La comarca gerundense del Ripollès es una de las puerta de los Pirineos, sobre todo para los habitantes de Barcelona y su área metropolitana, que no tienen más que salir en dirección norte para llegar a su capital, Ripoll, en apenas una hora y media. Y tras media hora más de carretera hacia el norte llegamos al pequeño pueblo de Queralbs, en plena Vall de Ribes y a los pies de la Vall de Núria. El río Freser, afluente del Ter, es el que da forma y vida a este Vall de Ribes, y por este río discurre nuestro recorrido de hoy, que nos mostrará cosas como el espectacular Salt del Grill, los Gorgs del Freser, el bosque de Carboners (o de la Calç), y la vieja mina de uranio Yellas.
Este circuito alrededor del río Freser es un itinerario circular de algo más de 8 km de recorrido. Es relativamente fácil y se puede hacer con niños, aunque los dos primeros kilómetros son todos de subida y hay algunos tramos con precipicio al lado donde hay que tener cuidado con los niños si son muy movidos. Conviene llevar agua en abundancia y equipo para caminar por montaña (buen calzado, bastones y algo de ropa de abrigo). Hay que tener en cuenta que en invierno puede haber nieve por el camino, o incluso estar desaconsejado transitarlo. Yo estuve en febrero y sólo encontré algo de nieve en la umbría del valle. Creo que el verano y el otoño son óptimos para este recorrido.
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
Podemos llegar a Queralbs en coche o en el tren cremallera desde Ribes de Freser. Si venimos en tren tenemos que caminar por la carretera saliendo de Queralbs. A unos 750 metros llegamos a una curva cerrada a la derecha. A la izquierda sale una pista que nos deja frente a la central eléctrica de La Farga. Aunque éste no es el inicio real del circuito, puedes empezar desde aquí porque es un punto de paso del mismo a 1 km del final. Pulsa aquí si quieres saltar directamente a esa parte del itinerario.
Si lo hacemos en coche, al llegar a la Casa de Colònies de La Farga, pocos metros antes de Queralbs, salimos de la carretera por la misma curva y seguimos recto por la pista más o menos 1 km hasta llegar a la central eléctrica de Daió de Baix. Conviene llegar pronto porque el espacio para aparcar es muy limitado. Salimos del coche y seguimos el camino al final del aparcamiento y que cruza el Freser por un puente de madera.
El valle es bastante profundo en este punto y el sol en invierno no está demasiado alto, por lo que vamos a tener problemas con la medición de la luz a la hora de hacer fotos si hay mucha sombra y mucha luz en el plano. Si la cámara no tiene un modo HDR no te va a quedar más remedio que levantar sombras y bajar luces con el programa de edición fotográfica que uses en el ordenador. En cualquier caso mejor medir la luz en las zonas más iluminadas. Aquí una vista de la central poco antes de cruzar por el puente de madera.
Y aquí una imagen del río Freser desde el puente de madera y mirando valle arriba, con el Torreneules (2.712 m) al fondo bastante cubierto de nieve.
Justo pasado el puente llegamos a una señal que nos invita a seguir el sendero que sigue el curso del río en dirección a Coma de Vaca y Salt del Grill.
Nos acercamos un poco más al río antes de seguir por el sendero. La luz del sol no llega hasta aquí.
El sendero pronto empieza a subir dejando el río abajo. Tenemos que seguir las marcas amarillas, aunque tampoco hay pérdida en esta parte del itinerario.
Entre los 500 y 600 primeros metros del recorrido el sendero bordea el escarpado Roc d’en França, por encima del cual está la estación eléctrica de Daió de Dalt. El sendero se estrecha y se vuelve más pedregoso.
Seguimos caminando dentro de la fría sombra que proyecta la Serra del Catllar a nuestra derecha, con el Balandrau como punto más alto a 2.585 metros de altitud. El río ya queda unos 20 metros más abajo.
Una mirada hacia atrás después de un buen tramo de subida a unos 700 metros del punto de partida. No se ve el camino, que queda un poco más abajo de la roca que acabamos de pisar.
El sol empieza a iluminar directamente el camino, y hace brillar especialmente los abedules (Betula pendula) que empiezan a florecer.
