El Penedès es una comarca natural de la costa catalana entre las provincias de Barcelona y de Tarragona. Su particular geología, orografía y climatología han propiciado que el hombre poblara este territorio desde la edad de bronce, y que haya sido especialmente próspero en época romana gracias a la Via Augusta, que comunicaba el Penedès romano con el resto de Hispania y del Imperio, y al cultivo de la viña, que aún sigue en pleno apogeo dos mil años después.
Los romanos también empezaron a extraer el mineral de yeso de Vilobí del Penedès en minas a cielo abierto (el topónimo Vilobí viene del latín villa albina o «villa blanca», posiblemente en referencia a la montaña de yesto donde se encontraban la minas). Esta minas han sido explotadas hasta finales del siglo XX, momento en que unas filtraciones de agua empezaron a inundar las minas hasta el punto de hacerlas inviables. Hoy en día las minas han sido desmanteladas por completo y el paraje ha sido recuperado y convertido en reserva natural protegida: el Parc dels Talls, aunque todo el mundo lo conoce como los Pèlags de Vilobí. A día de hoy se desconoce el origen de esta agua.
El recorrido por Los Pèlags de Vilobí: track y recomendaciones
El recorrido para conocer toda esta zona del Penedès es un itinerario circular de poco más de 11 km y con muy poco desnivel, lo que a pesar de la longitud lo hace asequible para cualquier persona acostumbrada a caminar por la naturaleza, incluidos niños. Aunque gran parte de estos 11km son por caminos asfaltados o en buen estado, recomiendo llevar calzado de senderismo porque el entorno del Pèlag Gran es algo más rocoso y complicado para calzado deportivo. También gran parte del recorrido está expuesto al sol, por lo que en verano conviene llevar gorra y ponerse crema solar, aunque yo lo hice en agosto del 2020 pero por la mañana temprano y no pasé excesivo calor. Obviamente no olvidar el agua, muy importante.
El entorno y su relieve
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en en el + y en el – bajo la barra de reproducción para cambiar la velocidad.
La excursión y las fotos
Km 0,0 – Plaça de l’Ajuntament de Vilobí
Empezamos el recorrido en el casco antiguo de Vilobí del Penedès, en la Plaça de l’Ajuntament, donde precisamente no se encuentra el ayuntamiento pero donde podremos encontrar sitio para aparcar el coche. Se encuentra escondida en un callejón detrás de la Plaça Major. Puedes ver su localización exacta en el apartado «Cómo llegar a…» más abajo en este post. Con ese nombre te esperas una plaza bonita, de las más importantes del pueblo, pero más bien es todo lo contrario. Imagino que aquí se encontraba el antiguo ayuntamiento del pueblo.
Salimos de la plaza por una calle que baja a la izquierda.
La calle se acaba y se convierte en una escalinata. Desde allí tenemos una vista del entorno de Vilobí rodeado de viñas. Destaca la iglesia nueva de Santa María de Vallformosa, construida en el primer tercio del siglo XX. A la derecha del todo en la foto el nuevo edificio del Ayuntamiento (todo es nuevo ahí abajo), y de fondo la silueta del macizo de Montserrat.
El tramo de escaleras acaba en un cruce de caminos.
Seguimos por el Carrer del Torrent pasando entre el campo de fútbol y la Casa de la Vila (el nuevo ayuntamiento), llegando a la carretera.
Cruzamos la carretera y seguimos por un camino asfaltado que lleva a muchos sitios.
Nos dirigimos al barrio de La Font. A ambos lados del camino hay campos, principalmente de viñas. A unos 400 metros llegamos a un cruce. Entramos en el barrio de La Font, nombre que supongo le viene de la Font de la Rovira, que está en esta zona. Tampoco es un barrio como tal, sino un grupo de casas separadas agrupadas en torno a la fuente. Hacia atrás tenemos una buena vista del pueblo de Vilobí, en alto.
Es la segunda mitad de agosto y la uva ya está casi a punto. De hecho en algunos viñedos ya han empezado a vendimiar (se puede ver en la foto anterior).
Pero no todo son viñedos aquí. Al otro lado del camino veo un campo labrado.
