El Gaià, con sus apenas 60km de longitud, es un tesoro natural y paisajístico de la provincia de Tarragona. Se cree que podría ser el río Maius mencionado por Pomponius Meia, primer geógrafo romano, o el río Subi citado por Plinio el Viejo. Lo que sí se sabe es que durante los siglos X y XI de nuestra era fue frontera entre el condado de Barcelona y Al-Ándalus, motivo por el cual abundan las fortificaciones y otras construcciones medievales en la zona, destacando el monasterio de Santes Creus. Precisamente en esta excursión vamos a explorar el tramo del Río Gaià entre Vila-rodona y Santes Creus, primero por los campos que hay en su orilla derecha a la ida, y luego por el mismo río a la vuelta.
El recorrido por el río Gaià entre Vila-rodona y Santes Creus: track y recomendaciones
La excursión de hoy consiste en un itinerario circular de algo menos de 16 km dividido en dos tramos diferenciados: uno de ida de Vila-rodona a Santes Creus por el GR-172 atravesando un llano con campos de cultivo, y otro de vuelta siguiendo el curso del río Gaià por el Camí de les Terres del Riu Gaià. No hay mucho desnivel y la mayor parte de éste se concentra al principio del itinerario, y a pesar de su longitud, es factible de realizar con niños no muy pequeños, ya que sobre el km 10 podemos descansar y recuperar fuerzas en la Albereda de Santes Creus, un extenso parque a orillas del río Gaià con abundante sombra, fuentes de agua potable, WC, mesas y bancos de picnic, y hasta barbacoas. Respecto al equipo, no es necesario calzarse botas de senderismo, basta con calzado deportivo cómodo, y ropa adecuada a la época del año. En verano además es aconsejable protegerse del sol, sobre todo por el primer tramo, y no hace una calor excesiva si evitamos el mediodía. Yo hice el recorrido en agosto del 2021 y no sufrí de mucho calor.
El entorno y su relieve en 3D
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre.
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La excursión y las fotos
Km 0,0 – Aparcamiento en Vila-rodona
Lleguemos a Vila-rodona desde donde lleguemos, siempre vamos a ir a parar a una rotonda. Una vez en ella tomamos la salida a la carretera TP-2003, que lleva a Vila-rodona (al casco urbano o al cementerio). Cruzamos el río Gaià por un puente y justo la segunda calle a la izquieda es la Av. dels Lledoners (está indicado el aparcamiento). Giramos por ella, y en el siguiente cruce volvemos a girar a la izquierda para aparcar en una explanada (veremos la P de aparcamiento).
Nos dirigimos a la valla al final de la explanada, hacia los árboles, y buscamos la salida hacia la izquierda.
Bajamos una pequeña cuesta hasta llegar a una calle, la primera que giraba a la izquierda cuando acabamos de cruzar el puente en el coche.
Giramos por esa calle a la derecha. Nos acercamos a la valla de la izquierda para contemplar el entorno del río Gaià. Abajo vemos un puente colgante.
A nuestra derecha encontramos un panel informativo con una ruta alrededor de Vila-rodona destacando los puntos más significativos
Estamos en el Camí de les Terres del Riu Gaià. Más o menos a la altura del aparcamiento encontramos un poste indicativo y un poco a su derecha una escaleras que bajan.
Bajamos por ellas hasta llegar al Pont Vell.
En realidad ya no queda nada del Pont Vell, sino que lo que vemos son las dos pilastras de hormigón sobre las que se construyó un puente provisional de madera tras la gran riada de 1921 que destruyó por completo el puente medieval. En 1925 se inauguró el Pont Nou, que es por el que pasa la carretera, y en 1926 otra riada se llevó por delante el puente provisional de madera. El actual puente colgante sobre las pilastras es fruto de la recuperación del Camí de les Terres del Riu Gaià.
Km 0,3 – Pont Vell sobre el río Gaià
Cruzamos el puente, con cuidado si vamos con niños. Desde el tramo central tenemos esta vista del río Gaià y el Pont Nou.
En la otra orilla llegamos a un camino que gira a la derecha.
Unos metros más arriba hay un cruce. Hacia la izquierda se encuentra el Pou de la Neu de Vila-rodona, un antiguo pozo de hielo del siglo XVII o incluso anterior.
