Montserrat es una de las cunas del excursionismo y del montañismo de Catalunya. Su accidentada orografía dan a este macizo montañoso un sinfin de posibilidades, tanto para que el quiere caminar como para el que quiere escalar. Todos tenemos en mente la típica vista del monasterio con la montaña detrás, pero en la cara norte de Monserrat es donde encontramos el perfil más escarpado del macizo, la zona llamada de las Agulles i Frares Encantats (Agujas y Frailes Encantados).
El circuito que propongo aquí es uno de los menos exigentes para recorrer la zona de Les Agulles i Els Frares Encantats. No llega a los 7km de recorrido pero es de dificultad moderada por hay un punto por el que hay que «grimpar«, o sea subir ayudándonos de las manos, y porque hay algunos pasos estrechos no aptos para personas con vértigo o niños muy movidos. En cualquier caso es un itinerario muy recomendable donde vamos a atravesar parte de la montaña por frondosos bosques, entre escarpados monolitos de roca, y con sorprendentes vistas. Conviene llevar buen calzado de montaña así como agua para el camino, y ropa según la época del año. En la explanada del refugio de Vicenç Barbé se puede uno tomar un tentempié, aunque no hay mesas ni bancos.
Este itinerario lo hice en otoño del año 2012, mucho antes de que tuviera previsto convertir mis salidas en circuitos y menos aún hacerlos públicos, así que no puedo dar muchos detalles precisos del mismo. A base de revisar las fotos voy haciendo memoria. Así que recomiendo seguir el track con un GPS para ir sobre seguro, aunque como he comentado al principio, Montserrat es zona de excursionismo y los diferentes senderos están debidamente señalizados.
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
Empezamos el camino aparcando el coche en la zona de aparcamiento de Can Maçana, subiendo de El Bruc a Montserrat. También se puede llegar aquí subiendo a Montserrat desde Monistrol, y poco antes de llegar al monasterio tomar el desvío de la derecha que indica a Barcelona y Lleida por la N-II. Creo recordar que en este aparcamiento de Can Maçana hay un panel informativo con todas las excursiones que se parten desde ese punto. Nosotros comenzamos a caminar por el GR-172, con marcas blancas y rojas, y con la montaña de Montserrat en el punto de mira. El camino empieza con fuerte pendiente que se va suavizando a medida que ganamos altura. Sobre los 700 metros dejamos ya de subir y el camino se hace llano. A nuestra izquierda tenemos una vista de la comarca del Bages, que cuando yo hice el circuito permanecía cubierto de niebla porque hasta pocas horas antes había estado lloviendo abundantemente.
Doscientos metros más adelante sale un desvío a la derecha en dirección a las ruinas del castillo de la Guardia y de la iglesia románica de Sant Pau Vell. Nosotros seguimos recto, con la mirada fija en La Cadireta y la Roca Foradada.
En el primer kilómetro del recorrido llegamos al Coll de Guirló, desde donde tenemos esta fabulosa vista de la montaña de Montserrat, con el Serra de la Portella en primer término y la pared de Les Agulles hacia la izquierda.
El macizo de Montserrat tiene un perfil ascendente de sur a norte, con lo que cuando sopla viento húmedo del sur es muy fácil que éste condense a medida que gana altura, y una vez convertido en niebla ésta se desplome por la escarpada cara norte, como se puede ver aquí en la zona de l’Arbret, en Les Agulles.
En el Coll de Guirló hay un cruce de caminos, pero nosotros seguimos hacia adelante, y 100 metros más allá, en el Collet de Guirló, a 797 metros de altitud. Los madroños aquí ya están en plena floración, aunque ya no les queda ningún fruto.
Aquí hay otro cruce de caminos, y esta vez tomamos el sendero de la derecha que lleva al refugio de Vicenç Barbé por el llamado «camí de la Portella«, o PR C-78, marcado en amarillo y blanco. Yo me lo encuentro amarillo y verde, metafóricamente hablando.
Sobre el kilómetro 1,3 el sendero empieza a subir entre un espeso bosque. Es un camino bastante transitado y el paso de los excursionistas ha descarnado las raíces de los árboles.
