Para inaugurar esta web y ya que estamos en otoño, la mejor estación del año para pasear al aire libre y hacer fotos, qué mejor que hacerlo en uno de los rincones más bellos de la Selva de Irati en el Pirineo navarro, el bosque de Zabaleta, y lo haremos por el sendero señalizado SL-NA63A. Señalar que este circuito lo hice a mediados de noviembre del 2014. Lo digo porque cuando planeamos recorridos al aire libre en otoño nos cuesta mucho acertar el momento adecuado para ver la mayor variedad de colores posible, ya que cambia mucho según la zona a la que vayamos y el cambio climático nos está dando unos otoños muy cortos.
Para los que no vivimos allí cerca, el mejor lugar donde instalarse para disfrutar de la Selva de Irati es en Ochagavía. Allí tienes de todo, sobre todo tranquilidad, y estás cerca de todos los lugares interesante de esa zona del Pirinero navarro. En el centro hay una Oficina de Turismo donde amablemente te darán toda la información que necesites. A mí me fue de gran ayuda. Para alojarse hay un hostal donde se come de vicio y multitud de alojamientos rurales de alquiler. Yo particularmente siempre elijo apartamentos rurales, que te ofrecen total libertad de movimientos, menor gasto durante toda la estancia, y estás como en tu casa. Si vas en autocaravana, detrás de la sidrería hay una amplia zona de aparcamiento donde supongo se puede estar, porque yo vi bastantes. A la entrada de Ochagavía también hay un camping, pero no sé si funciona en estas épocas del año, ya que aquel lugar queda encerrado entre montañas y disfruta de pocas horas de luz solar directa.
El circuito empieza y acaba en el centro de acogida en un lugar conocido como Las Casas de Irati (coordenadas 42.988419, -1.105521), a una media hora de camino en coche desde Ochagavía. El trayecto es precioso, con una enorme variedad de paisajes, y una vez descendemos del Alto de Tapla la cerretera se adentra en el bosque de hayas. Hemos de tener cuidado con los camiones madereros, ya que la carretera es estrecha. Al final de la carretera cruzamos los ríos Urtxuria e Irati y dejamos el vehículo en la amplia zona de aparcamiento. Normalmente hay que pagar por dejar el vehículo. En los comercios, restaurantes y alojamientos de Ochagavía te dan unos vales para poder aparcar gratis, aunque a mi no me llegaron a hacer falta porque las veces que fui la caseta estaba cerrada. Antes de cruzar el Irati, arriba a la derecha hay una cafetería donde poder tomar algo.
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
Pues bien, el recorrido empieza en una fuente frente a la caseta del centro de acogida, al lado de una amplia zona de picnic con mesas y bancos de madera. Aprovecha para llenar la cantimplora de agua fresca. El nombre del sendero es el SL-NA63A, marcado a lo largo de todo el recorrido con señales en blanco y verde. Según los datos oficiales el recorrido es de 8,2km., pero a mí me salieron 9,66. Es lo que tiene el apartarse tantas veces del camino para hacer fotos. Dejamos la zona de picnic a la derecha y caminamos por una amplia y llana pista con el río Irati a nuestra izquierda.
Al poco de empezar a andar, en un punto del camino abandonamos la pista y subimos paralelos a un pequeño arroyo. El desvío está debidamente señalizado. Aquí hacemos la primera parada para hacer alguna foto a este arroyuelo.
La subida no es muy pronunciada, pero hay que pararse varias veces a respirar. El suelo está muy húmedo debido a la lluvia que cayó durante casi 3 días seguidos. y bajo el manto de hojas del suelo puede haber barro que nos puede hacer resbalar y caer. En las partes más empinadas del sendero hay dispuestas unas maderas a modo de escalones que ayudan bastante. La luz que se cuela por entre los árboles a nuestra izquierda y la humedad que cubre todas las superficies nos revelan unos colores muy vivos.
En el punto más alto del sendero no tenemos ante nosotros unas vistas impresionantes, pero tampoco nos hacen falta. Los colores de la hojas y la radiante luz del sol de otoño nos regalan estas otras vistas, por delante y por detrás nuestro.
El sendero vuelve a adentrarse en el bosque a la vez que empieza a descender suavemente. Aquí las hayas se mezclan con los abetos y la humedad ambiente cubre casi todas las superficies de musgo y helechos. Los colores se entremezclan en una especie de «macedonia» otoñal.
Durante esta fase del recorrido cruzamos varios cursos de agua fruto de las recientes lluvias. Son rincones particularmente oscuros con zonas donde la intensa luz del sol consigue romper la oscuridad, con lo que resulta muy difícil captar en una fotografía todos los matices de luz y de colores. O te centras en la oscuridad y los claros quedan quemados, o te centras en la luz y las sombras quedan negras. Hay que hacer un buen trabajo de edición en la foto.
En cambio basta con volver la cabeza 180º para ver algo totalmente diferente, en este caso la mejor foto que me llevé de esta excursión y que sirve de portada para este artículo. ¡No me digas que no es maravillosa!