El cielo se empieza a abrir ante nosotros. Su azul contrasta con el blanco de la nieve a lo lejos y el verde de los árboles perennes del valle.
A los 900 metros del punto de partida nos encontramos bajo una roca que pone Salt del Grill pintado en rojo. Como es invierno podemos ver el salto al fondo a la derecha. El resto del año la vegetación lo impediría.
Un pequeño cartel advierte que hay que tener cuidado con repentinas subidas del río. Ello es debido a que en la parte superior del Torrent del Grill hay una canalización que va a la central eléctrica de Daió de Dalt. De vez en cuando la central toma agua del torrente y entonces no baja agua por aquí, y cuando deja de hacerlo puede bajar bastante agua de golpe, por lo que hay que tener precaución si vemos poco o nulo caudal en el torrente.
Para acercarnos al Salt del Grill cruzamos el torrente por la pasarela de hormigón y seguidamente subimos hacia la izquierda, apartándonos momentáneamente del sendero. Dada la altura (30 metros) y la verticalidad del salto, la mejor forma de fotografiarlo desde la poza es con un objetivo ultra gran angular.
Lo bueno de haber venido en invierno es que la vegetación de este rincón no nos impide ver el salto en todo su esplendor. Además las nevadas de los últimos días y la temperatura primaveral favorecen que baje agua por el torrente. Por encima del Salt del Grill hay varios saltos más, lo que hace que este paraje sea muy frecuentado por practicantes de barranquismo, que hacen descensos desde bastante arriba, y los más avezados acaban bajando hasta el río Freser, donde desemboca el Torrent del Grill. Nos alejamos un poco en busca de otro ángulo.
El agua que baja por el torrente es bien fría.
Aquí una foto tomada desde casi el centro del torrente, más abajo de la poza.
Regresamos al sendero y continuamos hacia la izquierda, subiendo por un desfiladero de vértigo excavado en la misma roca.
La verdad es que impresiona más visto de lejos. Una vez dentro ya no es tanto. Aquí una mirada hacia atrás con la pasarela de hormigón que cruza el Torrent del Grill.
Seguimos subiendo por el desfiladero. Aquí hay que tener especial precaución con el precipicio de la derecha, aunque el camino es suficientemente ancho como para caminar sin ver el vacío. Yo tengo cierta aprensión a las alturas y no sufrí nada en este tramo.
Una mirada hacia atrás desde el desfiladero. Abajo vemos el río Freser y por la derecha el sendero llegando al Salt del Grill.
Cuando llevamos unos 200 metros desde el Salt del Grill tenemos esta magnífica vista del valle con Queralbs abajo a la izquierda y la masía de La Ruïra en el claro de la ladera de la montaña.
Ahora mirando hacia adelante en el sendero, el Torrent de les Llances, también llamado Torrent de la Calç.
Algo más adelante y tras una curva a la izquierda el sendero se hace un poco más abrupto, pero son unos pocos metros.
Así se ve el camino a unos 400 metros del Salt del Grill, a la altura del Canal del Llop.
Y aquí las vistas del valle unos 100 metros más adelante.
Llegamos a un pequeño torrente que no sale ni en los mapas.
Y lo cruzamos.
A unos 800 metros del Salt del Grill la cuesta del sendero es más suave y las vistas no son tan de vértigo, son más de paisaje de montaña.
Aquí mirando hacia atrás.
Poco más adelante se nos abre esta vista de las montañas nevadas de más arriba.
Al fondo vemos una especie de camino colgado en los Cingles de les Ribes. De trata del Canal del Freser, una canalización de agua construida a principios del siglo XX y que lleva el agua del Freser desde más arriba hasta la central de Daió.
Pocos metros más adelante, cuando llevamos 900 metros desde el Salt del Grill y 1,9 km en total desde el Daió de Baix, se nos incorpora por la izquierda un sendero que viene de muy arriba del llamado Camí dels Enginyers. Este camino va de Núria hasta el refugio de la Coma de Vaca y lo construyeron los ingenieros que tenían que estudiar la construcción de una presa en el río Freser. Afortunadamente se desestimó el proyecto y nos quedó este espectacular camino.
