La riera de Vallcàrquera nace a los pies del Turó de Tagamanent (1.056 msnm), al este del Parc Natural del Montseny y configura el valle de Vallcàrquera hasta desembocar en el río Congost en Figaró-Montmany, en la comarca del Vallès Oriental. El valle de Vallcàrquera es un territorio de carácter mediterráneo húmedo donde la vegetación es básicamente de encinar litoral y montañero. Aún así, el acentuado relieve y la diversidad geológica del municipio, junto a los diversos cursos de agua permanentes han hecho de Figaró uno de los municipios con una diversidad de comunidades vegetales más remarcables del Vallès. Nosotros nos vamos a adentrar en este valle para darnos un baño de bosque en la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
El recorrido por la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera: track y recomendaciones
La Ruta dels Arbres de Vallcàrquera es un itinerario más o menos lineal que no llega a los 7,5 km en total, entre la ida y la vuelta. No hay mucho desnivel, por lo que es apto para cualquier persona e incluso niños. El itinerario también lo podemos hacer en compañía de nuestros perros (en la entrada hay un dispensador de bolsas para recoger los excrementos que puedan hacer en el camino y una papelera para depositarlos a la vuelta). La mayor parte del camino es a través de bosque y junto a la riera, por lo que se trata de un itinerario sombrío y fresco. A excepción de verano y quizás primavera o si uno es friolero, conviene llevar algo de ropa de abrigo. Yo lo hice a finales de primavera del 2021 vistiendo manga corta. En cuanto a equipamiento para los pies, calzado de senderismo o deportivo es más que suficiente. Aunque se cruza la riera varias veces, es raro tener que mojarse los pies. Y sobre llevar agua, aunque pasamos por varias fuentes, éstas suelen estar secas, por lo que conviene llevar encima, y también algún bocadillo para comerlo en cualquiera de los muchos rincones repletos de paz que encontraremos.
El entorno y su relieve
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en en el + y en el – bajo la barra de reproducción para cambiar la velocidad.
La excursión y las fotos
Km 0,0 – Aparcamiento en Figaró-Montmany
Para llegar al punto de partida de la ruta nos dirigimos a Figaró-Montmany por la carretera C-17. Tomamos la salida del pueblo y tenemos que buscar la Carretera de Ribes, una calle paralela a la C-17. Si venimos por el sur desde Barcelona, al llegar a la rotonda en la entrada del pueblo, la Carretera de Ribes es la calle de la izquierda de las dos que salen frente a nosotros en la rotonda. Si venimos por el norte desde Vic, en el primer cruce tras salir de la C-17 seguimos por la izquierda hasta llegar a un puente que cruza la carretera a la altura de la estación de tren (sí, también podemos ir en tren, línea R3), que queda a nuestra derecha. Allí giramos a la izquierda y de nuevo a la izquierda tras cruzar el puente, situándonos en la Carretera de Ribes. Seguimos por esa calle hasta encontrar una zona de aparcamiento en batería a la izquierda. Si hay sitio para aparcar hacia el final mejor.
Por cierto que el reportaje de esta excursión está hecho con una cámara nueva que adquirí a primeros del 2021 en Cash Converters, ya que la Sony A-580 que usé hasta entonces empezaba a fallar mucho. La nueva es una Sony α77 II de segunda mano en bastante buen estado y que me permite aprovechar todos los accesorios de la anterior. Dicho esto prosigo.
Empezamos a caminar calle arriba. A los pocos metros pasamos por la Font de Ca l’Andreu. Siempre hay el gracioso de turno que no tiene ningún respeto por el patrimonio.
Seguimos hacia arriba junto a la carretera.
A nuestra izquierda el río Congost y la carretera C-17.
Km 0,2 – Ruta dels Arbres de Vallcàrquera
Al otro lado de la Carretera de Ribes encontramos el punto de inicio y final de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Cruzamos la carretera. Un panel informativo nos muestra un mapa del recorrido, que no coincide al 100% con el que vamos a hacer pero sirve para situarnos. También dice que nos fijemos en los rótulos que encontraremos en algunos árboles significativos del recorrido, que corresponden a algunas de las especies más comunes de Catalunya.