Trescientos metros más adelante llegamos al punto más difícil del circuito, el Pas de la Portella, donde vamos a tener que «escalar» unos metros en una grieta entre dos grandes rocas. A primera vista puede parecer insuperable y darte ganas de volver atrás, pero no es tan difícil como parece. Hay que saber dónde colocar las manos y los pies para superar este obstáculo, y esto hace que parece un poco una aventura. Además, esta parte del sendero es como un cuello de botella, y uno u otro excursionista te puede echar una mano si tienes dificultades. Como tenía que usar las dos manos para subir y para evitar golpear la cámara me la guardé en la mochila y esta foto la tomé con el teléfono móvil.
Hay quien prefiere hacer el circuito a la inversa y pasarlo de bajada, pero yo recomiendo hacerlo de subida, que a mí me parece más fácil.
Superado este obstáculo nos encontramos ya en el «interior» de Montserrat, entre agujas de roca y barrancos. Mientras llaneamos por Les Boïgues vemos el refugio de Vicenç Barbé a lo lejos entre agujas cubiertas de niebla.
El refugio Vicenç Barbé está a 900 metros de altitud sobre una planicie de roca, y a 2,1 km desde donde hemos empezado el itinerario. Fue construido en 1961 en honor al escalador Vicenç Barbé, que murió en 1942 mientras escalaba los Frares Encantats. Tiene capacidad para 20 personas, y no sólo lo frecuentan montañeros y excursionistas.
Desde aquí también hay unas buenas vistas. En esta vista del suroeste destacan, de derecha a izquierda, el Dauet, la Miranda de la Portella justo al lado y la Agulla del Tres.
Proseguimos el camino por el mismo PR C-78. Resulta difícil imaginar que esta enorme montaña de roca que se levanta por encima de los 1.000 metros sobre el nivel del mar fuera en la antigüedad el lecho de un delta en la desembocadura de los torrentes en el antiguo mar terciario que ocupaba lo que hoy son los Pirineos. Si nos acercamos a la roca vemos que se trata de roca sedimentaria, en capas de conglomerados y de gres intercaladas según los sedimentos que fue arrastrado el agua y acumulando en esta zona.
Luego la lluvia de millones de años y las diferencias entre el material de la roca han conformado las caprichosas formas de Montserrat.
A escasos 100 metros del refugio de Vicenç Barbé llegamos a la Canal Ampla, un punto del que parte un sendero al Portell Estret, un estrecho paso entre Les Agulles y Els Frares Encantats, y otro que lleva al Coll de Port. Nosotros tomaremos éste. En el suelo hay una roca que dice que estamos en el Coll d’Agulles de Porc. No sé si esta diferencia entre Porc y Port puede ser debida a una impresión deficiente de los viejos mapas de Alpina, en que la tinta no bañara por completo la letra «t» y haya quedado como una «c».
Seguimos llaneando por esta parte de Montserrat. A medida que caminas los diferentes monolitos de roca van cambiando de forma. La mayoría tienen nombre, algunos de ellos elementales, y otros no tanto. Aquí, a lo lejos, veo un grupo de escaladores que llegando a la cima de la que creo es la que llaman El Gep Llarg (La Joroba Larga).
Más a la derecha hay otras agujas medio cubiertas por las nubes. En el centro destaca por su forma La Bola de la Partió. A la izquierda y un poco adelantada La Bitlla, y detrás suyo y medio oculta por la niebla asoma la Agulla dels Ossos. Más a la izquierda la Bessona Inferior y la Bessona Superior ya al límite de la foto. A la derecha de La Bola de de la Partió y medio oculta por la niebla La Reina, detrás suyo la Agulla de la Corona de la Reina, sobresaliendo detrás tras la niebla La Panxeta y La Boteruda del Gra, más alta, y delante, fuera de la niebla, El Setrill y delante el Broc del Setrill.
Sobre el kilómetro 2,6 pasamos una cresta de roca y entramos en la zona interior de Els Frares Encantats. Aquí vemos unas formas rocosas diferentes. A la izquierda, una con una bola pequeña encima es La Monja, y detrás otra con una bola más grande es El Lloro (El Loro). Por detrás de una nubecilla, una aguja muy delgada y vertical es El Dit (El Dedo). Detrás, destacando por altura El Frare Gros (El Fraile Gordo). A la derecha y casi en el centro de la foto, como una alta pared, L’Enclusa de Frares.
