El Francolí es el río más importante de la provincia de Tarragona. Si bien está claro que desemboca en el mismo puerto de la ciudad de Tarragona, lo que no está tan claro es dónde nace. Se suele decir que nace en la Font Major de l’Espluga de Francolí, un complejo sistema de cuevas de conglomerado (uno de los siete más largos del mundo) en la población del mismo nombre, pero realmente el agua que mana de la fuente no es más que la que se filtra de rieras y torrentes de las Montañas de Prades, y el río ya se llama Francolí antes de pasar por l’Espluga de Francolí. De hecho el río toma ese nombre en Vimbodí en el punto donde confluyen el río Milans con el Barranc dels Torrents. El Milans nace en Vallclara, donde se le conoce como Barranc de Vallclara, y a la salida del pueblo se une con el Barranc de Viern, el que algunos consideran como el verdadero origen del Francolí. Vamos a descubrir cómo es este paraje tan poco conocido.
El recorrido por el Barranc de Viern: track y recomendaciones
Se trata de un itinerario circular sencillo, que no llega a los 7 km y que tiene muy poco desnivel. Una primera parte discurre por el propio Barranc de Viern, y la segunda parte por los campos de Vallclara hasta el Barranc de Vallclara. La mayor parte del recorrido es por caminos de tierra o asfaltados, por lo que en cuanto a equipación basta con calzar zapatillas deportivas o de senderismo y ropa cómoda y ligera si vamos en verano ya que suele hacer calor por esta zona en esa estación del año, aunque yo fui en agosto del 2020 y no acusé excesivo calor. Es más, había niebla que no disipó hasta bien pasadas las 9 de la mañana. Obviamente no podemos olvidar el agua, ya que no hay fuentes por el camino (bueno sí, una seca a los 2 km y otra al final), y crema solar y gorra para protegernos del sol.
El entorno y su relieve
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en en el + y en el – bajo la barra de reproducción para cambiar la velocidad.
La excursión y las fotos
Km 0,0 – Aparcamiento de Vallclara
Justo a la entrada de Vallclara por la carretera TV-7004 entre Vimbodí y Prades encontramos un aparcamiento donde podemos dejar tranquilamente el coche. Como se puede ver en la foto, había bastante niebla a las 8:23 de una mañana de finales de agosto.
Desde allí nos dirigimos hacia el pueblo.
Y nada más cruzar el puente sobre el río Milans giramos a la izquierda.
Junto al camino encontramos un poste con información de Vallclara.
Seguimos por el camino asfaltado y dejamos atrás el desvío al Camí del Bosc.
A unos 200 metros del puente vemos una muy deteriorada señal indicando un restaurante.
Pocos metros más adelante llegamos al restaurante indicado, que se llama Camí del Bosc y parece que lleva bastante tiempo cerrado. Hasta las ventanas están tapiadas.
Pasado el restaurante el camino se pierde entre la niebla.
Unos 250 metros después del restaurante el camino parece bifurcarse por un camino de tierra. Giramos a la derecha por ese camino y nos reencontramos con el mismo camino asfaltado, que giraba también a la derecha unos metros más adelante. Calculo que habremos acortado menos de 50 metros.
A los pocos metros el camino ya es de tierra, y unos 100 metros más adelante llegamos a una «trifurcación». Seguiremos por el camino de más a la derecha.
Km 1,0 – Barranc de Viern
El camino traza una curva a la derecha, y unos 100 metros más adelante vemos abajo el Barranc de Viern y el Camí del Mas de la Llana, que era el central de la «trifurcación» que pasamos antes.
La zona del barranco aparece muy despejada de vegetación debido a que 10 meses antes, el 22 de octubre del 2019, un episodio de intensas lluvias en las Muntanyes de Prades y en la comarca de Les Garrigues provocó que se desbordara toda la cuenca del río Francolí desde su cabecera. El caudal del río Milans llegó a los 351 m³/s a su paso por Vimbodí i Poblet cuando habitualmente no supera los 0,5 m³/s, y el Francolí llegó a los 1.200 m³/s a la altura del puente de la Palanca de l’Espluga de Francolí cuando el caudal normal está entre 0,5 i 1 m³/s. La crecida del río fue tan repentina que se comportó como una gran ola que se llevó por delante todo lo que pillaba: árboles, rocas, huertos, casas, una bodega de vino, un restaurante, parte del puente medieval de Montblanc… y 6 vidas humanas. La ola llegó a Tarragona capital en 2 horas, y se calcula que arrancó en todo su recorrido unos 43.000 árboles en una superficie de 160 hectáreas.