Me llaman la atención unas cosas blancas que hay en los surcos. Utilizo el teleobjetivo para ver de qué se trata, y resultan ser cebollas: es un campo de calçots recien sembrado.
A unos 600 metros de la carretera nos cruzamos con la carretera de la Teulera.
Cruzamos esta carretera y seguimos recto por la carretera de Grabuac. Al cruzar también hemos pasado del término municipal de Vilobí del Penedès a Font-rubí. Pasamos junto a unos establos antes de cruzar la riera de Vilobí.
Tras pasar el establo y un leve giro a la derecha cruzamos la riera y pasamos junto al restaurante La Taba de La Sínia de Can Suriol, el más bonito del Penedès dicen algunos. Un tranquilo recinto propiedad de las bodegas Can Suriol.
Más adelante pasamos junto a Cal Ton Conill, una gran casa residencial de finales del siglo XIX y principios del XX.
Pasado Cal Ton Conill vemos el núcleo de Can Colomer elevado sobre un montículo.
Llegamos a un cruce y obedecemos una indicación que señala hacia adelante.
Unos 150 metros más adelante me llaman la atención los viñedos de la izquierda. Pertenecen a Can Suriol y lo que realmente me llama la atención es que se trata de hileras de cepas muy jóvenes y etiquetadas según la variedad de uva que producen, así como la fecha de plantada.
Seguimos por el camino en dirección a Can Colomer, ahora ya más cuesta arriba.
Junto al camino hay un viejo almendro con más almendras que hojas.
Pasamos junto a la entrada de las bodegas Can Suriol. Detrás nuestro el pueblo de Vilobí del Penedès.
Km 1,7 – Cal Colomer (o Grabuac)
Entramos en el núcleo de Cal Colomer. Hay referencias a las bodegas Suriol en todas partes.
El núcleo de Cal Colomer surge en torno a la masía Grabuac y que de hecho antiguamente se conocía como el pueblo de Grabuac. Lo primero que llama la atención es el torreón de la masía.
El edificio actual de la masía, de estilo modernista, es obra de Josep Puig i Cadafalch.
Tomamos la calle que pasa frente a la capilla de Sant Pau de Grabuac.
Al llegar a una placeta torcemos a la izquierda por una calle que se acaba convirtiendo en un camino.
El camino pasa entre unos extensos viñedos de Can Suriol, con las diferentes variedades de viña debidamente etiquetadas.
Km 2,5 – Bosc de Les Graus
A unos 600 metros el camino se adentra en el Bosc de les Graus.
Dentro del bosque cruzamos la Riera de les Graus.
Me llama la atención entre tanto verde el rojo intenso de las bayas de guardalobo o ginestó (Osyris alba).
En nada llegamos a un cruce.
Giramos a la derecha hacia la Font de les Graus, que según la señal, debe estar a 200 metros. Me fijo en el pollito que hay en el poste por debajo de la señal.
Volvemos a cruzar la Riera de les Graus.
Poco después de cruzar la riera dejamos atrás los pinos y pasamos al encinar.
A la derecha del encinar hay un viñedo, y al fondo se ve como un claro. De momento ninguna señal de la Font de les Graus.
El camino acaba frente a otro viñedo. Ninguna señal de la Font de les Graus, que debería estar muy cerca.
Parece que ya han vendimiado este viñedo y se ha caído parte de esa vendimia de los remolques.
La fuente tiene que estar cerca hacia la derecha, por lo que giro bordeando el bosque hasta que a los pocos metros encuentro un paso.
Al otro lado de ese paso, un pollito en un poste pequeño. Seguro que quiere decir algo.
Y poco más adelante veo una señal de la Font de les Graus, a sólo 20 metros.
Km 2,9 – Font de Les Graus
Allá donde indicaba la señal se ve una pequeña obra de ladrillo.
Y ahí está la Font de les Graus.
Una placa recuerda que fue restaurada en mayo del 2004, y creo que va siendo tiempo de hacerlo de nuevo.
Del caño apenas sale agua.
Y por dentro tampoco se ve mucha agua.
Junto a la entrada a la fuente, una centenaria encina.
Y al lado un viñedo, el que veíamos desde el camino unas cuantas fotos antes. La Font de les Graus estaba en el claro que se veía en aquella foto.