Por la disposición de las piedras del muro en forma de arcos parece como si al otro lado del mismo la estructura fuera hueca. Seguimos caminando hacia la derecha bordeando este muro. Al fondo vemos las cúpulas brillantes de la Torre d’en Bernat.
Al llegar a la curva tenemos una bonita estampa de Vila-rodona bajo la luz de la mañana del verano.
Km 0,4 – Torre d’en Bernat
Llegamos a las ruinas de la Torre d’en Bernat, un conjunto residencial del siglo XIX que a pesdar de format parte del catálogo del patrimonio municipal de Vila-rodona se encuentra en un estado pésimo de conservación y como no tomen medidas urgente acabará desapareciendo en poco tiempo.
Por detrás de la Torre d’en Bernat están Els Vinyets.
En teoría el sendero continúa a la derecha rodeando la Torre d’en Bernat por detrás, pero como se puede ver, la vegetación lo hace impracticable.
En vez de seguir por ahí, nosotros seguimos recto, junto a unas naves industriales aparentemente abandonadas, hasta llegar a la carretera TP-2002 que va a Santes Creus.
Cruzamos la carretera y seguimos hacia el norte.
Mientras caminamos por esta carretera, a la derecha podemos ver este contraluz de Vila-rodona por encima de la Granja Soler, abandonada.
Tras unos 400 metros por la TP-2002, a nuestra izquierda encontramos un camino, justo a la altura de la entrada del aparcamiento del restaurante El Vinyet que queda al otro lado de la carretera.
Nos desviamos por él, y justo cuando se acaba el asfalto encontramos una bifurcación.
Tomamos el camino de la izquierda. Aquí empieza la subida, que tampoco es mucha, unos 60 metros en 1 km, por una pista de tierra y piedras que serpentea entre campos y fincas agrestes sin cultivar. Como estos primeros metros son aburridos sin ningún detalle paisajístico que destacar, me voy fijando en los detalles pequeños, como esta larva de luciérnaga mediterránea (Nyctophila reichii) que por fortuna se salvó de mi pie. La verdad es que cada vez se ven menos luciérnagas. Y donde hay luciérnagas es que hay caracoles.
También en el suelo de camino abundan los excrementos de conejo.
En los márgenes soleados del camino van madurando las moras.
El terreno, con un ligero relieve, alterna viñedos con pinares.
A unos 400 metros de la carretera llegamos a una explanada que parece un campo abandonado en medio de un pinar. El camino se desdibuja en este punto, así que seguiremos rodeando el campo por la izquierda.
Más o menos en el lado opuesto del campo encontramos la «salida» a la izquierda.
A los pocos metros dejamos atrás los pinos y volvemos a los viñedos.
Y tras los viñedos vienen los almendros.
Parece que nadie recolecta estas almendras.
Antes vimos una larva de luciérnaga, y donde hay luciérnagas hay caracoles, su alimento. Y encontramos caracoles (Cepaea nemoralis) «dormidos» en las ramas de hinojo (Foeniculum vulgare). Aquí jugando con la profundidad de campo para aislar un caracol sin abrir el diafragma, sino alargando la distancia focal.
Y tras los almendros, el turno de los olivos, a unos 500 metros después del pinar.
Al lado algún viejo almendro que nadie cuida.
El camino vira ahora hacia el sur y en llano, flanqueado por árboles a la derecha y matorrales a la izquierda.
Por el campo de la izquierda vi a lo lejos un par de conejos. Por más adelante encuentro junto al camino un hueco excavado recientemente, quizás una madriguera.
Y más caracoles al sol, muchos más.
A la que dejamos atrás los árboles y los matorrales se nos abre el paisaje.
Y a la derecha se nos abre un extenso viñedo en la Plana del Pistol, con los racimos de uva casi a punto para la vendimia.
Y por encima de las viñas asoma una vieja cabaña de piedra seca, típica de esta zona del Camp de Tarragona.
Y tras unos 500 metros desde la curva de los olivos avistamos la carretera TV-2004 que va de Vila-rodona al Pla de Santa Maria.
Continuamos por la carretera hacia la derecha, junto a los viñedos.
Km 3,2 – GR-172 hacia Santes Creus
A los 300 metros llegamos al GR-172, y nos desviamos por él a la derecha, pasando junto a un gran pino.