Nosotros seguimos adelante hacia Coma de Vaca, y agradecemos que por fin el camino sea más o menos llano. Unos 250 metros más adelante llegamos a un cruce señalizado. Aquí abandonamos el sendero a Coma de Vaca y tomamos el que baja a la derecha en dirección a Serrat.
A los pocos metros de este cruce nos desviamos por otro sendero a la izquierda que nos lleva a una poza del río Freser. La siguiente foto está hecha con el ultra gan angular.
Volvemos al sendero y seguimos hacia la izquierda hasta llegar a un claro al lado del río Freser. El perro de la foto no es un animal salvaje de la Vall de Ribes sino que acompañaba a un grupo de excursionistas que estaban allí comiendo unos bocadillos.
Al final de este pequeño claro, el Pont de les Ribes que cruza el río Freser. Aquí encontramos un poco de nieve. No es normal a esta altitud, por debajo de los 1.400 metros, pero pocos días antes cayó una abundante nevada acompañada por una ola de frío.
Cruzamos por el puente y miramos río abajo.
Al otro lado hay que tener cuidado al pisar la nieve, ya que al estar a la sombra está helada, y si pisamos sobre lo pisado lo normal es resbalar. Mejor caminar por la nieve no pisada. Aquí una vista de río arriba.
Empezamos a subir por la pista, aunque la subida es muy corta y a partir de ahora todo será llano o bajada, se acabaron las cuestas. Al fondo de esta foto, las Roques de Totlomón.
Detrás nuestro el Cim del Ras, de 2.563 metros de altura, y en los acantilados de delante se puede ver el Canal del Freser.
Otra vista más general, con menos focal, con el Torreneules (2.712 m) a la derecha del Cim del Ras.
La sombra casi permanente en el Bosc de Carboners mantiene la nieve sin fundir durante días.
La nieve da cierto juego a la hora de inspirar fotografías. Por ejemplo formas y texturas.
Nos encontramos algún tramo del camino completamente cubierto por esta capa de nieve helada, por lo que hay que extremar la precaución para no resbalar. De nuevo intenta no pisar lo ya pisado, es mejor romper la capa de hielo pisando sobre la nieve virgen.
La nieve también conserva pruebas de la fauna del lugar, como estas pisadas que parecen de rebeco.
El cielo de montaña en invierno tiene un azul que no existe en ningún otro lugar ni en ninguna otra época del año.
Si caminamos sin hacer ruido ni movimientos bruscos podemos encontrarnos con algún carbonero garrapinos (Peripapus ater) observándonos de cerca. A lo mejor de ahí le viene el nombre al Bosc de Carboners.
El viento de las montañas parece peinar los cirros que rompen el azul del cielo de invierno.
Cuando llevamos unos 500 metros desde el Pont de les Ribes, ésta es la vista que tenemos detrás nuestro, con el Torreneules al fondo.
Y llegamos al Torrent de la Calç, que baja desde Roques Blanques (2.453 m), una cima muy próxima al Balandrau, de 2.585 metros.
El torrente cruza la pisa y nosotros lo cruzamos a él con la única precaución de no pisar hielo.
Porque hablando de hielo, esta parte de la pista está bastante encharcada debido al agua que baja por esta ladera de la montaña y como nunca llega la luz directa del sol, las temperaturas bajas favorecen que los charcos permanezcan congelados.
Las formas de las placas de hielo también resultan fotogénicas, sobre todo en esas partes donde el hielo se convierte en agua y fluye.
El hielo y el agua nos acompañan a lo largo de varios metros en este frío tramo.
Mientras camino sigilosamente por esta parte del camino entre los altos árboles del bosque, a 900 metros del Pont de les Ribes, por el rabillo del ojo veo algo moverse entre los árboles a mi derecha. Rápidamente cojo la cámara, apunto a donde he percibido el movimiento, pongo la máxima distancia focal, y al mirar por el visor lo veo a él, al rebeco (Rupicapra rupicapra), vigilándome también por el rabillo del ojo.
Al mirar con detalle la foto en el ordenador veo que sólo presenta un cuerno, por lo que para mí haberlo visto es como si hubiera visto al mismísimo unicornio.