Nuestro camino también aparece muy «limpio».
Unos 250 metros después de la «trifurcación» pasamos junto a un curioso talud rocoso que contrasta con el resto del terreno.
La erosión en rocas de diferentes durezas crea formas caprichosas.
Poco más adelante el camino atraviesa una parcela con olivos. Seguimos por la izquierda.
Entre los olivos podemos encontrar a un pariente suyo, el aligustre (Ligustrum vulgare).
También podemos ver algunos avellanos plantados junto a los olivos.
Pasados los olivos seguimos caminando entre pinos.
Unos 350 metros después de la parcela de olivos el camino gira 90 grados a la derecha frente a lo que parecen las ruinas de una cabaña.
Poco más adelante parece que el camino se abre hacia un claro aunque la niebla no deja verlo bien.
Km 1,9 – La Font Seca
En ese claro y bajo un pino a la izquierda vemos una fuente.
Se trata de la Font Seca, y como su nombre indica, no sale agua aunque se abra la maneta del grifo. Sobre éste hay grabado un «1986» que podría ser el año de restauración de la fuente, aunque por la piedra de debajo podría ser bastante antigua.
Seguimos por el camino a la izquierda de la fuente junto por donde hemos venido.
El camino gira 90 grados a la derecha como continuación del anterior antes de llegar a las ruinas.
Una flor de cardo heredero (Atractylis humilis) aporta un toque de color a la monotonía de verde, marrón y gris/blanco que nos rodea por todo el camino.
Unos 300 metros después de la Font Seca me llama la atención una tapa de alcantarilla en medio del camino.
Poco más adelante nuestro camino se une al Camí del Molí de Viern.
Seguimos recto por el camino. Aunque es agradable para caminar, se hace bastante aburrido, quizás por la niebla que no deja ver más allá de unos 50 metros.
Tan sólo nos podemos fijar en los detalles cercanos que nos llaman la atención, como esta dos rocas verticales junto a un esbelto pino a la derecha del camino.
O este muro de piedra seca sobre unas grandes rocas redondeadas un poco más adelante.
O este paso entre dos rocas. No hay mucho más que destacar en este tramo del camino.
Cuando llevamos unos 400 metros por el Camí del Molí de Viern pasamos un desvío a la izquierda que baja al barranco. Nosotros seguimos recto.
Estamos junto al Barranc de Viern, aunque la niebla no permite ver mucho. Por aquí parece que ha habido movimiento de maquinaria, quizás para limpiar el barranco después de la gran riada que menciono más arriba.
Por un hueco entre la vegetación conseguimos ver el lecho del río. Ahora tiene el caudal normal para esta época del año, pero la cantidad de piedras en ambas orillas y la ausencia de vegetación de ribera me da una ideal de la cantidad de agua que debió bajar por aquí durante la riada.
En la otra orilla veo una rudimentaria cabaña.
Unos metros más adelante vemos los efectos de la maquinaria para ampliar el camino, desconozco el motivo.
Abajo a la izquierda el agua del Viern se acumula en pequeñas pozas de roca erosionada por la acción de la corriente durante miles de años.
A la derecha un detalle del conglomerado que conforma las rocas de este barranco tras miles de años acumulando guijarros y sedimentos.
Y el mismo conglomerado esculpido por el agua abajo a la izquierda.
En la otra orilla me llama la atención un retorcido pino que por su color debe estar ya totalmente muerto.
Junto al camino hay varias matas de estramonio (Datura stramonium).
Llegamos casi al final del camino, donde vemos el Estret de Viern, y se empieza a ver azul en el cielo.
Km 3,0 – Estret de Viern
Se acaba el camino en una estrecha garganta rocosa del Barranc de Viern.