Nos quedan 3,4 km por delante expuestos al sol en este camino, así que nos lo tomamos con calma.
El camino atraviesa numerosos campos de almendros y olivos. En esta época del año las almendras empiezan a abrirse, y me fijo en unas de ellas en las ramas de un almendro, que parece que estén de cháchara.
Hacia la izquierda del camino divisamos El Pla de Santa Maria con su polígono industrial, y más allá, a los pies de la Muntanya de Jordà, el pequeño pueblo de Figuerola del Camp.
Seguimos caminando por este llano y soleado GR-172 contemplando otros regalos del verano mediterráneo.
Km 3,9 – Pallissa del Catarí
Llegamos a un camino que conduce a una cabaña en ruinas.
Es la Pallissa (pajar) del Catarí. Nos acercamos para inspeccionarlo.
Volvemos al GR-172 y seguimos camino de Santes Creus. Pasando junto a un viñedo me llaman la atención unos racimos de uva madurando escondidos tras las hojas de la viña.
A unos 500 metros de la Pallissa del Catarí pasamos junto a un olivar separado del camino por un muro de piedra seca.
Me llama la atención que algunos de estos olivos están al lado de viejos tocones. No sé si es que no pudieron arrancar los viejos olivos o si se trata de brotes de los mismos.
También me llama a atención en algunos fragmentos rocosos del camino la presencia de dos hendiduras paralelas, quizas las rodadas de los carros que erosionaron la roca durante siglos.
Y cómo no, el muro de piedra seca junto al GR-172. Al fondo el Coll de Cabra separando la Muntanya de Jordà, a la izquierda con la Plana d’en Sarrils (781 msnm), de la Muntanya de Cabarrà con el Parc Eòlic de la Serra Voltorera.
Seguimos por el GR-172. El rojo del fruto maduro del lentisco (Pistacia lentiscus) da un toque de color al paisaje.
Hay algún caracol tostándose al sol en una rama de hinojo.
Donde no hay campos de cultivo también abundan las encinas (Quercus ilex).
Cuando llevamos más de kilómetro y medio por el GR-172 por fin encontramos un poco de sombra.
Y a los 2,3 kms nos cruzamos con un camino asfaltado. Nosotros seguimos a la izquierda como nos indican las señales.
Al estar asfaltado caminamos con precaución no sea que haya mucho tráfico de vehículos, pero el asfalto se acaba a los pocos metros.
A poco menos de 300 metros del cruce anterior llegamos a otro. Seguimos las indicaciones al Camping.
Seguimos caminando y disfrutando de los regalos de la naturaleza.
Desde aquí también se ve bien Figuerola del Camp y la Serra Carbonera que separa la comarca del Baix Camp de la Conca de Barberà.
A 800 metros del anterior desvío nos encontramos con otro. Seguimos desviándonos a la derecha hacia el camping.
Km 6,7 – Camping Santes Creus
A tan sólo 100 metros del desvío anterior llegamos a la entrada del Camping Santes Creus. Para ser pleno mes de agosto del 2022 la ocupación era mínima (si no es porque las puertas estaban abiertas se podía pensar que estaba cerrado).
Pasamos de largo la entrada del camping y seguimos por el GR-172.
A los 200 metros llegamos a un cruce con una estatua de piedra en lo alto de un pilar. Se trata de uno de los siete Estilitas de Mateo Vilagrasa que hay a lo largo de la Ruta del Císter.
En el cruce nos desviamos a la derecha en dirección a Santes Creus. Por otro lado estamos en el punto más elevado de todo el recorrido.
A partir de aquí empezamos a descender.
El camino se allana al pasar junto a un viñedo. Al otro lado vemos el Coll de les Forques, al que llegaremos en unos pocos minutos.
Los racimos están bien cargados de uva blanca.
Km 7,4 – Coll de les Forques
Tras un corto repecho pasado el viñedo llegamos al Coll de les Forques en una bifurcación.
Continuamos por el camino de la izquierda, y a los pocos metros salimos del camino por un estrecho sendero a la izquierda. Es un pequeño atajo que recorta unos metros el GR-172 en una curva.
De vuelta al camino, unos 200 metros más y acabamos en la carretera TP-2002. Seguimos recto por el falso arcén.