Casi en el kilómetro 3 cruzamos el Torrent del Lloro. Toda esta zona es bastante boscosa y húmeda gracias a los muchos torrentes que la cruzan. Obviamente en otoño es fácil que nos encontremos setas.
Desde el Torrent del Lloro el sendero empieza a ascender con fuerza. Entre giro y giro del camino observamos cómo destacan los contrastes de color de la vegetación en otoño. Aquí sobre todo hay encinas, de hoja perenne, y arces, cuyas hojas en otoño se vuelven amarillas, anaranjadas y rojas.
Como por arte de magia, la niebla desaparece y empieza a verse el azul del cielo. Ahora vemos más claras las agujas de Els Frares Encantats. De izquierda a derecha la Roca 135, la Roca de les Balmes, el Gallifol (o Roca 118), la pequeña Roca 113, la Roca de la Grip, la Roca Sota la Punta d’en Campanilles, el Bisbe, la Monja, el Lloro, el Dit Xic, el Dit, el Ditet, detrás el Frare Gros, la Cristobalita Inferior, la Cristobalita Superior, el Frare Amadeu y un trozo de la Enclusa de Frares.
Seguimos subiendo por el PR C-78 en dirección al Pas del Príncep. Me sorprende lo húmedo del terreno para ser una zona de la montaña orientada al sur. Quizás la clave está en la humedad que dejan aquí los vientos del sur.
Es tan espesa la vegetación que a la luz del sol le cuesta penetrar, ahora que las nubes parecen abrirse.
Estamos en el kilómetro 3,2 y casi llegando al techo de nuestro recorrido. Desde aquí miramos hacia el sur, montaña abajo, y alcanzamos a ver El Bruc y su zona industrial.
La subida se acaba en el Pas del Príncep, en torno a los 970 metros de altitud y a 3,3 km del punto de salida. A partir de ahora ya no hay desniveles notables hasta el Coll de Port. Pasamos frente a la Agulla Superior del Pas del Príncep de casi 1.055 metros de altitud.
Pasando al pie de las paredes rocosas de la Agulla de la Cua de Bacallà y la Agulla Caporals, poco antes del kilómetro 3,5, o sea a la mitad del recorrido, pasamos por al lado de una bauma o cueva en cuyo interior se encuentra al Font de l’Esllavissada. No me atreví a entrar, no fuera a resbalar haciendo honor al nombre de la fuente. Las condiciones de luz para hacer la foto tampoco eran las mejores.
El camino por el Coll de Port se hace bastante agradable, amplio, plano y a la sombra. Se agradece después del esfuerzo de subir hasta aquí. Lo bueno es que ya no vamos a subir más.
Y salimos a la cara norte del macizo de Montserrat. A nuestra derecha la Roca de Coll de Port.
Y una vez hemos pasado el Coll de Port el camino desciente un poco hasta llegar a la Font de Coll de Port. Poco más allá, en el kilómetro 3,9, pasamos a los pies del Frare Gros con sus 1.144 metros de altitud.
Sobre unas hojas me deslumbran los brillos y colores de una Chrysolina americana.
Desde aquí hay unas vistas privilegiadas hacia el norte. Abajo vemos Marganell y más allá Sant Salvador de Guardiola y El Calvet a su derecha.
Ésta es una zona muy escarpada de Montserrat, y además en otoño prácticamente no llega la luz del sol. Desde los pies del Frare Gros, a nuestra derecha vemos la Paret dels Ecos. Supongo que el nombre le fue dado por la facilidad de producir ecos. Abajo a la izquierda, pequeñita, asoma la abadía benedictina de Santa Cecília de Montserrat.
Con la máxima focal del objetivo, 200mm, podemos tener una vista más detallada de esta importante construcción románica del siglo XI.
Esta parte del recorrido por encima de los contrafuertes de la cara norte de Montserrat también en agradable. Es un camino llano y a través de bosque sombrío.