Ahora llegamos a un tramo del recorrido que desciende fuertemente, casi tanto como lo que subimos al principio tras abandonar la pista. Cuesta un poco encontrar por dónde discurre el sendero porque todos los árboles parecen iguales y el manto de hojas cubre el suelo uniformemente. También influye el hecho de que no frecuenta mucha gente el camino y el suelo no está muy pisado. Hay que buscar las marcas blancas y verdes del sendero en los árboles y las rocas. En algunos lugares hay una especie de pasamanos de madera especialmente situados para indicarnos por dónde continúa el camino. En esta pendiente tener mucho cuidado con los resbalones si el suelo está empapado, como fue mi caso. Miramos atrás y vemos cómo el sol intenta colarse entre las ramas de los árboles de este espeso bosque. En invierno lo tendrá más fácil para llegar al suelo.
La humedad es tal que ahí podemos encontrar variedad de setas tanto en los márgenes del camino como en el exhuberante musgo que cubre rocas y troncos de árboles muertos.
En nada nos cruzamos con la pista en la que iniciamos el recorrido, y ahora seguiremos un rato por ella. Aquí es fácil encontrarse con otros excursionistas que sólo discurren por la pista sin adentrarse en el bosque. Volvemos la mirada atrás para disfrutar de los colores del otoño.
Al poco llegado a la parte trasera de una antigua casa forestal que me parece que está en estado de semiabandono. Es un buen lugar para tomar un breve descanso, aunque su aspecto puede resultar algo siniestro.
Esta casa nos señala que ya estamos en el pantano de Irabia. Si rodeamos la casa por la derecha encontramos por dónde bajar hasta el pantano. La verdad que cuando fui lo encontré bastante seco, y por lo que me cuentan, este año aún lo está más. No lo entiendo porque allí llueve mucho, así que supongo que lo están arreglando y por eso tiene poca agua. Una pena porque quería hacer fotos de la vegetación multicolor reflejada en el agua, y sólo pude hacer la siguiente panorámica.
Regresamos a la casa forestal e iniciamos la segunda parte del recorrido tomando un sendero que sale hacia la derecha, en dirección al río. No volveremos por la pista, al menos por ahora.
El camino vuelve a tener cambios de desnivel a medida que cruzamos corrientes de agua que van a parar al río Irati, a nuestra derecha. El sol lo tenemos de cara y nos ilumina tramos del camino de tal manera que resaltan los colores y los brillos de la luz sobre el manto de hojas mojadas.
Poco antes de retomar la pista nos encontramos en una parte del bosque más o menos plana que nos invita a mirar hacia arriba para buscar las copas de los árboles.
Ya estamos en la última etapa del recorrido, y llegaremos al punto de partida por la cómoda pista, por lo que ya no tenemos que buscar señales ni estar pendientes del GPS. Ahora podemos disfrutar de lo que nos rodea sin dejar de dar un paso. A nuestra derecha, cerca del río, una solitaria mesa de picnic rodeada de altísimos árboles.
La luz del sol atravesando las hojas de las hayas hace que brillen como si fueran de oro. Llegamos a una zona donde los tonos dorados lo dominan todo.
Es más, el algunos árboles donde el musgo trepa casi hasta las copas, el contraste del amarillo luminoso de las hojas de las hojas marchitas con el verde intenso del musgo a casi contraluz invitan a disparar una foto.
Poco más adelante volvemos a entrar en zona sombría y la pista se acerca al río Irati, cuyo ruido nos está acompañando hace rato. Aprovechamos para verlo más de cerca.
En esta zona sombría la humedad y el frío empiezan a calarnos hasta los huesos. Se estaba tan a gusto en la zona dorada… Varios troncos podridos de árboles nos muestran las más variadas formas y texturas de hongos.
Desde aquí hasta el punto del recorrido en que nos separamos de la pista en la ida ya no hay nada que nos llame la atención. En alguna ocasión nos cruzamos con algún excursionista, incluso un par de fotógrafos y un «runner», pero lo que queda de camino es lo que se ve en la siguiente foto.
Al poco llegamos a la zona de picnic y la fuente, dando por terminada la excursión. Ahora sólo queda coger el coche y de vuelta a Ochagavía. Al llegar al alto de Tapla (coordenadas 42.957290, -1.135709) vi un grupo de caballos semisalvajes pastando, y no pude evitar parar a echar unas fotos aprovechando aquella magnífica luz del atardecer. Y aunque no formen parte del recorrido, te las voy a enseñar por si vas y te los encuentras.
Y nada más. Éste quizás es el itinerario más fácil y bonito que hacer en pleno corazón de la Selva de Irati. Creo que el verano también tiene que ser buena época para realizarlo, con otras condiciones de luminosidad y de gama cromática. Si tú has ido en verano me gustaría que me dijeras qué tal está. Espero que esta review te anime a ir si no lo has hecho, y si conocías este recorrido me gustaría que me aportaras tus opiniones y experiencias.
Cómo llegar al Bosque de Zabaleta en Irati
Previsión meteorológica
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Esta muy bonita la web y con unas fotos preciosas.. Hace años hice esta misma ruta de Irati llegando a esos pastizales de montaña que me encantaron..
Un saludito y muchas suerte con tu web..
Muchas gracias Ana! 😉
¡Qué maravilla! Unas fotografías preciosas, qué ganas de volver. Un abrazo de la cosmopolilla
Gracias! Además lo pillé justo en la mejor etapa del otoño.
Hermoso sitio y preciosas fotos, ¡enhorabuena!
Muchas gracias. Ahora es el mejor momento para visitarlo.