Un poco más adelante, a nuestra derecha ya avistamos Santes Creus.
Km 8,4 – Pont de Pedra de Santes Creus
Llegamos frente a la entrada a Santes Creus por el Pont de Pedra, un puente del siglo XVI que cruza el río Gaià. A la izquierda también encontramos la Creu del Terme, de la misma época.
Cruzamos la carretera y nos disponemos a atravesar el Pont de Pedra.
A partir del aquí el recorrido cambia radicamente de aspecto. Pasamos de los áridos y soleados campos de secano al entorno húmedo y refrescante del río Gaià. Aquí vemos el río desde lo alto del Pont de Pedra mirado al norte.
Una vez pasado el puente torcemos a la derecha. Llegaremos a una bifurcación con una fuente enmedio.
Seguimos a la izquierda por la calle que sube al monasterio. No puedo evitar fotografiar una mítica moticicleta clásica en un estado impecable. Se trata de una Montesa Impala matriculada el mismo año que nací. Se conserva igual que yo.
Junto a la moto hay unas escaleras de piedra. Subimos por ellas.
Arriba hay una pequeña plaza, la mayor parte de la cual está ocupada por la terraza de un bar. Hacia la izquierda hay una fuente bajo unas moreras donde algunos gatos suelen tumbarse en veran para evitar el calor.
Nos desplazamos hacia la derecha hasta encontrarnos un estrecho callejón.
Entramos por él. A los pocos metros el callejón gira a la izquierda. Es tan estrecho que monto la lente ultra gran angular en la cámara para poder fotografiar.
Y a los pocos metros el callejón vuelve a girar a la derecha, y continúa bajo una gran casa.
Km 9,0 – Plaça de Sant Bernat
Y al final del callejón llegamos a la Plaça de Sant Bernat, el corazón de Santes Creus. A la izquierda el espectacular monasterio cistercense.
A la izquierda de la salida del callejón encontramos otra fuente.
Subimos por las escaleras a la derecha de la fuente para obtener una vista general de la Plaça Sant Bernat. La gran casa del fondo a la izquierda de la plaza, en el centro de la imagen es el Ajuntament d’Aiguamúrcia.
Detrás nuestro la puerta de la iglesia mayor del monasterio.
Un poco más a la derecha más puertas del monasterio. La última es la puerta para las visitas.
Nos acercamos a esa puerta de las visitas. El monasterio de Santes Creus está abierto para visitas todos los días del año excepto los lunes no festivos y los días 25 y 26 de diciembre y el 1 y 6 de enero. Creo que el precio de la entrada son 4€, y se pueden reservar visitas guiadas por otros 4€. El último martes de cada mes desde octubre hasta junio hay jornada de puertas abiertas.
Desde este lado podemos ver el monasterio con esta otra perspectiva.
Tiramos un poco de zoom para poder ver estos detalles de uno de los laterales del monasterio, con reloj de sol y todo. Parece más una fortaleza que un monasterio. Sin duda en aquellos tiempos había muchas amenazas.
Aquí una vista hacia el otro lado, a lo que podrían ser jardines o huertos exteriores del monasterio.
Aquí las casas frente al monasterio. En el centro un pequeño estanque.
Y por último un nenúfar en la superficie del estanque. Dentro del aqua había algunas carpas doradas.
Regresamos a la Plaça Sant Bernat y nos acercamos a la puerta del Ajuntament, un lugar que vale la pena dedicar unos minutos para visitar y fotografiar.
El que ahora es el edificio del Ajuntament d’Aiguamúrcia fue el antiguo Hospital de Sant Pere dels Pobres desde el año 1129 hasta el siglo XVI, en que el hospital fue transformado en palacio por el Abad de Santes Creus, suficientemente alejado del cenobio para no molestar la vida de los monjes cuando el abad recibía visitas. Nada más pasar bajo el arco de la puerta nos encontramos con esta maravilla de claustro.
De nuevo hay que volver a montar la lente ultra gran angular para captar todas las perspectivas.
Este rincón es muy fotogénico y uno no se cansa de hacer fotos desde todos los ángulos y posiciones. Aquí una foto del interior formada a partir de dos tomas verticales con el ultra gran angular.
