Cuando me tomo vacaciones de verano suelo buscarme alguna ruta de senderismo para no perder los hábitos y para conocer más directamente el entorno del lugar al que voy a pasar esos días. Este verano ha tocado la zona del Cabo de Gata, un asombroso parque natural en la costa de Almería y que se caracteriza por ser la zona más árida de la Europa continental. Es tan árido, y sobre todo en verano, que el mejor momento para salir a hacer senderismo es el amanecer. Como estuve alojado en Carboneras, en la zona norte del parque, la ruta más próxima para poder salir a caminar a primera hora del día era la de Mesa Roldán, un cerro plano próximo a la famosa Playa de los Muertos, el emblema del Cabo de Gata, y donde se encuentra el faro, una instalación de antenas de comunicaciones, y una antigua torre defensiva del siglo XVIII construida sobre una torre vigía del siglo XV.
Cuando ya estaba mentalizado para el madrugón, un día amaneció cubierto de nubes y con temporal de levante, lo que suponía una gran ventaja para salir a caminar a plena luz del día siempre y cuando no lloviera. Y así fue como hice el circuito que voy a detallar en este artículo.
El itinerario que propongo es un recorrido parcialmente circular de poco más de 5,5km y con poco desnivel, o sea fácil. Se divide en dos partes, la subida a Mesa Roldán y la visita al Mirador de los Muertos. Se puede alargar y añadir una visita a la Playa de los Muertos si te apetece darte un baño. Como equipación basta llevar calzado deportivo cómodo y ropa fresca y ligera (allí no refresca ni en invierno), y si hace sol llevar una gorra o sombrero y aplicarse protector solar porque no hay ninguna sombra en todo el entorno. Y no olvidar el agua para hidratarse.
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
Para ir al punto de partida del circuito tomamos en Carboneras la carretera que va a la Playa de los Muertos y a Agua Amarga. Lo primero que nos choca en este recorrido por carretera es que pasamos junto a una enorme central térmica, una planta desalinizadora y una fábrica de cemento, la térmica y la cementera con sus correspondientes puertos. ¿Qué hace todo esto en un parque natural? Pues resulta que esta zona industrial y el casco urbano de Carboneras están excluidos de la zona de protección natural del Cabo de Gata. Nos lo recuerda un cartel que nos da la bienvenida al parque natural cuando la carretera empieza a subir después de pasar la Playa del Corral.
Cuando acaba la subida de la carretera llegamos a los aparcamientos de la Playa de los Muertos, a la derecha y a la izquierda de la carretera. Ambos son de pago. Se paga una cantidad fija (no recuerdo cuánto) para estar todo el día, por que que si vamos a aprovechar y quedarnos en la playa después de la caminata, dejamos el coche en cualquiera de estos aparcamientos… siempre que haya sitio para aparcar. Como vayas tarde lo vas a tener crudo, y eso que el aparcamiento de la derecha es grande. En verano hay que ir a primera hora, entre las 9 y las 10.
Otra opción es aparcar gratis en un camino paralelo a la carretera. Continuamos hacia Agua Amarga, y a la altura de una casa en ruinas a nuestra izquierda encontraremos un camino que sale de la carretera y va a esas ruinas. Salimos por él y entramos con el coche al camino que va paralelo a la carretera pasando por entre unas grandes rocas (el coche cabe). El camino acaba casi al lado de los aparcamientos de pago. Ojo que éste también se llena.
Empezamos el itinerario al lado de la caseta de información de la Playa de los Muertos, junto a los aparcamientos. Hacia la derecha sale la carretera del faro, que suele estar cerrada con una valla, aunque los coches pueden subir si la apartan y la vuelven a poner. Nada más empezar a subir tenemos esta vista de Mesa Roldán, con las antenas a la derecha.
A unos 150 metros de la caseta de información hemos ganado un poco de altura, y a nuestra izquierda tenemos esta vista del sendero que baja a la Playa de los Muertos, el aparcamiento (bastante lleno de coches cuando fui, y eso que no hacía día de playa) y al fondo Carboneras con la enorme chimenea de la central térmica.
Unos 50 metros más adelante llegamos a una bifurcación y salimos de la carretera del faro para continuar por el antiguo camino del faro, más estrecho y sin asfaltar.
Está marcado en blanco y azul, aunque no tiene pérdida.
El camino asciende suavemente rodeando Mesa Roldán por la cara norte. La vegetación aquí consiste básicamente en espartales y algunos cardos y plantas aromáticas como la lavanda.
Detrás nuestro los aparcamientos llenándose paulatinamente y al fondo Carboneras.