Sobre el kilómetro 4,2 pasamos a los pies del Bisbe y tenemos una buena vista de las agujas de la zona del Centenar.
Al final de esta pared de roca encontramos La Roca Foradada y La Cadireta.
A partir de aquí el camino empieza a descender para encontrarse con el GR-172. Miramos hacia arriba para contemplar la majestuosidad de la montaña de Montserrat tan de cerca. A la izquierda la aguja de El Bisbe, y le siguen El Melindro, La Boleta Foradada y el Serrat del Centenar.
Desde aquí también vemos la carretera que va a la explanada (al final de la curva) donde el día 11 de cada mes se reúnen forofos del fenómeno OVNI para hacer avistamientos.
El otoño viste de gala la vegetación de esta parte de la montaña. Al final de todo La Cadireta.
El sendero deja de descender cuando se cruza con el GR-172 en el kilómetro 4,6 del recorrido. Nos incorporamos al GR en dirección a Can Maçana. Doscientos metros más adelante pasamos por debajo de la Roca Foradada.
Poco antes sale un camino a la izquierda que lleva a la Roca Foradada y permite pasar al otro lado para reincorporarse al GR-172 sin tener que pasar por delante de La Cadireta. Yo no lo seguí porque es bastante empinado y tras la lluvia suele estar muy resbaladizo. Preferí ver La Cadireta desde abajo, que no se parece en nada a como se ve desde lejos.
Eso sí, la roca me sonríe.
A partir de aquí el camino desciende suavemente. Todavía nos cruzamos con alguna seta.
Sobre el kilómetro 5,2 se nos incorpora otro camino por la derecha. Miramos atrás y vemos esta bonita vista de La Cadireta y La Roca Foradada, similar a la del principio del camino, pero ahora ya con otra luz.
Y poco más adelante tenemos esta vista de la Paret de Les Agulles.
Aproximadamente cuando nos encontramos entre la Paret de Les Agulles y el Serrat de la Portella, la carretera BP-1103 que va a Can Maçana se nos aparece como una serpiente. El alto del fondo es la colina de Les Torres.
Ahora que el día ha mejorado podemos hacer un alto en el Coll de Guirló, en el km 5,9, para contemplar las vistas. A mí sin embargo me gustó más mirar entre la rama y la raíz de este pino.
Pasado el Castell de la Guàrdia el GR-172 empieza a descender ya hasta Can Maçana. Aprovecho para mirar atrás y ver la luz del sol sobre Montserrat.
Por último una imagen del pedregoso camino llegando ya a Can Maçana. La verdad es que se agradece la bajada después de todo lo andado, pero tanta piedra resulta un poco incómodo para las piernas cansadas.
Y hasta aquí este circuito por Montserrat que te recomiendo con fervor, sobre todo en otoño. Espero que te haya despertado el interés. Ya me contarás.
Cómo llegar a Les Agulles i Els Frares Encantats
Previsión meteorológica
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vaig fer tot aquest camí al mes de Juny 2016 i es una pasada un matinal maravellós.
I amés si vás emb molt bona companyía el varem fer tres amics dos Joan,s i un Félix i ens ho varem passar de conya. Ho recomano a la gent que li agrada la montanya com a nosaltres.
salutacions. Joan Firmes
Moltes gràcies pel teu comentari, Joan. La veritat és que és un dels recorreguts més bonics que he fet mai. Jo el vaig fer amb membres de l’Entitat Fotogràfica de Calafell (Enfoca), en una sortida fotogràfica que van organitzar ells. Erem una bona colla i var ser molt profitós y divertit.
Muchas gracias por tu comentario, Joan. La verdad es que es uno de los recorridos más bonitos que he hecho nunca. Lo hice con miembros de la Entitat Fotogràfica de Calafell (Enfoca), en una salida fotogràfica que organizaron ellos. Éramos un buen grupo y fue muy provechoso y divertido.
Salutacions.
Me has convencido, friend.
Espero hacerlo este otoño, así que voy a desempolvar mis botas de montaña!
Me han encantado las fotos con niebla!
Genial post, como siempre.
Muuuuuuaaaaaaaa
Un altre bona excursió.
Molt recomanable per qui li agradi la muntanya.