También encontramos el dispensador de bolsas y la papelera para los excrementos de nuestros perros. Recordar asimismo que debemos llevar al perro atado ya que estamos en un parque natural, y lamento decir que todos los perros que encontré por el camino iban sueltos y por el suelo habían bastantes excrementos recientes que había que evitar pisar.
Empezamos la ruta, junto a un muro de piedra seca. Y yo a los pocos metros me encuentro con una sorpresa.
La culebra de Esculapio (Zamenis longissimus) es la que en la mitología griega se enrollaba al bastón de Asclepio, dios de la Medicina, hoy en día la encontramos en los símbolos de la medicina, la veterinaria y la farmacia. Esta culebra es una de las más grandes de Europa, también es la serpiente más difícil de ver en la Península Ibérica, y yo voy y no me encuentro sólo una sino a dos copulando a escasos centímetros de mí colgadas en un muro de piedras.
No se si es porque acabaron lo que estaban haciendo o porque les molestó mi presencia, pero a los pocos segundos empezaron a desentralazarse y ambas se escabulleron por separado en los huecos del muro de piedra seca.
Al otro lado del camino y colgado de una rama de un árbol veo un extraño dispositivo que parece una trampa para insectos. Tampoco me acerqué para comprobarlo.
Y abajo la riera de Vallcàrquera, en el tramo que aquí llaman «la riereta«.
Despues de este encuentro serpentino, continuamos por la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Abajo a la derecha podemos ir viendo los pequeños saltos de agua de la riereta, que aunque lleva poca agua alegran la caminata con su sonido.
A los 200 metros el camino se bifurca. A la derecha, al otro lado de la riera tras un vado de piedra, encontramos uno de los árboles de la ruta, un enorme álamo negro (Populus nigra) o pollancre en catalán. Tiene un rótulo a sus pies.
Me sitúo sobre el vado de piedra para tomar esta foto de la luz del sol sobre la riera de Vallcàrquera.
Seguimos por el camino de la izquierda, y a escasos metros un lugar con una papelera y un banco hecho con un tronco de madera.
Km 0,4 – Font de la Noguera Punxeguda
Este lugar no es ni más ni menos que la Font de la Noguera Punxeguda (fuente del nogal puntiagudo en catalán), que se encuentra al otro lado de la riera tras una pasarela de madera o palanca.
Una vista riera arriba desde la palanca.
La palanca se ve en bastante buen estado. Suele ser habitual que desaparezcan con las riadas, por lo que ésta debe ser bastante nueva.
Y parece que recientemente también le han puesto un grifo a la fuente, porque he visto fotos no muy antiguas en que el chorro de agua salía directamente de la piedra.
Vale la pena parase unos minutos aquí para escuchar los sonidos de la naturaleza. Una vez nos hemos relajado, proseguimos camino arriba por uno de los tramos más sombríos de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Abajo a derecha oímos el rumor del agua saltando de poza en poza.
Es una pena que nos tengan que recordar contínuamente qué tenemos que hacer para respetar y no dañar la naturaleza.
A medida que subimos, la riera también, a nuestro lado.
A veces no son las piedras las que provocan saltos de agua en la riera. En este caso un pequeño tronco caído sobre el cauce de la riera ha formado una pequeña presa.
De vez en cuando alguna flor rompe con el verde dominante en esta parte del camino. Aquí una flor de campanilla montañesa (Convolvulus cantabrica), especie que a pesar de lo que su nombre en latín parezca inducir, se distribuye en Catalunya y Baleares.
Y aquí el amarillo dorado de las flores de hipérico o hierba de San Juan (Hypericum perforatum).
A unos 300 metros de la Font de la Noguera Punxeguda podemos bajar hasta la riera. Allí es donde tomo esta foto encima de unas piedra en medio del agua.