Si tenemos prismáticos o un teleobjetivo, una mirada más allá de Carboneras nos revela detalles de la costa.
Abajo en el agua la Isla de San Andrés, que está frente al pueblo de Carboneras. Sobre el cerro de la izquierda la Torre del Rayo, que oculta la Playa del Algarrobico y su polémico hotel a medio construir. Más allá y a mayor altura que la Torre del Rayo el Cerro del Arrapar con la Punta El Santo tocando el mar. Detrás un cortijo en lo alto de un cerro a la altura de la Playa del Sombrerico, que ya pertence a Mojácar, y por último la Torre del Pirulico. Al fondo del todo la silueta de las sierras de la zona de Mazarrón y Cartagena. Ya hemos dado un repaso a esta parte de la costa almeriense.
Aparte del esparto, otra planta muy común en el Cabo de Gata es el palmito.
También podemos encontrar por aquí algunas higueras en forma de arbusto, sin un tronco que las eleve del suelo.
Las higueras y los lentiscos van a ser las plantas más altas que vamos a encontrar por aquí. Por otro lado otras plantas minúsculas se buscan la vida como pueden.
Cuando llevamos unos 400 metros por el antiguo camino del faro vemos este poste con los colores blanco y verde correspondientes a sendero local (SL), que es el sendero por el que vamos. Puede que las marcas blanco y azul de antes correspondan a otro sendero que comparte trazado con éste. Desde aquí tenemos este paisaje interior del Cabo de Gata. Ni un árbol a la vista en kilómetros, y seguramente los únicos que haya estarán encerrados en invernaderos, que se intuyen como superficies blancas al fondo a la izquierda.
De nuevo señales en color blanco y azul para aumentar la confusión. Si hay dos senderos por el mismo trazado, lo suyo sería mostrar las dos señales en el mismo punto, porque si no no sabes si te has salido del camino o qué. De todos modos aquí no es fácil perderse.
Más palmitos agrupados en una zona de Mesa Roldán donde puede que baje agua en las escasas ocasiones en que llueve, o bien donde quizás se acumula la humedad del aire por tratarse de un rincón a resguardo de todos los vientos excepto los del norte. Visto desde el aire (o Google Maps), los palmitos dibujan una línea que va desde aquí hasta la carretera, más abajo.
A pesar de que hay muchas plantas verdes, otras aparecen totalmente secas como este cardo.
El antiguo camino del faro sigue su constante ascenso por la cara norte de Mesa Roldán. Suerte que el cielo está encapotado, porque no me veo capaz de hacer este recorrido a pleno sol en agosto. Nos encontramos algunos excursionistas por el camino, seguramente porque también han pensado que hoy era el mejor día para hacer algo de senderismo.
Detrás nuestro el camino recorrido… y aquella concentración de palmitos a resguardo del viento.
A la derecha del camino y a lo lejos, el Barranco del Hondo y la Cabezada de Collada Blanca, donde está la cantera de yeso de Carboneras. La cantera parece una herida profunda en la piel de Cabo de Gata.
Cuando el antiguo camino del faro toma dirección Sur, llegamos a una bifurcación y aquí se aclara la confusión de los colores de las señales. El camino que baja a la derecha va a la Via Verde Lucainena y al sendero del Barranco del Hondo, y es al que corresponden los colores blanco y azul. Por otro lado tenemos una magnífica vista de la costa de Cabo de Gata que llega hasta la Punta de la Polacra y el Cerro de los Frailes detrás.
Seguimos por nuestro camino, que ahora ya sabemos que sus colores son el blanco y el verde. Atrás quedan el cruce, el Barranco del Hondo, la cantera de yeso, Carboneras con su térmica, y la Sierra de Cabrera.
Mesa Roldán fue en un principio un volcán submarino. Una vez finalizada la actividad volcánica, empezaron a proliferar corales sobre la base rocosa volcánica, y el hecho de hallarse cerca de la superficie del mar y que el clima fuera tropical favoreció el desarrollo de un arrecife. Hace unos 6 millones de años, la superficie del mar llegaba a lo que hoy es la cima de Mesa Roldán, o sea unos 220 metros más arriba de donde se encuentra ahora y ya se había creado una consistente capa de roca calcárea procedente de los esqueleros calcáreos de los corales. Esto provocó que el coral que expandiera hacia los lados, dando esta forma plana a la cima de Mesa Roldán. A esta altura de Mesa Roldán ya alcanzamos el nivel de la capa de roca correspondiente al arrecife. Las rocas a la izquierda del camino nos muestran la naturaleza calcárea de este terreno que cubre el viejo volcán.