Pasamos una puerta a la derecha de la entrada y llegamos a la escalera que conduce a los pisos superiores. El techo del hueco de la escalera resulta hipnótico.
Desde allí también accedemos al Patio de los Cipreses. Como es obvio el nombre de viene de unos enormes cipreses que hay en el centro y que fueron plantados el año 1800. En la foto, tomada desde el extremo opuesto al que hemos accedido al patio para mostrar el resto del edificio, los cipreses no se ven tan grandes como son realmente.
Subimos por las escaleras de la izquierda para ver el patio desde otra perspectiva.
Aquí ya no queda mucho más por ver, así que salimos del Palau de l’Abat a la Plaça de Sant Bernat y nos dirigimos hacia la puerta de salida a la izquierda. Allí nos plantamos frente a la gran Font de Sant Bernat Calvó.
Ahora salimos de la Plaça de Sant Bernat por el Portal de l’Assumpta, que cuando estuve, la parte superior estaba en obras. Una vez en la Plaça de Santa Llúcia podemos contemplar los detalles barrocos de este portal por la parte de fuera, que es la que normalmente da la bienvenida al visitante de Santes Creus (recuerda que nosotros hemos entrado por un callejón lateral).
Al otro lado de la plaza encontramos la Porteria del Monestir, que es la puerta principal de entrada al recinto. Sobre el arco de la Portería del monasterio de Santes Creus hay una inscripción que dice Si vols saber l’hora que és mira el rellotge que per això és («si quieres saber la hora mira el reloj que para eso es») . Y sí, arriba hay un reloj de sol con otra inscripción: Jo sense sol i tu sense fe no valem res («yo sin sol y tú sin fe no valemos nada»). Supongo que el reloj de sol marcaría alguna hora pasado el mediodía porque a las 11:37 de la mañana aún estaba a la sombra.
Salimos del recinto por la portería y bajamos por la calle hasta la bifurcación con fuente que pasamos antes, junto a las escaleras de piedra que suben a la placeta de arriba. Allí, a la altura de la fuente de la esquina, giramos a la izquierda.
Bajamos unos metros por la carretera y nos plantamos frente a la entrada de la Albereda de Santes Creus.
Km 9,5 – Albereda de Santes Creus junto al río Gaià
La Albereda de Santes Creus es un espacio natural protegido situado entre el río Gaià y la carretera de Santes Creus a Aiguamúrcia. El lugar está acondicionado como un parque y tiene equipamientos para pasar desde un rato hasta todo el día en contacto con la naturaleza. Nosotros podemos aprovechar para refrescarnos un rato a la sombra y comer algo. En este recorrido lo vamos a atravesar de norte a sur. Empezamos bajando por las escaleras.
La Albereda de Santes Creus tiene muchas fuentes, algunas de ellas no en muy buen estado. Aquí la Font de Sant Francesc, una de las primeras que nos encontramos nada más bajar por las escaleras.
Más abajo junto a ella, la Font de la Mitja Lluna.
Aquí una vista general del espacio de la Albereda nada más bajar todas las escaleras. Se agradece esta sombra en pleno mes de agosto, aunque me resulta extraño verlo tan vacío. En esta época del año debería estar lleno de familias pasando la mañana o el día. Recuerdo haber estado aquí más de 25 años atrás y el ambiente era muy distinto.
A lo largo del recorrido vamos a encontrar diversos paneles informativos que nos ayudan a contextualizar e interpretar el entorno.
En el centro de este espacio hay un pequeño estanque con un surtidor de agua que está apagado.
En la superficie del agua proliferan las lentejas de agua (Lemna minor).
Nos vamos dirigiendo hacia el sur. Pasamos junto a una caseta que realmente son los Lavabos Públicos.
Muy cerca se encuentra la Font de les Sis Fonts, de la que sólo sale agua por uno de sus seis caños.
Me percato de que una paloma torcaz (Columba palumbus) me observa semioculta entre el follaje de un árbol junto al río Gaià.
Un poco más allá hay un espacio donde se concentran mesas con bancos de piedra y madera. Es la zona de picnic, o más bien «merendero» por lo que veremos más adelante.
Allí al lado tenemos la Font del Ventura.
Junto a la zona de picnic sale un acceso al río Gaià.