En la otra orilla parece que hay un pequeño camino, pero nosotros volvemos al nuestro y seguimos hacia arriba.
Poco más allá el camino se vuelve algo más abrupto mientras avistamos lo que parece un rincón muy bonito.
Km 0,8 – Gorg de Can Bosc
A la derecha del camino encontramos el Gorg de Can Bosc bajo un pequeño salto de agua de algo más de un metro. Para mí el rincón más bonito de toda la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
No podemos evitar hacerle fotos desde todos los ángulos y diferentes composiciones.
Después de pasar varios minutos en el Gorg de Can Bosc disfrutando de la luz, el ruido del agua, el canto de los pájaros… y la fotografía, seguimos por nuestro camino, ahora hacia la parte superio del salto.
Tras superar la breve cuesta nos acercamos a la riera para tener una vista corriente arriba.
En un árbol veo lo que parece un nido para murciélagos.
El camino da un marcado giro a la derecha a la vez que cruza la riera por un vado.
Junto al vado hay un rudimentario puente que nos puede ayudar a cruzar si baja más agua y no nos queremos mojar los pies.
Al otro lado de la riera hay un árbol con la señal blanca y amarilla del PR-33 (el sendero que corresponde a la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera), y una vieja placa en bastante mal estado señalando hacia Tagamanent.
Detrás del árbol hay una caseta muy graffiteada que desconozco su función, pero que rompe un poco con el verde predominante en todo este tramo del camino.
El camino sube a la derecha hacia un claro, y en el suelo veo algo deslizarse muy deprisa.
Se trata de un lución o culebrilla de cristal (Anguis fragilis), una especie de lagarto sin patas, que el carecer de ellas no le impide poder desplazarse rápido y ágil. Segundo encuentro reptiliano del día.
A medida que subimos por el camino vamos saliendo del bosque y nos vamos exponiendo al sol. Y donde hay sol hay flores, sobre todo en primavera. En esta parte de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera las que destacan son las de cicércula silvestre (Lathyrus sylvestris).
Al final de la corta cuesta llegamos al Camí de Vallcàrquera, una pista asfaltada que comunica Figaró-Montmany con el antiguo núcleo de Vallcàrquera.
Giramos a la izquierda y seguimos por la pista asfaltada, que justo aquí entra en el Parc Natural del Montseny.
Justo donde giramos hay varias matas de valeriana roja (Centranthus ruber) que atraen a innumerables mariposas. Aquí una del género Pieris poniéndose las botas.
Aquí una mariposa cleopatra (Gonepteryx cleopatra).
Y aquí un macho de mariposa cleopatra que prefiere perseguir a una hembra antes que alimentarse.
Muy cerca de allí un pariente cercano de la valeriana roja, la milamores (Centranthus angustifolius), que ya empieza a esparcir sus semillas.
Proseguimos por la carretera, lo más pegados posible a la cuneta ya que aunque no hay mucho tráfico, la carretera es estrecha hay zonas con poca visibilidad.
Por el camino nos vamos encontrando con otros árboles etiquetados, como este enorme castaño (género Castanea).
Km 1,5 – Pont del Molí
La vegetación es tan exuberante que pasamos por el Pont del Molí que cruza la riera de Vallcàrquera y nos damos cuenta por las barandillas a los lados de la carretera. Obviamente es imposible buscar abajo las ruinas del molino que da nombre al puente.
Una hembra de caballito del diablo azul (Calopteryx virgo) me vigila desde una hoja de un árbol.
Justo pasado el puente encontramos un camino a la derecha. El hito nos indica que por allí sigue la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Nos internamos por ese estrecho sendero.
En el suelo a un lado del camino veo una diminuta hembra de Pholidoptera griseoaptera posada sobre una hoja.
El sendero se adentra de nuevo en el denso bosque de ribera por un pequeño puente que cruza de nuevo la riera.
Tras cruzar este pequeño puente nos encontramos en un entorno en el que a la luz del sol le cuesta penetrar, refrescante tanto por la temperatura como por el rumor del agua de la riera.