A la derecha otra roca hace de sostén de diferentes formas de vida frente al paisaje del Cabo de Gata.
A 350 metros del cruce de caminos estamos en mitad de la cara oeste de Mesa Roldán y vemos que ya nos falta bien poco para llegar arriba.
Nos acercamos a la cima de Mesa Roldán y es lo mismo que si hace 6 millones de años nos acercáramos a la superficie del mar desde las profundidades del arrecife. Aquí la roca ya no es tan compacta y uniforme como unos metros más atrás sino que ya muestra señales evidentes de vida animal.
Poco más adelante la roca presenta multitud de agujeros repartidos más o menos de manera uniforme. Se trata de coral fósil del género Porites, uno de los corales más comunes y que forma las mayores colonias.
Detalle de otra roca de un poco más arriba.
Y otra roca algo más adelante con grandes huecos en su interior.
Ya casi arriba del todo encontré esta roca con señales evidentes de haber contenido conchas de moluscos. La calidad de la foto no es muy buena, pero es la única que hice a esa roca.
Y por fin asomamos la cabeza y avistamos por detrás nuestro el punto más alto de Mesa Roldán, a 222 metros de altitud, donde está instalada la estación de antenas de comunicaciones.
El antiguo camino al faro se une aquí con la nueva carretera, por lo que bajo nuestros pies encontramos asfalto. A la derecha de las antenas y de cara al mar, la Torre de Mesa Roldán.
Frente a la la torre, una magnífica vista de la costa del Cabo de Gata.
Recomiendo pinchar en la foto para verla a máxima resolución. Las casas blancas a la derecha de la imagen corresponden a la parte alta del pueblo de Agua Amarga. En la mitad de los acantilados de roca clara se encuentra la Cala de Enmedio, y a la izquierda de esos acantilados, donde se ve espuma de oleaje, está la Cala del Plomo con su aldea. La roca oscura que le sigue es la Punta del Plomo, la cala oscura a continuación es la Cala Puente, y la siguiente la Cala Chumba con la Punta Chumba. Tras ella la Cala Montoya, que no se ve, y la Punta Javana, con una pequeña roca en el agua frente a ella. Lo que vemos a continuación es la playa del Playazo de Rodalquilar, y al final ya de la línea de costa la Punta de la Polancra con el Cerro de los Lobos y su torre en lo alto. Detrás del Playazo, la inconfundible silueta del Cerro de los Frailes, el punto más alto de la Sierra de Cabo de Gata con 493 metros de altitud.
Tirando de teleobjetivo podemos ver una esquina de la playa de Agua Amarga y las barcas ancladas frente a ella.
Una vista de la Torre de Mesa Roldán desde un ángulo bajo, a pocos centímetros del suelo.
Para la construcción de los puertos de Carboneras en 1978 (sí, hay tres: el de los pescadores, el de la térmica y el de la cementera) se extrajeron las rocas de aquí.
Nos acercamos a la torre. Un panel informativo nos da información muy útil de la zona, y nos muestra lo que no podemos ver desde aquí.
Desde aquí también vemos el faro. No lo parece, pero aquí hacía bastante viento que daba de cara.
La Torre de Mesa Roldán que vemos hoy en día fue construída en 1766 sobre una torre de vigía que ya existía en 1497 pero que fue abandonada por la peligrosidad provocada por las correrías de piratas berberiscos en aquella época. Se recuperó en 1764 y se construyó sobre ella la nueva torre artillada en 1766 preparada para equipar dos cañones que nunca se llegaron a montar debido a que resultarían inútiles por la elevada altura del terreno y su distancia a la orilla del mar. En 1863 se inauguró el faro que hay al lado, y se sabe que hasta entonces se usó la torre para hacer señales de navegación por medio de una hoguera, como se hacía antes, y que mantenía un vecino de Carboneras. Posteriormente y a pesar de que desde 1949 se aplica a la torre el Decreto ley de protección de Castillos, su estado ha ido empeorando y se encuentra en estado total de abandono y cayéndose poco a poco. Las voladuras para la extracción de rocas para los puertos causaron serios daños estructurales en la torre, e incluso se resiente con las voladuras de la cantera de yeso, más alejada.
Vista desde aquí la Torre de Mesa Roldán puede que no te diga nada, pero si eres seguidor de Juego de Tronos y has visto la 6ª temporada, es posible que te suene este otro punto de vista de la torre, desde el centro de Mesa Roldán.
Así se ve Carboneras desde la base de la Torre de Mesa Roldán.