Al otro lado de la encina centenaria y a sus pies, un montón de piedras y cemento que lleva tanto tiempo ahí que la encina ha crecido encima de él.
Ahora que ya nos hemos orientado volvemos por el camino hasta el cruce en el que nos desviamos.
Seguimos recto y a los pocos metros llegamos a la masía Les Graus, actualmente un alojamiento rural.
Frente a la casa giramos todo a la derecha por un camino que rodea un viñedo.
Dejamos atrás la masía Les Graus.
A la derecha el encinar del Bosc de les Graus nos muestra sus bellotas.
Y a la izquierda las viñas nos muestran sus racimos de uva a punto de ser vendimiada.
A unos 300 metros de Les Graus, el camino del viñedo acaba en un camino asfaltado frente a Cal Trons.
Seguimos por el camino asfaltado que enseguida gira 90 grados a la izquierda frente a Can Casals, que parece un poco abandonada.
Unos 150 metros más adelanta pasamos frente a Cal Ton Fassina.
Junto a un pozo frente a esta casa maduran los frutos en un melocotonero.
Me llama la atención una sombra en una pared de la casa.
Aquí están los culpables de la sombra, unas golondrinas (Hirundo rustica) en un cable.
Seguimos avanzando por el camino asfaltado. Hacia la izquierda se ve una granja entre las viñas.
Y como tarden un poco más en vendimiar las viñas de la derecha, van a recoger pasas.
A unos 200 metros de Cal Ton Fassina llegamos a la carretera.
Cruzamos la carretera y seguimos a la derecha por el arcén. A unos 100 metros llegamos a la altura de un almendro.
Giramos a la izquierda saliendo de la carretera por un camino entre viñedos.
A unos 200 metros nos cruzamos con un camino asfaltado justo en el límite con el término municipal de Vilobí.
Arriba a la izquierda veo más golondrinas posadas en cables.
Km 4,4 – Polígon Industrial de Vilobí
Seguimos recto por el camino unos 100 metros más hasta llegar al Polígono Industrial de Vilobí del Penedès. Es agosto en pandemia de Covid-19 y no hay actividad industrial.
Atravesamos el desierto polígono por la calle central.
Los olivos de la rotonda de la calle parecen estar pasando un poco de sed.
Al final de la calle, y del polígono, giramos a la derecha.
Una vez dejamos atrás los terrenos del polígono industrial, lo que llena el paisaje a nuestra derecha son las viñas.
Km 5,0 – Bellver de Vilobí
Tras unos 300 metros giramos bruscamente a la izquierda en dirección al barrio de Bellver de Vilobí del Penedès.
Seguimos recto por la misma calle. Parece un barrio muy tranquilo y con algunas casas bastante imponentes, algunas de ellas en recintos cerrados con los buzones de correos fuera de ellos.
Al final de esta calle parece que entramos en la parte más antigua del núcleo de Bellver.
Me llaman la atención esta puerta y esta ventana tapiadas en una pared.
Poco más adelante pasamos frente a la fachada de Sant Pere de Bellver, una pequeña iglesia con la puerta a medio metro del suelo. Puedo presuponer que por aquí no se entra.
Unas metros más adelante de Sant Pere giramos a la derecha por la Baixada de l’Oreneta (bajada de la golondrina).
Vamos bajando por esta encantadora calle.
Km 5,5 – Cal Romeu
Escondida detrás de una enorme morera a la derecha encontramos una pequeña joya arquitectónica: Cal Romeu.
Se trata de lo que queda de una casa del siglo XVI. El resto se convirtió en el bloque de pisos adosado a la derecha Cal Romeu. La hiedra cubre las dovelas de la vieja puerta.
Sin embargo las dos ventanas que se conservan arriba muestran detalles de su antigüedad.
Al final la calle se convierte en un camino que parece dividirse en dos. Seguiremos por el de la izquierda.
En las orillas del camino abunda el trébol fresa (Trifolium fragiferum).
En el suelo del camino, una avispa zapadora (Ammophila sabulosa) solitaria vigila que no la pise.
El camino atraviesa los campos de Els Prats de Vilobí.