Este hábitat sombrío es idóneo para especies como la hierba de San Simón (Circaea lutetiana).
Abajo a la izquierda la riera de Vallcàrquera.
Hay tanta vegetación a ambos lados del camino que a veces uno piensa que va a necesitar el machete para abrirse paso. Y hay tan poca luz que la cámara se ve forzada a subir ISO.
A unos 250 metros del Pont del Molí encontramos un pasamanos de madera a la izquierda del camino.
Nos acercamos y parece una escalinata de troncos de madera.
Bajamos por ella y llegamos hasta la riera de Vallcàrquera.
Me llaman la atención las sombras de las hojas de los árboles sobre el agua y el fondo de la riera.
Ahora es un macho de caballito del diablo azul el que me observa desde una hoja de un árbol bañada por la luz del sol.
Continuamos por un camino que bordea la riera.
Llegamos hasta una palanca de troncos bastante destartalada que comunica con la otra orilla de la riera.
Como nos estamos alejando de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera regresamos hacia la escalinata.
Ya de vuelta en el camino principal, seguimos la marcha a través del bosque de ribera. Unos 150 metros más adelante llegamos a un ensanchamiento del camino.
Km 2,0 – Font del Castanyet
Unos metros a la derecha encontramos la Font del Castanyet.
Antiguamente los vecinos de Figaró solían venir a estos lugares a pasar los domingos. Ahora han quedado un poco olvidados a pesar de las restauraciones posteriores.
Volvemos al camino y seguimos adelante. A los pocos pasos llama la atención el tronco de un enorme pino piñonero (Pinus pinea) que se pierde por encima de las copas de los árboles que le rodean. Es otro de los árboles «etiquetados» en la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
A unos 100 metros de la Font del Castanyet el camino bordea una pared de roca. En ella hay un cable pasamanos que actúa como quitamiedos para los que puedan sufrir algo de vértigo, pero aunque la riera queda abajo a la izquierda, no parece que haya peligro de caída.
La vegetación va extrangulando el camino.
Una vez salimos al sol, fotografío una hembra de caballito del diablo azul que toma el sol sobre una hoja de helecho.
Aun en los tramos más soleados la vegetación llega a cubrir el camino.
A lo lejos me llama la atención el intenso color de las flores de la arveja silvestre (Vicia cracca). Al acercarme para forografiarlas veo que están bastante concurridas.
Al sol las alas de los caballitos del diablo que revolotean por delante nuestro parecen brillar con luz propia. Aquí conseguí pillar una hembra brevemente.
A unos 400 metros de la Font del Castanyet el camino acaba en una pista de tierra. Seguimos recto por ella.
En medio del camino encuentro lo que podría ser un excremento de zorro con huesos de cereza.
Km 2,5 – Camí del Socau
Cuando llevamos 100 metros de esta pista llegamos al cruce con el Camí del Socau, seguramente un antiguo camino por el que bajaban las vagonetas de la mina del Socau.
Nos desviamos a la derecha por ese camino. Me llama la atención la señal de tráfico.
Abajo a la izquierda aún podemos ver la riera de Vallcàrquera, aunque pronto la vamos a dejar atrás.
Salimos del valle de Vallcàrquera y empezamos a ascender por el del Torrent del Socau.
Me fijo en otra hembra de caballito del diablo azul tomando el sol en una hoja de helecho que ya se ve en la foto anterior. Parece tener algo en la boca.
Otro caballito del diablo me observa desde el otro lado del camino.
Aquí una foto de hojas de castaño atravesadas por la luz del sol.
Aquí una foto de alguna especie de Geranium con una mosca posada.
Y aquí una flor de botón de oro (Ranunculus acris) con una diminuta avispa.
Km 3,2 – Mina del Socau
Cuando llevamos recorridos unos 700 metros del Camí del Socau podemos ver arriba a nuestra derecha un agujero en el bosque.