Desde la carretera del faro tenemos esta vista del mar. Se aprecia la diferente textura y color de la roca de abajo, de origen volcánico, respecto a la de arriba, la que corresponde al arrecife.
Vamos caminando hacia el faro dejando atrás la torre. Desde aquí una dramática imagen de la torre bajo un cielo amenazador, y al fondo el Cerro de los Lobos y una de las puntas del Cerro de los Frailes.
Llegamos a la verja del faro, que está cerrada. Desde aquí sólo se ve esto.
Desde aquí hay una vista algo diferente de la torre y el mar de fondo, una vista más panorámica, aunque en la foto lo único panorámico es el recorte.
Ya que no podemos entrar en el faro nos apartamos de la carretera para acercarnos al acantilado que da a la Cala Castillo y tomar una foto del faro desde otro ángulo. Me doy cuenta de que la luz está encendida, así que disparo justo en el momento en que el haz de luz incide sobre el objetivo, aunque no hay destello.
Desde aquí también vemos la Punta de los Muertos, con su característica roca oscura de origen volcánico. Si pinchas en la foto para aumentar la resolución podrás apreciar la textura.
Volvemos a la carretera del faro e iniciamos el descenso. Aquí Carboneras entre las rocas de un paso de la carretera del faro.
Y aquí una vista de la Torre de Mesa Roldán y del hueco dejado por la extracción de rocas para los puertos.
Esta foto se puede parecer mucho a la anterior de Carboneras desde la carretera, pero creo que aquí está más contextualizada. Además, pilla más costa.
No puedo evitar la tentación de entrar a esta zona deprimida de Mesa Roldán, así que al llegar al camino que sube a las antenas, me desvío de la carretera y camino en dirección a una cabaña de piedra que he visto antes desde arriba.
Me esperaba que la cabaña fuera un nido de porquería, pero sorprendentemente estaba limpia como si hubieran barrido un rato antes.
Me llaman la atención los pequeños pinos que crecen en esta zona, y sólo en esta zona. No parecen fruto de una reforestación. Se cuenta que hasta el siglo XVI toda esta zona estaba muy poblada de árboles, con mucho superficie boscosa. Había tantos árboles que se desarrolló una industria de producción de carbón vegetal, y de ahí el nombre de Carboneras a esta población. Pero esta industria fue tan poco sostenible que acabó con todos los árboles. Pues para mí que estos pinos conocen la historia y no desarrollan tronco para que no los talen y los conviertan en carbón.
Volvemos a la carretera y seguimos caminando hacia la caseta de información de la Playa de los Muertos. En la subida por el antiguo camino del faro he encontrado algunas matas de una planta espinosa con flores amarillas que vi que abundaba mucho en Lanzarote. Se trata de Launaea arborescens, una planta muy común en Canarias (allí la llaman aulaga) y en las zonas áridas o desérticas del noroeste de África, desde Argelia a Mauritania pasando por Marruecos, y en la península ibérica se encuentra sólo en Almería y el sur de Murcia. Pues de bajada por la carretera encontré esta mata bien maja (el desenfoque del fondo es intencionado).
Después de pasar un par de curvas cerradas de la carretera del faro, tenemos una vista del antiguo camino, por el que hemos subido a Mesa Roldán.
Una vista de los aparcamientos de la Playa de los Muertos, del Mirador de los Muertos, de Carboneras y de más allá desde la carretera del faro. A la derecha se ve un poquito de arena de la Playa de los Muertos.
Curiosas las texturas de esta roca que encontré un poco más abajo del desvío al antiguo camino del faro.
Unos 100 metros después del desvío que he mencionado antes, a nuestra derecha tenemos una buena vista del Mirador de los Muertos y uno de los senderos que llevan a la playa. Son 650 metros de camino desde la caseta de información.
Llegamos al final de la carretera del faro, donde la valla de quita y pon. Para el día de playa tan malo que hace hay bastante trasiego de gente que va y viene de la Playa de los Muertos.
Pasamos frente a la caseta de información y entramos en el sendero que baja a Playa de los Muertos, pero seguidamente nos desviamos hacia la izquierda por un estrecho sendero que pasa junto a unos árboles detrás del aparcamiento, poniendo rumbo al Mirador de los Muertos. Podemos ir igualmente por el aparcamiento y seguir luego por un camino pavimentado que va directo, pero para un senderista es mejor pisar tierra y piedras. En el aparcamiento ondea la bandera del estado de la Playa de los Muertos. Al tratarse de una playa natural carece de servicios como socorrista, duchas, chiringuitos o WC.
Aparece ante nuestros ojos el mirador poco antes de cruzarnos con otro de los senderos que baja a la Playa de los Muertos directamente desde el aparcamiento.