En esta época del año los capítulos de cardo cundidor (Cirsium arvense) empiezan a diseminar sus semillas.
Tras unos 450 metros desde el final de la Baixada de l’Oreneta llegamos al Camí dels Horts. Lo cruzamos y seguimos recto. Aquí dejamos atrás los viñedos, el paisaje típico del Penedès, y nos dirigimos ya hacia los Pèlags de Vilobí.
A un lado del camino veo un montón de pelo o lana de un animal. No se ven rastros de violencia ni nada que pudiera haber propiciado esta pérdida de pelaje a su propietario.
El camino va subiendo poco a poco. A nuestra izquierda vemos Bellver y los campos de Els Prats que acabamos de cruzar.
Seguimos ganando altura y viendo más cosas abajo a la izquierda. Aquí una explotación ganadera. Además de uva, en el Penedès también hay vacas.
Km 6,3 – Subiendo a los Pèlags de Vilobí
A unos 300 metros del Camí dels Horts llegamos a otro cruce. Giramos del todo a la derecha empezando el tramo más cuesta arriba del itinerario por la falta de la Muntanya del Picolís (328 m).
Pasada una zona de pinos, a nuestra derecha se abre un paisaje de hectáreas y hectáreas de viñas.
Un poco más a nuestra derecha, casi a nuestra espalda, la majestuosa sierra de Montserrat se eleva por detrás de Bellver de Vilobí.
Hacia finales de agosto la vendimia va a pleno rendimiento.
A 600 metros del cruce anterior llegamos a otro, ahora casi en llano.
Tomamos el sendero de la izquierda que está flanqueado por unas rocas pintadas.
A los pocos metros pasamos junto a la entrada hacia un mirador, pero está cerrada por riesgo de desprendimientos (agosto del 2020). No nos desanimemos con esto, porque aún queda bastante ruta.
Seguimos por el sendero en ligero ascenso. A la izquierda tenemos pinos y a la derecha matorrales y arbustos detrás de una valla. No lo vemos desde aquí, pero estamos caminando por la carena de encima del Pèlag Gran.
El terreno es muy seco y soleado, aunque no hace excesiva calor para la época del año que es. En algunos claros del camino crece la lechetrezna de campo (Euphorbia segetalis).
A 200 metros del mirador cerrado el sendero de la carena del Pèlag Gran empieza a descender.
Y a la que el sendero empieza a trazar una curva a la derecha, podemos ver abajo el agua del Pèlag Gran.
Me fijo en cómo brillan las rocas del suelo. Es mineral de yeso.
Pasamos un cruce con un sendero que lleva a los otros Pèlags de Vilobí. Nosotros seguimos rodeando el Pèlag Gran hacia la derecha. Cada vez se nos va abriendo más la panorámica de este lago.
Una macaón (Papilio machaon) revolotea por delante mío y se posa un momento para que le haga una foto. Antes veía muchas macaón pero hace tiempo que celebro encontrarme una.
Junto a una barandilla que evita que nos caigamos al vacío del Pèlag Gran, una chinche rayada (Graphosoma lineatum) trepa por la umbela de una zanahoria silvestre (Daucus carota). Es raro que no tenga pareja.
No lejos de allí también revolotean las blavetes (Polyommatus sp.).
Finalmente, a unos 500 metros del mirador cerrado llegamos a otro mirador, éste abierto.
Ésta es la vista del Pèlag Gran desde el mirador.
Y así se ve el Pèlag Gran desde al lado del mirador. No sé cuál se ve mejor.
Km 7,5 – Guixeres de Vilobí
Estamos en otro barrio de Vilobí, Les Guixeres, que debe su nombre al yacimiento de yeso sobre el que está construido. Los Pèlags de Vilobí constituyen el Parc del Talls, un paraje natural de gran valor ecológico y geológico surgido tras el abandono de la explotación minera de extracción de yeso. Esta actividad se ha estado llevando a cabo desde época romana hasta finales del siglo XX. La aparición de agua, entre otras cosas, obligó a dar por concluida la actividad de extracción de yeso y propiciar el desmantelamiento de las instalaciones. Desde entonces la naturaleza ha recuperado la zona con todo su esplendor, convirtiendo este lugar en un humedal atípico en medio del Penedès.