Se trata de una de las entradas de la Mina del Socau, una antigua mina de magnetita de finales del siglo XIX. Esta entrada está medio sepultada por los sucesivos derrumbes del terreno, pero hay quien se atreve a bajar. Tampoco es especialmente peligroso.
Frente a la mina, en el lado opuesto del camino, sale un pequeño sendero. Nos desviamos un momento.
Bajamos por ese estrecho sendero y nos hallamos en una magnífica explanada en medio del bosque y al lado del Torrent del Socau, cuyo murmullo acompaña el canto de los pájaros. Apetece sentarse en unas piedras dispuestas en círculo en el centro de la explanada, o incluso tumbarse boca arriba sobre las hojas para disfrutar del momento.
Volvemos hacia la mina del Socau y seguimos por el camino. Al llegar a una bifurcación continuamos por la izquierda y cruzamos el Torrent del Socau, por el que apenas baja agua.
Una mariposa saltacercas (Lasiommata megera) bastante deteriorada reposa en una roca junto al torrente.
Seguimos camino arriba. El objetivo es encontrar la casa antigua del Socau, donde descansaban los mineros, pero con tanta vegetación y sin indicaciones va a ser difícil.
Km 3,4 – Casa antigua del Socau
Cuando ya estoy a punto de desistir (de hecho había avanzado unos 50 metros más arriba por el camino y había dado la vuelta), veo la vegetación con una forma rara, como si ocultara algo.
Me abro paso como puedo y, efectivamente, ahí abajo hay unas ruinas, aunque poco queda de ellas. He dado con la antigua casa del Socau.
Hemos llegado al final del recorrido lineal de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera. Además también es el punto más alto del itinerario, aunque casi no nos hemos dado cuenta. Iniciamos ahora el camino de regreso, que no todo él será por donde hemos venido. Y en este camino podremos fijarnos en los detalles pequeños, como esta campanilla o rapónchigo (Campanula rapunculus) que ha recibido la visita de una pequeña abeja.
Mientras estoy cruzando de nuevo el Torrent del Socau veo una mariposa minerva (Melitaea parthenoides) alimentándose en unas flores.
Otra cosa que me llama la atención son las vainas de retama negra (Cytisus scoparius) a la altura de mi cabeza en la orilla derecha del camino.
Aquí unas flores de digital amarilla (Digitalis lutea) visitada por abejas. Esta planta es muy tóxica.
Y para acabar este repaso botánico de bajada hacia el valle de Vallcàrquera, una llamativa flor de aguileña común (Aquilegia vulgaris), otra planta muy tóxica.
El camino sigue lleno de caballitos del diablo azules revoloteando o posándose al sol. Aquí fotografío una hembra proyectando su sombra en una hoja.
Y aquí un macho. Ya te habrás dado cuenta de que lo que marca la diferencia de sexo de los caballitos del diablo azules es el color de las alas.
Llegamos al cruce de antes. Vinimos por el camino de la izquierda, y ahora vamos a seguir por el de la derecha.
Y volvemos al valle de Vallcàrquera. A los pocos metros del cruce anterior cruzamos la riera. Al lado del camino hay un tablón apoyado en dos grandes piedras, como si fuera un puente, pero no es necesario cruzar la riera por él.
Unos 150 metros más adelante nos unimos a otro camino.
Seguimos recto. Ahora empezamos un tramo del recorrido más expuesto al sol, y vamos a ver a nuestro alrededor una flora y una fauna muy diferentes a lo que hemos visto hasta ahora. De entrada vamos a ver dientes de león (Taraxacum officinale) ya con sus semillas a punto de echar a volar.
También vamos a ver castañuelas (Pallenis spinosa).
A unos 100 metros del cruce anterior pasamos junto a la masía de Can Matamoros, antes conocida como Can Pere Planes o Pere Plana. Se cree que data del siglo XVII.
El camino sigue recto. Al fondo podemos ver los Cingles de Bertí.