Llegamos a este segundo sendero de la Playa de los Muertos. Es más corto que el anterior, 450 metros, pero parece un poco más accidentado. Desde aquí vemos la playa justo al final del camino.
Subimos un poco por este sendero hacia el aparcamiento, y poco antes de llegar a él torcemos a la derecha por otro estrecho sendero. Éste discurre paralelo y a poca distancia del camino pavimentado que va del aparcamiento al Mirador de los Muertos. Las matas de esparto son casi la única especie vegetal que se ve por aquí.
Poco a poco a nuestra derecha vamos viendo más de la Playa de los Muertos. Más o menos a unos 300 metros del aparcamiento el sendero se va apartando un poco del camino pavimentado hasta una bifurcación. Por la derecha se baja a la Playa de los Muertos por un sendero más corto pero también más empinado y retorcido, con algún tramo con rudimentarios escalones. Nosotros seguimos hacia la izquierda para incorporarnos al camino pavimentado. Desde ahí hay esta vista de la Playa de los Muertos.
El oleaje en la orilla no aconseja meterse en el agua. Dicen que el nombre de esta playa viene de que en ella aparecían siempre los cadáveres de los naufragios en esta zona de la costa. A pesar del temporal, el agua sigue siendo de color turquesa.
Llegamos al Mirador de los Muertos. Desde aquí se supone que se obtiene la mejor vista de la Playa de los Muertos, pero no se abarca entera, sino sólo la mitad sur.
Un panel informativo nos muestra cómo se ve la zona desde el mar y nos explica curiosidades sobre la Playa de los Muertos y su geología.
La Playa de los Muertos es considerada año tras año una de las mejores playas de España, a pesar de no disponer de servicios. No puedo valorarlo porque no llegué a bajar a la playa y además el estado del mar no era el más propicio para elaborar un juicio, pero si tanta gente lo dice…
En el extremo más al sur de la playa hay dos enormes rocas volcánicas desprendidas del acantilado. La que queda de pie en la orilla de la playa es un icono de esta playa y en ocasiones también de todo el parque natural de Cabo de Gata.
Una de las cosas que más me gusta hacer es fotografiar olas cuando hay mala mar, y pillar el momento justo en el tubo está a punto de cerrarse. Éstas, además de grandes, mostraban un color turquesa precioso a pesar de la espuma. Aunque no lo parezca, las fotos están tomadas con teleobjetivo desde el mirador, a bastante distancia por encima de la playa.
El Mirador de los Muertos apenas ofrece vistas a Carboneras, y bien que hace. Para ver muelles e industrias…
Un encuadre más contextualizado del Mirador de los Muertos. ¡Qué manía algunos de dibujar donde no deben!
Un tortuoso fragmento del sendero largo de la Playa de los Muertos, el «fácil», desde el mirador.
No me gustan las playas en verano porque están cubiertas de sombrillas de colores y de gente tomando el sol. Sin embargo me encantan cuando están salvajes, y la poca gente que hay está realmente disfrutando de lo que es una playa y no del sol.
Hora de regresar. Una última mirada al mirador (valga la redundancia) aprovechando que «milagrosamente» no hay nadie.
Y otra mirada desde más lejos, más contextualizada, con un poquito de Playa de los Muertos y su famosa roca.
Ahora podemos bajar a la playa para rematar el circuito o volver al coche. Para bajar a la playa tomaríamos el sendero corto que hemos pasado poco antes de llegar al mirador, y volveríamos por el sendero que va a la caseta de información. En total puede que salga un kilómetro y medio más entre bajar a la playa, caminar hasta el extremo sur (donde las rocas) y volver al coche, quedando el cricuito completo en unos 7km. Yo como era tarde, estaba cansado, y tampoco hacía día para fotografiar la playa como es debido, opté por volver directamente al coche por el aparcamiento. De nos haberlo hecho así, este artículo sería insufrible de largo. Aquí una vista de Mesa Roldán y el sendero largo de la Playa de los Muertos desde el camino del mirador al aparcamiento.
Y aquí el mirador y la Playa de los Muertos desde el aparcamiento, última foto del artículo.
La verdad es que el circuito cundió fotográficamente hablando, y suerte del «mal día» porque días atrás era incapaz de coger la cámara por el excesivo calor que hace en esta zona. Lástima no haber podido disfrutar de más malos días para hacer otras rutas por el Cabo de Gata, que llevaba varias para hacer. Otra vez será.
Cómo llegar a Mesa Roldán en el Cabo de Gata
Previsión meteorológica
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