosque de pino carrasco de la umbría del Puig Molí.
Tras unos 400 metros salimos del bosque. Abajo a nuestra derecha la riera de Begues, que suele estar seca la mayor parte del año.
De vez en cuando aparece algo azulado volando desde el suelo justo delante de nuestros pies. Son saltamontes de alas azules (Oedipoda caerulescens) que también se camuflan perfectamente en el camino.
Cuando llevamos unos 600 metros por este camino pasamos junto a otro pozo o aljibe protegido entre dos bancales abandonados.
Unos 200 metros más adelante pasamos junto a otros bancales que también parecen abandonados, en el Clot d’en Feliu.
Por esta zona abunda el enebro rojo o càdec en catalán (Juniperus oxycedrus).
A la derecha reconocemos la Penya de Can Duran.
Justo al final del Clot d’en Feliu nos encontramos con el PR-C 37, el sendero de las masías del Garraf por el que subimos desde Cal Muntaner.
Giramos a la derecha, pasamos la alambrada electrificada de los caballos, y seguimos camino abajo como si volviéramos a Olivella pero atentos a un desvío a la derecha que encontraremos a los 200 metros.
Dejamos el PR-C 37 y nos desviamos a la derecha por el SL-C 100. A escasos metros llegamos a un mirador junto a la riera de Begues desde el que vemos la gran Cova de Cal Muntaner.
Km 5,4 – Cova de Cal Muntaner
Bajamos a la riera de Begues a la derecha del mirador.
Por la forma y color de las piedras del suelo comprobamos que a veces suele bajar agua por la riera de Begues, pero debe hacer ya bastante tiempo que está seca porque la vegetación se ve bastante desarrollada.
Las zarzamoras crecen vigorosas y no se aprecian acumulaciones de sedimentos arrastrados por el agua.
Cruzamos la riera y nos acercamos a la gran entrada de la cueva. En la pared de roca aparece la palabra «ENTRADA» varias veces, como si no se viera claro dónde está.
Aquí un detalle de la parte alta de la pared rocosa de la entrada, donde se aprecian las formas que crea al agua al filtrar y deslizarse por la roca, a modo de estalactitas y estalagmitas integradas en la pared.
Y tras una pequeña subida llegamos a la Cova de Cal Muntaner. Lo que se ve es lo que hay.
Dentro sólo hay los restos de una hoguera. Apenas hay desperdicios, lo que me extraña.
Durante tiempo se pensó que podría haber restos arquelógicos en el interior de la cueva, sobre todo porque encima de ella existe otra, la Cova del Tramper, donde se han encontrado restos humanos del neolítico y otros de la Edad de Bronce. Sin embargo una reciente excavación arqueológica en el interior de la cueva no ha encontrado ningún resto de actividad humana aparte de ceniza y restos de plástico y de vidrio. La proximidad a la riera podría haber causado la ausencia de restos al entrar el agua en episodios de abundantes lluvias.
Salimos de la cueva e intentamos seguir el camino por el cauce de la riera de Begues, hacia la derecha.
Sin embargo a los pocos metros comprobamos que no podemos avanzar por la riera porque las zarzas bloquean todo el paso. No hay mal que por bien no venga, y estas zarzas están repletas de moras en un estado óptimo de maduración, por lo que antes de buscar un camino alternativo podemos aprovechar para recuperar algo de energía.
Regresamos al mirador de la cueva y seguimos las indicaciones del SL-C 100 a través del bosque.
Km 5,7 – Riera de Begues
A la que nos damos cuenta ya estamos de nuevo en la riera de Begues, que ahora es más transitable.
A pesar de que la riera está completamente seca veo mucha vegetación en su entorno, incluídas encinas, lo que me hace pensar que igual haya una corriente freática bajo el lecho de la riera.
Cuando llevamos unos 200 metros por la riera nos cruzamos con un camino. Continuamos por él a la izquierda.
Ignoramos el primer desvío a la derecha y seguimos recto. A unos 100 metros llegamos a una curva cerrada a la izquierda.
Desde la curva, a la derecha vemos Els Pivens o Bosc de la Marcel·la, un pequeño bosque de pino piñonero (Pinus pinea) que fue plantado en el siglo XVIII por la señora de Can Suriol.