Pasamos junto a un prado lleno de mariposas revoloteando sobre flores de escobilla morisca (Scabiosa atropurpurea). Una mariposa dorada oscura (Thymelicus acteon) se está dando un festín.
A los pocos metros es una medioluto ibérica (Melanargia lachesis) la que se está poniendo las botas.
Y al lado una pareja de mariposas lobito (Hyponephele lycaon), una en cada flor.
Al otro lado del camino, unos dientes de león que casi han diseminado todas sus semillas.
En otra parte del camino, una medioluto ibérica está tranquilamente alimentándose en una flor de cardo mientras se acerca una pequeña abeja.
A la mariposa no le ha importado compartir la flor con la abeja, que se ha metido casi dentro de la flor, pero sí le ha molestado la llegada de otra medioluto ibérica, a la que intenta echar de malas maneras.
Otra especie abundante aquí es el ajo silvestre (Allium), cuyas flores me recuerdan la explosión de una palmera pirotécnica.
Unos 200 metros pasado Can Matamoros llegamos al cruce con el Camí de Vallcàrquera frente a Can Mestres.
Giramos a la derecha en dirección a la rectoría de Vallcàrquera.
Km 5,0 – Rectoria de Vallcàrquera
Tras recorrer 200 metros llegamos a la Rectoria de Vallcàrquera, una antigua rectoría del siglo XVII que ahora es una casa de colonias.
El entorno que rodea este lugar es una maravilla.
Tras pasar por la parte de atrás de la rectoría damos la vuelta.
En el camino de vuelta vemos abajo Can Matamoros.
Junto a la carretera, un nogal (Juglans regia) me muestra sus frutos madurando.
Pasado Can Mestres el camino aparece rodeado de Genista. Lástima que las fotos no sean capaces de captar su fragancia.
A unos 300 metros de Can Mestres llegamos al antiguo núcleo de Vallcàrquera, del que hoy sólo quedan la iglesia románica de Sant Pere, la masía de Can Xicola y las casa de los mineros de Vall-de-Roses. Una gran encina junto a un barranco preside un cruce.
En el cruce giramos a la izquierda en dirección a Sant Pere de Vallcàrquera.
Pasamos junto a Can Xicola, que dejamos a la derecha porque seguimos por el camino de la izquierda.
Km 5,7 – Sant Pere de Vallcàrquera
Llegamos a la entrada de Sant Pere de Vallcárquera, una iglesia románica del siglo XII, contigua a la casa de Can Xicola, antigua masía que está documentada a partir del siglo XIII.
La verja está cerrada con candado, así que sólo podemos ver la iglesia desde fuera. Seguimos por el camino de la izquierda pasando por el lado de la iglesia.
Frente a la fachada principal y detrás de Can Xicola, abajo a la derecha vemos unos bancos de piedra a la sombra de un enorme ciprés. El más ancho y bajo realmente es una losa sepulcral del siglo XVII que al parecer fue arrancada del cementerio de Sant Pere de Vallcàrquera por una fuerte riada. Se le llama la Pedra de Tagamanent.
Pasamos tras el ábside de Sant Pere de Vallcàrquera.
El sendero se adentra en el bosque.
De repente el camino se interrumpe y continúa hacia abajo a la derecha en forma de escalinata de troncos engullida por la vegetación.
Una vez abajo el sendero vuelve a girar a la derecha. Se oye rumor de agua.
Unos pocos metros más adelante vemos la riera y la palanca que troncos que ya vimos en el trayecto de ida. Sin duda es una versión corta de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Como no vamos a seguir por aquí, damos la vuelta. Cuesta encontrar la escalinata entre tanta vegetación.
Avistamos de nuevo Sant Pere de Vallcàrquera desde el corazón de la selva.
Al pasar de nuevo junto a Sant Pere de Vallcàrquera me llaman la atención los hucos tapiados del campanario.