Entramos en el barrio, constituido por casas diseminadas.
Los higos maduran en las higueras (Ficus carica).
Algunas de las casas son bastante viejas y han sufrido numerosas reformas.
Otras están bastante descuidadas.
A la derecha de esta casa, un camino conduce a otros Pèlags de Vilobí, concretamente el Pèlag Sec, que como indica su nombre está seco, el Pèlag Fiol, que también está seco, y el Pèlag Petit, que sí tiene agua. Frente a ese camino me llama la atención la blancura de las flores de un arbusto medio enredado en la alambrada de la valla de una casa. No puedo determinar si se trata de falso jazmín (Solanum laxum) o de Solanum bonariense. Ambas son originarias de Sudamérica pero cultivadas en todo el mundo.
Seguimos calle abajo y a unos 200 metros llegamos a la carretera del Parc dels Talls. Continuamos por la carretera hacia la derecha.
Poco más de 200 metros más adelante encontramos un sendero que se separa de la carretera hacia la derecha. Nos desviamos por él.
El sendero se adentra en una pequeña pineda.
El mineral de yeso abunda en el suelo.
Km 8,4 – Parc dels Talls (Pèlag Gran)
A unos 400 metros llegamos al aparcamiento y la entrada del Parc dels Talls.
En la entrada encontramos un panel informativo con un plano del Pèlag Gran y una explicación sobre el mismo.
Tomamos el camino que se dirige al centro del Pèlag Gran.
A los 50 metros nos desviamos a la izquierda, hacia la plataforma de madera, a la que llegamos tras otros 50 metros.
Subimos al segundo y último piso de la plataforma. Desde allí tenemos una vista excepcional del Pèlag Gran. Hacia la derecha vemos la pared de roca de yeso. Por arriba parte del camino por el que llegamos hasta el mirador. Abajo a la derecha se ve otro mirador.
Enfrente se aprecian derrumbes parciales de la pared. Creo que más o menos por ahí arriba debe estar el mirador que estaba cerrado.
Podemos ver el detalle de las vetas de yeso en la pared de roca.
Bajamos de la plataforma, volvemos al camino y seguimos a la izquierda hacia el lado Este del Pèlag Gran.
A lo largo del camino vamos pasando por otros paneles informativos que nos explican cosas del entorno.
Más detalles de las vetas de yesto al lado del camino.
A unos 500 metros de la plataforma llegamos al mirador del extremo Este del Pèlag Gran, y que queda debajo del primer mirador por el que pasamos.
Un panel informativo nos explica cosas acerca del mineral de yeso.
Desde este mirador tenemos una estupenda vista del Pèlag Gran. Yo creo que es la mejor.
En la orilla izquierda y un poco por debajo del agua se ve lo que parece ser una embarcación recreativa a pedales hundida.
Me entretengo un rato contemplando y fotografiando las texturas de las diferentes maneras como se presenta el mineral de yeso.
Visto todo esto regresamos por el camino hacia la entrada al Parc dels Talls.
Al llegar a la entrada de parque seguimos recto por un camino que baja ligeramente hacia la derecha. Pasamos junto a otro panel informativo.
A unos 200 metros de la entrada llegamos al nivel del agua del Pèlag Gran.
La vista del Pèlag Gran desde aquí también es muy bonita, relajante.
Bajamos un poco más hacia la orilla. No hace falta recordar que al tratarse de un parque natural está totalmente prohibido bañarse, pescar, acampar o cualquier otra actividad contraria a la conservación del medio natural.
El agua de la orilla es transparente. y está repleta de pececillos nadando velozmente a medida que nos movemos.
Me llama la atención el vivo color rojo de un macho de libélula flecha roja (Sympetrum striolatum) posado en una ramita en la orilla del Pèlag Gran.
Regresamos a la entrada al Parc dels Talls y continuaremos hacia Vilobí, pero en vez del sendero de la ida volveremos por la carretera.
A unos 700 metros del Parc dels Talls y tras pasar el desvío a las Guixeres de Vilobí me llama la atención una simpática señal de tráfico en la carretera.