Para seguir tenemos que continuar por un estrecho paso de cemento de poco más de un palmo de ancho.
El paso es muy corto y enseguida encontramos la continuación del camino.
Las grandes rocas que conforman el Estret de Viern son también conglomerado.
Aquí una versión más o menos pulida.
El aspecto del Barranc de Viern pasada la garganta es algo desolador debido a la importante riada del otoño anterior.
Sabiendo el caudal de agua de aquella riada y las cosas que llegó a arrastrar la corriente, imagino que el Estret de Viern debió quedar colapsado. Aquí una vista río abajo.
Seguimos por el estrecho camino junto al barranco, que apenas lleva un chorro de agua.
Poco a poco el camino va mejorando a la vez que empezamos a ver la luz del sol.
Al pasar por otro estrecho vemos que el camino ha sido restaurado recientemente.
Junto al camino hay un hueco en la roca que por el lecho que contiene podría ser una madriguera.
Unos 200 metros después del paso estrecho de cemento llegamos a una bifurcación justo en el límite de Vallclara con Vilanova de Prades.
El de la izquierda es el Camí dels Castanyers. Nosotrso nos desviamos a la derecha hacia la Bassa de Viern. El camino va ascendiendo poco a poco hacia una alambrada.
Junto al camino una típica escena del verano, una pareja de chinches ralladas (Graphosoma lineatum) copulando sobre flores de hinojo (Foeniculum vulgare).
Km 3,4 – Bassa de Viern
Y 200 metros después de la bifurcación llegamos a la Bassa de Viern, que está detrás de la alambrada que veíamos subiendo.
Vamos rodeando la balsa por la derecha hasta llegar a un cruce.
Hacia la derecha hay una pequeña explanada con troncos y leña amontonados. Al fondo se puede ver la Punta del Curull (1022 msnm), uno de los «100 cims de la FEEC«.
Siguiendo por el camino de la izquierda unos 700 se llega al Abric de Viern, donde hay unas pinturas rupestres. Nosotros seguiremos por la derecha, casi a 180º, en dirección a Vallclara.
A los pocos metros pasamos junto a lo que queda de una casa. Al fondo la Punta del Curull.
El camino va ascendiendo. Al llegar a un cruce seguimos por la derecha.
A medida que ganamos altura tenemos una buena vista de la Bassa de Viern. Por detrás asoma el Abric de Viern de entre los pinos.
De nuevo en el término municipal de Vallclara, pasamos bajo un conjunto rocoso sujeto por una malla de acero.
Km 4,2 – Carretera de Vilanova de Prades
Unos 700 metros después de la Bassa de Viern llegamos a la carretera TV-7004 que una Vallclara con Vilanova de Prades.
Cruzamos la carretera con cuidado y continuamos por el margen izquierdo hacia Vallclara.
Km 4,8 – Camino de Vallclara
Poco después del punto kilométrico 13 cruzamos de nuevo la carretera y tomamos el camino de Vallclara.
El primer tramo del camino estamos a la sombra de los pinos.
Tambien pasamos junto a una enorme higuera (Ficus carica). Sus higos están casi a punto.
Recorrido unos 200 metros salimos del tramo arbolado y entramos en una zona de parcelas expuestas al sol.
Aunque estamos alejados del Barranc de Viern, aquí sigue dominando el conglomerado.
Al fondo y más allá de Vallclara se ve un par de enormes aerogeneradores.
La verdad es que el paisaje que rodea este camino es bastante bonito, típico del secano en verano, y por suerte ya no hay rastro de la niebla.
El camino es bastante polvoriento y revela huellas de animales. Aquí unas huellas de pezuñas que no parecen ser de jabalís, los ungulados más comunes últimamente por estas tierras.
Y aquí otro rastro que cruza el camino y no sabría decir a qué corresponde.
Seguimos disfrutando de las vistas a medida que avanzamos por este camino. Aquí unos campos de olivos.
Los campos de olivos se van alternando con campos de almendros.
Tras recorrer unos 900 metros llegamos a un cruce. Seguimos por la izquierda.