Llegamos de nuevo a la carretera (Camí de Vallcàrquera) y seguimos recto en dirección a Figaró. Pasamos junto a Vall-de-Roses que queda a nuestra derecha. Se trata de una edificación de 1914 que se alquila en parte como alojamiento rural. Según los habitantes actuales, Vall-de-Roses se construyó para alojar a los trabajadores de las minas de Socau, aunque para otros vecinos se recuerda como la casa de los ingenieros de las minas o las cuadras de los propietarios de las minas. Frente a Vall-de-Roses, al otro lado de la carretera, hay lo que parece un depósito de agua o balsa cubierta.
Mirando hacia atrás, la vegetación apenas deja ver el conjunto de Vall-de-Roses. Desde más cerca es imposible.
Km 6,1 – Font del Molí
Ni 100 metros más adelante llegamos al Pont del Molí, donde antes dejamos el Camí de Vallcàrquera para sequir la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera a través del bosque de ribera. A la derecha encontramos la Font del Molí, construída con una rueda de molino.
Seguidamente cruzamos el Pont del Molí. Abajo vemos la riera de Vallcàrquera.
Seguimos por la carretera. A la izquierda en una zona de sombra me llaman la atención unas flores de colleja (Silene vulgaris) colgando por delante de unas hojas de helecho.
No muy lejos de las collejas hay unas margaritas dando más color.
Ya al sol y frente a mí no dejan de revolotear las mariposas cleopatra sobre el asfalto de la carretera.
A unos 600 metros del Pont del Molí llegamos al desvío a la derecha a la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Bajamos por el camino para buscar la riera de Vallcàrquera. Al pasar junto a un árbol me llama la atención el blanco de las flores de un rosal silvestre (Rosa canina) al sol.
El camino que queda ya lo conocemos. Abajo cruzamos la riera.
Y a los pocos metros llegamos a la parte alta del salto de agua del Gorg de Can Bosc.
Vamos bajando por la orilla derecha de la riera de Vallcàrquera.
Llegamos a la Font de la Noguera Punxeguda. El sol está más alto que a la ida y su luz llega a más rincones.
El agua de la riera reluce por encima de las piedras del vado que lo cruza.
Nos acercamos al enorme álamo negro «etiquetado» que hay al otro lado del vado y levantamos la mirada en busca de la copa. Imposible alcanzarla.
Otra vista del vado de la riera desde el pie del álamo negro.
Km 7,3 – Final de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera
Y en 200 metros llegamos al final de la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera, en el cruce con la Carretera de Ribes.
Ahora sólo queda ir al coche para concluir este gratificante baño de bosque en la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera.
Si te ha gustado lo que has visto en este reportaje, lo mejor que puedes hacer es ir ya mismo a Figaró-Montmany y vivir la experiencia en primera persona. Te aseguro que no te defraudará.
Por último
Recuerda ser respetuoso con el entorno y con los demás. Los lugares idílicos dejan de serlo cuando los destrozamos. Es tan sencillo como seguir los siguientes consejos:
- Aparca donde esté permitido y sin impedir el paso a otros vehículos, personas o animales. A tí no te gustaría que te bloquearan el paso.
- No muevas piedras, arranques plantas o molestes o dañes a los animales, aunque sean insectos. Si están ahí por algo será.
- No hagas pintadas ni grabados en rocas ni en cortezas de árboles. No tiene ningún sentido.
- No grites ni hagas demasiado ruido. Si a tí te molesta, a la fauna más.
- Recoge tus desperdicios, incluídas colillas y pañuelos de papel, y tíralos en los lugares adecuados, y si no hay pues en tu casa. Pesan y ocupan menos a la vuelta que a la ida.
Si todos hacemos esto tan simple encontraremos estos lugares como si acabaran de ser descubiertos.
Cómo llegar a la Ruta dels Arbres de Vallcàrquera
Previsión meteorológica
- Artículo bajo licencia Creative Commons BY-NC-ND 4.0 International. Puedes compartirlo si citas al autor, si no obtienes ningún beneficio económico, y si lo mantienes íntegro, sin realizar ninguna modificación en el texto ni en las fotos. Y si además me lo comunicas, me harás muy feliz. 🙂