Unos metros más adelante vemos a la derecha un camino que lleva al Pèlag Llarg. Nos desviamos por él.
El suelo del camino es puro yeso.
Km 10,7 – Pèlag Llarg
Tras unos 200 metros un cartel nos informa que estamos en la entrada la Pèlag Llarg, otro de los Pèlags de Vilobí. Éste se encuentra en pleno barrio de Les Guixeres de Dalt.
Empezamos a bajar hacia el Pèlag Llarg por el sombrío camino.
Una vez abajo la vegetación lo invade todo. Lo que podría ser un agradable parque aparece ahora muy dejado, no sé si por la pandemia o qué. Un banco intenta asomarse por entre la maleza.
Por encima de las zarzas consiguo ver el agua del Pèlag Llarg.
Más abajo la vegetación es más espesa y alta y ya no se puede ver el agua. En la pared de yeso me parece ver lo que parece una escalera metálica que recorre toda la pared.
En la pared veo que hay una colonia de paloma bravía (Columba livia), ya que éste es su hábitat natural, las paredes de roca, no nuestras ciudades.
Volvemos arriba para ir finalizando el recorrido.
Desde arriba es posible ver el agua del Pèlag Llarg, aunque no es tan vistosa como el Pèlag Gran.
Una vez arriba seguimos por el camino hacia el centro de Vilobí del Penedès.
Seguimos ahora ya por calles de Vilobí en el barrio de Les Guixeres de Dalt.
Parece un barrio tranquilo.
Ya cerca del centro de Vilobí pasamos junto a Ca n’Olivella, una casa reconstruida a principios del siglo XIX pero con historia desde el siglo XV.
Km 11,3 – Plaça Major de Vilobí
Llegamos a la Plaça Major de Vilobí, y desde allí y por un callejón a la Plaça de l’Ajuntament, punto de inicio y final este extenso recorrido.
Y esto es todo, un post extenso para un recorrido intenso y con muchas cosas interesantes que ver y fotografiar. Espero que te haya gustado y desde aquí te animo a visitar los Pèlags de Vilobí.
Por último
Recuerda ser respetuoso con el entorno y con los demás. Los lugares idílicos dejan de serlo cuando los destrozamos. Es tan sencillo como seguir los siguientes consejos:
- Aparca donde esté permitido y sin impedir el paso a otros vehículos, personas o animales. A tí no te gustaría que te bloquearan el paso.
- No muevas piedras, arranques plantas o molestes o dañes a los animales, aunque sean insectos. Si están ahí por algo será.
- No hagas pintadas ni grabados en rocas ni en cortezas de árboles. No tiene ningún sentido.
- No grites ni hagas demasiado ruido. Si a tí te molesta, a la fauna más.
- Recoge tus desperdicios, incluídas colillas y pañuelos de papel, y tíralos en los lugares adecuados, y si no hay pues en tu casa. Pesan y ocupan menos a la vuelta que a la ida.
Si todos hacemos esto tan simple encontraremos estos lugares como si acabaran de ser descubiertos.
Cómo llegar a Los Pèlags de Vilobí
Previsión meteorológica
- Artículo bajo licencia Creative Commons BY-NC-ND 4.0 International. Puedes compartirlo si citas al autor, si no obtienes ningún beneficio económico, y si lo mantienes íntegro, sin realizar ninguna modificación en el texto ni en las fotos. Y si además me lo comunicas, me harás muy feliz. 🙂
Bona excursió, es un lloc molt curiós i que em va sorprendre molt positivament…. el que si et puc dir es que jo vaig arribar fins bastant mes a prop… 🙂
Buenos días. Acabamos de realizar esta bella ruta circular. Sencilla y muy entretenida. El paisaje expléndido. Agradecer al autor de esta página por lo bien documentado que está el trayecto con indicaciones y numerosas fotografías. Muchas gracias por la generosidad de realizarlo y compartir.
Al llegar a casa tomaremos una copita de vino en recuerdo a esta ruta de viñedos.
Oh! Muchas gracias a ti por este comentario y por el «recuerdo» con la copita de vino. Cosas así son las que me animan a seguir compartiendo excursiones. Si todo va bien, esta semana ruta nueva.