Pasada la curva divisamos Cal Muntaner.
Km 6,1 – Cal Muntaner
Junto a la masía hay una gran montaña de leña de sarmientos, ideal para hacer calçots.
Una vista del camino atravesando Cal Muntaner.
En el huerto de enfrente crecen las sandías.
A pesar de su aspecto algo descuidado, Cal Muntaner no está abandonado.
Frente a la casa un pequeño viñedo con viñas muy jóvenes. Al fondo Can Duran.
Al final del camino nos volvemos a encontrar con el PR-C 37. Giramos a la izquierda.
A la derecha vemos la Penya de Can Duran. Es lo más cerca que hemos estado de ella.
Parece que hay un agujero en la pared de roca. Con el teleobjetivo salimos de dudas.
Pocos pasos más adelante por el camino PR-C 37 y nos encontramos con el Camí Blanc.
Continuamos a la derecha por el Camí Blanc en dirección a Olivella. Siempre que volvemos a recorrer un camino en sentido contrario vemos cosas que quizás antes se nos pasaron por alto, como este contraluz al pasar bajo un olivo.
O esta chinche rallada (Graphosoma lineatum) sobre la planta «peluda» que no he podido identificar.
Ya debemos estar cerca de la estación transformadora porque llegamos al bosque y vemos el cruce con la carretera BV-2111.
Y efectivamente, en nada llegamos al punto donde tomamos el Camí Blanc por primera vez.
Seguimos recto. El camino bordea un pequeño viñedo.
Un pequeño saltamontes da un corto vuelo delante mío y se posa en una rama de carrasca (Quercus rotundifolia), otra de las plantas más comunes en el Garraf.
Km 6,9 – Torrent del Pont
El camino acaba en la carretera en un lugar llamado Torrent del Pont, y yo no veo ningún torrente ni ningún puente.
Cruzamos la carretera y seguimos por el SL-C 100 en dirección a Olivella.
El sendero se adentra en una zona de espesa vegetación. Reconocemos las especies típicas del Garraf.
El suelo es bastante rocoso, y la roca, de natiraleza caliza, muestra señales evidentes de erosión.
A 100 metros del cruce con la carretera empieza la última cuesta del recorrido.
Algunas rocas muestran marcas de líquenes. Ésta me llama la atención.
Cuando llevamos 100 metros subiendo llegamos a un pequeño claro y empezamos a ver algunas casas de Olivella arriba a la derecha.
Habíamos vista las semillas de Clematis flammula madurando en varios puntos del camino, y aquí encontramos las flores.
Casi detrás nuestro vemos la iglesia nueva de Olivella. Estamos ya muy cerca del final del recorrido.
Enfilamos el último tramo de fuerte subida por detrás de Can Pau Olivella.
Seguimos recto por el camino rodeando la parte norte de Can Pau Olivella por un camino que apenas se intuye (el camino de la cuadra de Can Pau Olivella), y a los pocos metros vamos a parar a otro camino frente a una construcción de piedra con una reja de hierro.
Se trata del Pou dels Matxos. Se trata de un pozo del año 1847 y en él se abrevaban los mulos (matxos en catalán) que subían por el camino por el que hemos venido.
Continuamos hacia la derecha. Es cuesta arriba pero ya no tanto. Al fondo una de las puertas de Can Pau Olivella.
Pensaba que se acababa la cuesta, pero al llegar a la puerta el camino da un giro brusco de 180º a la izquierda y sigue cuesta arriba.
El camino va bordeando de nuevo Can Pau Olivella. Unos metros más adelante sí que acaba la cuesta y tras un giro de 90º a la derecha enfila el tramo final hacia el centro de Olivella, con el Ayuntamiento al fondo.
Km 7,4 – Carrer Major d’Olivella
Unos 100 metros más adelante llegamos al Carrer Major. El palmito típico del Garraf decora los rincones de la acera.
Escasos metros más adelante encontramos la Plaça Major y en ella el final de este completísimo recorrido por el corazón del Garraf. Quizás el próximo verano regrese para recorrer otros interesantes caminos en este territorio singular.
Cómo llegar al Castell Vell d’Olivella
Previsión meteorológica
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