Algunos campos combinan olivos con almendros.
Unos 200 metros más adelante llegamos a otro cruce, dejando atrás la zona de campos y entrando en el bosque de ribera del Barranc de Vallclara, que corresponde al río Milans. Continuamos hacia la derecha.
En la orilla del camino veo un pino dañado por la maquinaria que ha estado limpiando el camino.
Poco más adelante encontramos otro cruce. Seguimos por la izquierda.
Se ve que por aquí también han pasado máquinas ensanchando el camino.
Otro pino también ha recibido aquí la «caricia» de una máquina.
Km 6,2 – Barranc de Vallclara
Unos 100 metros más adelante del último cruce y abajo a la izquierda vemos el Barranc de Vallclara, casi seco. En octubre del 2019 también debía bajar mucha agua por aquí, aunque creo que no tanta como por el Barranc de Viern.
Y unos metros más adelante llegamos a Vallclara.
Un camino cruza el río a nuestra izquierda. Nosotros seguiremos por la derecha.
Junto al puente y en el mismo cauce del río hay una gran encina.
Si nos acercamos vemos que toda la encina se apoya sobre una roca.
Km 6,4 – Pont Vell de Vallclara
Seguimos por el camino en dirección al pueblo de Vallclara. Lo primero que nos llama a atención es un viejo puente de piedra.
Se trata el Pont Vell, supuestamente de origen románico en el siglo XII pero con numerosas modificaciones a lo largo del tiempo. Por lo que se puede ver, también debió resultar muy dañado por la riada de octubre del 2019 y está en obras de restauración.
Aquí el Barranc de Vallclara visto desde el puente.
Junto al puente un cartel explicativo del mismo y de la Font de Sant Antoni que se encuentra al otro lado.
Cruzamos el Pont Vell, y nada más hacerlo, a la izquierda encontramos unas escaleras que bajan.
Abajo encontramos la Font de Sant Antoni.
Salimos de la fuente y seguimos por la calle que se adentra en el pueblo. Dejamos atrás el Carrer de la Placeta a nuestra derecha y giramos a la derecha por la siguiente calle, el Carrer Major.
A los pocos metros me llama la atención una fachada repleta de tiestos y plantas trepadoras. No sé cómo estará en otras épocas del año.
Un dintel de esta fachada con una fecha grabada da idea de lo vieja que es.
La verdad es que el pueblo en sí no tiene mucho que destacar, sólo lo tranquilo que es. Al pasar junto a la iglesia y mirar hacia arriba me llama la atención una higuera que crece en el campanario.
Pasada la iglesia seguimos recto por el Carrer del Raval de Vimbodí y tras bajar unas escaleras nos plantamos frente al aparcamiento donde hemos empezado la ruta de hoy. Ya ha salido el sol, se ha ido la niebla, y lo vemos todo mucho más claro.
Antes de subir al coche y acabar el recorrido damos un último vistazo a Vallclara ahora que hay más claridad.
Y aquí se acaba este interesante recorrido por un sitio poco conocido pero con muchas cosas que contar. Espero que te haya gustado y que te animes a visitarlo.
Por último
Recuerda ser respetuoso con el entorno y con los demás. Los lugares idílicos dejan de serlo cuando los destrozamos. Es tan sencillo como seguir los siguientes consejos:
- Aparca donde esté permitido y sin impedir el paso a otros vehículos, personas o animales. A tí no te gustaría que te bloquearan el paso.
- No muevas piedras, arranques plantas o molestes o dañes a los animales, aunque sean insectos. Si están ahí por algo será.
- No hagas pintadas ni grabados en rocas ni en cortezas de árboles. No tiene ningún sentido.
- No grites ni hagas demasiado ruido. Si a tí te molesta, a la fauna más.
- Recoge tus desperdicios, incluídas colillas y pañuelos de papel, y tíralos en los lugares adecuados, y si no hay pues en tu casa. Pesan y ocupan menos a la vuelta que a la ida.
Si todos hacemos esto tan simple encontraremos estos lugares como si acabaran de ser descubiertos.
Cómo llegar al Barranc de Viern
Previsión meteorológica
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