Por entre los árboles también veo la carena de Les Pedrisses y la vertiente que recoge el agua para el Torrent del Salt del Grill.
Unos 200 metros más adelante la pista sale de la espesura del bosque trazando una curva a la izquierda por el Solell de les Artigues. Esa curva constituye una especie de mirador sobre la Vall de Ribes. Abajo vemos la central de Daió de Baix, donde hemos empezado el recorrido (si hemos venido en coche).
Después del Solell de les Artigues cruzamos el Torrent de les Artigues.
La pista nos ofrece desde aquí magníficas vistas del valle y las montañas que nos rodean. De izquierda a derecha las Roques de l’Oratori (1.680 m), el Cim de Fontalba (2.103 m), el Tros de Bou (2.302 m) y las Roques de Totlomón (1.808 m). Lo blanco que asoma al fondo creo que es el Puigmal (2.910 m).
Desde aquí también podemos ver a los lejos el Salt del Grill, a nuestra derecha. Se ve muy diferente de cuando está debajo.
Aquí una vista más general del Salt del Grill, arriba a la izquierda, el río Freser y parte del sendero de subida a la izquierda.
Unos 400 metros después del Torrent de les Artigues la pista deja de ser llana y empieza a descender. Desde aquí podemos ver la estación eléctrica de Daió de Dalt, que desde lejos parece una cabaña abandonada.
Más arriba, en los acantilados de las Roques de Totlomón, se aprecia lo que parece un puente y que no es más que una canalización de agua que viene del río de Núria y que también va hacia la central de Daió de Dalt, donde se une al canal del Freser.
Poco más adelante también podemos ver el pueblo de Queralbs y los aparcamientos de la estación del tren de cremallera llenos de coches.
A 700 metros del Torrent de les Artigues (4,2 km desde el inicio del recorrido en la central de Daió de Baix) y cuando llevamos un rato de bajada tenemos esta formidable vista de les Roques de Totlomón a nuestra derecha, el Roc del Dui a su izquierda, el Tros de Bou detrás y la cuenca del río de Núria en medio, por donde el GR-11 sube al santuario de Núria. A la derecha del todo y cubierta de nieve la carena de Les Pedrisses.
Por debajo del Roc del Dui podemos ver el tren cremallera de Núria.
Unos 250 metros más adelante la pista traza un giro cerrado a la derecha. Delante nuestro queda Queralbs.
Y después de este giro otro algo menos cerrado a la izquierda, y nos encontramos con una barrera que sólo impide el paso de vehículos.
Al final de esta bajada, 300 metros más adelante, llegamos al Torrent del Forn.
Como aquí ya da más el sol, el agua de los charcos ya no tiene una capa de hielo por encima, y sólo muestra las típicas agujas de congelación.
Al mirar hacia los pinos de detrás del Torrent del Forn veo con tristeza que están infestados de nidos de procesionaria (Thaumetopoea pityocampa). Algunos de los pinos ya no tienen el color verde intenso que los caracteriza. Espero que pongan remedio pronto, o perderemos nuestros bosques.
Muchas guías y webs de senderismo que mencionan esta ruta dicen que a partir de este punto hay que bajar por al lado del torrente hasta llegar a la pista que va de La Farga a Daió de Baix, acortando considerablemente el recorrido. Yo vi ese sendero muy pedregoso y con demasiada bajada como para hacerlo con seguridad, así que decidí seguir por la pista aunque tuviera que caminar más.
La pista va llaneando 1,1 km hasta llegar a La Plana. Pasado el primer cobertizo a nuestra derecha encontramos un paso a través de la alambrada. Hay que soltar el alambre de un poste y volverlo a colocar después de cruzar.
Aquí una vista de las montañas nada más cruzar la alambrada de La Plana: el Roc del Dui a la izquierda, las Roques de Totlomón en el centro, y cubiertos de nieve la carena de Les Pedrisses, el Cim del Ras (2.563 m), la Coma del Clot (2.737 m) y el Torreneules (2.712 m).
Cruzamos por este terreno de pasto siguiendo lo que parece un camino que baja trazando eses. Si en ese momento hay vacas y no te atreves a pasar, no te va a quedar más remedio que seguir por la pista un kilómetro más hasta llegar a la carretera de Serrat, y luego seguir hacia la derecha en dirección a La Farga.
Aquí una vista de La Plana desde la primera curva del terreno de pasto.
Y aquí una vista de Queralbs después de la primera ese completa.
Después otra ese completa más, al llegar a la quinta curva encontramos un camino «de verdad».
Y después de 600 metros desde la alambrada llegamos a la carretera de Serrat. Aquí mirando hacia atrás el punto en que el camino de La Plana se encuentra con la carretera de Serrat.
Seguimos recto tal como hemos venido, o sea por la carretera hacia la derecha. Al pasar junto a un muro de contención de piedra cubierto de helechos, la luz reflejándose en la humedad del asfalto de la carretera me motivan a hacer varias fotos jugando con el desenfoque. Ésta es la que más me gustó de la serie.
Nos encontramos con el último torrente que cruzamos antes de llegar a La Plana, pero desde la carretera de Serrat es más espectacular.
Seguimos por la carretera de Serrat en dirección a La Farga. Abajo a nuestra izquierda podemos ver el río Freser y la Casa de Colònies de La Farga. Cuando llevamos 600 metros por la carretera de Serrat llegamos a la central eléctrica de La Farga, punto final del recorrido si hemos venido en el tren de cremallera. Pulsa aquí para saltar al final si has venido en tren.
Seguimos recto si hemos venido en tren, o giramos a la derecha si venimos de la carretera de Serrat. La pista que une las centrales de La Farga y de Daió de Baix discurre paralela al río Freser. Es un agradable paseo rodeado de montañas, como el Torreneules (2.712 m) al fondo.
Frente a La Farga las aguas del Torrent de la Ruïra se unen a las del río Freser.
Empezamos a caminar por la pista de Daió de Baix. A unos 250 metros de La Farga encontramos un camino a la derecha. Nos desviamos momentáneamente de la pista y subimos por este camino. A escasos 50 metros nos encontramos con la entrada de la mina Yellas, una antigua mina de la que se extrajo uranio sobre el año 1902.
No me atreví a entrar en la mina porque estaba semiinundada y yo no llevaba linterna. Esta foto está tomada desde la entrada de la mina, con el flash de la cámara.
El camino de la mina viene también desde arriba, paralelo al Torrent del Forn. Concretamente se trata del atajo desde la pista del Bosc de Carboners que mencioné si viniste en coche, y que leerás más adelante si has venido en tren. Ésta es la vista de les Roques de Totlomón, el Cim del Ras y el Torreneules desde la entrada de la mina Yellas.
Regresamos a la pista de Daió de Baix y proseguimos hasta la central. El ansia por obtener electricidad a primeros del siglo XX movió a los ingenieros civiles a buscar los mejores lugares para obtener energía hidroeléctrica y eso les llevó a las montañas sin tener reparos por el impacto que ello tendría en el paisaje. Al menos los canales que atraviesan las montañas son más discretos que las líneas de tendido eléctrico que salen de las centrales.
A un kilómetro de la central de La Farga llegamos a la central de Daió de Baix, donde se unen los ríos Núria y Freser pero que obtiene la energía eléctrica del agua canalizada de estos ríos montaña arriba y lanzada contra la central desde Daió de Dalt.
Frente a la central hay un puente que nos lleva hasta la entrada, que está cerrada. Desde él vemos el río Freser, que pasa por debajo nuestro, y el puente de madera en el que empiezan los senderos del Freser.
Y aquí acaba este completo itinerario de montaña si has venido en coche y lo has aparcado al lado de la central de Daió de Baix. Si has venido en el tren de cremallera o vienes caminando desde La Farga, pulsa aquí para continuar el recorrido.
Espero que hayas disfrutado leyendo como yo disfruté recorriéndolo, fotografiándolo y contándotelo aquí ahora. Ahora sólo tienes que ir a vivirlo… y luego me lo cuentas.
Cómo llegar al Salt del Grill en Queralbs
Previsión meteorológica
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Bona patejada
Però molt txula Llorenç! Gràcies per passar i comentar!
…Me ha encantado leer sus comentarios sobre este precioso pateo. Un saludo Afectuoso
Muchas gracias!