El río Gaià tiene un caudal muy variable, a veces torrencial. Este agosto (año 2021) estaba muy tranquilo, pero justamente 100 años antes se produjo la riada más importante del siglo XX, con un caudal estimado de 581 m³/s.
Estamos en un gran meandro del río Gaià formado por la desforestación del territorio, que aumentó la torrencialidad del río y por lo tanto la acumulación de sedimentos aportados por las crecidas del río. Aquí se explica con detalle.
Este otro panel explica la relación entre el río Gaià, las acequias y las fuentes de la Albereda de Santes Creus.
Volvemos arriba y seguimos nuestro recorrido por la Albereda de Santes Creus. Junto a la zona de picnic encontramos las barbacoas, precintadas en el momento de mi visita, no sé si por el Covid o por qué exactamente. Doy fe de que 25 años funcionaban.
Continuamos hacia el sur junto a la acequia.
Este camino junto a la acequia acaba en un pequeño claro junto a la carretera. Creo que es el otro acceso a la Albereda de Santes Creus.
Pasamos de largo y buscamos la continuación del camino junto a la acequia, que ahora tendremos a la derecha.
Pasamos al otro lado de la acequia por el puente que encontramos unos metros más adelante hacia la derecha. Esto nos lleva a una plataforma de observación junto a la orilla del río Gaià.
Allí me llama la atención un manzano silvestre (Malus).
Volvemos a cruzar la acequia por otro puente.
Estamos ya en el rincón más al sur de la Albereda de Santes Creus, un lugar muy sombrío y tranquilo. Aunque estamos junto a la carretera, hay tan poco tráfico que reina el silencio.
El cercado de la Albereda de Santes Creus está abierto en el extremo sur.
Salimos de la Albereda por ahí. Ahora el camino es muy estrecho y pasa junto a la acequia, en un entorno muy húmedo y fresco cubierto de exuberante vegetación. Vemos una compuerta de la acequia medio escondida por la vegetación.
Hay rincones por los que apenas entra la luz del sol.
En un punto hay que hacer contorsiones para pasar entre unos árboles caídos.
Y en algún otro punto hay que vigilar en no quedar atrapado entre las zarzas y otras enredaderas.
Finalmente tras 200 metros encontramos la salida hacia la carretera.
Cruzamos la carretera y seguimos caminando hacia el sur por la izquierda. Se acabó la sombra y aunque sea una carretera con poco tráfico habrá que estar pendiente del mismo porque es estrecha y de dos sentidos. Este tramo del itinerario es un poco aburrido pero nos podemos entretener observando la flora y la fauna que nos rodea, como por ejemplo esta clemátide (Clematis vitalba) a punto de esparcir sus semillas. La clemátide puede producir dermatitis de contacto. El jugo de las hojas tiene una acción vesicante, e incluso puede producir ulceraciones. Por esa razón y porque en la Edad Media la usaban los mendigos para producirse llagas que excitaran la piedad de los viandantes se la conoce popularmente como «hierba de pordioseros».
Entre el verde destaca el granate de la zarzaparrilla (Smilax aspera).
Pasamos por la entrada a La Plana del Molí, un pequeño núcleo de población de Aiguamúrcia.
Y nada más pasar La Plana del Molí cruzaremos la Riera de Rubió, que desemboca en el río Gaià.
Seguimos por la aburrida y soleada carretera de Santes Creus a Aiguamúrcia.
A la izquierda un viñedo. Un gran racimo de uva blanca en su última etapa de maduración descansa plácidamente entre dos ramas.
En un cable lejano me parece ver posado un abejaruco (Merops apiaster).
Cuando llevamos 700 metros por esta aburrida carretera, avistamos por fin Aiguamúrcia.
Km 12,0 – Aiguamúrcia
Nada más entrar en Aiguamúrcia pasamos frente a la bodega del Sindicat Agrícola d’Aiguamúrcia, edificio proyectado en 1919 y construido en 1920. No se me ocurrió montar el ultra gan angular o hacer la foto con el móvil para sacar el edificio entero.
El pueblo es muy pequeño, apenas 3 calles. Llegados al cruce, el GR-172-1 continúa hacia la derecha por el Carrer de les Cases Noves.
Pero nosotros seguimos recto por un callejón que pasa junto al Torrent de les Aigüetes.
Al llegar a la barandilla de forja que separa el callejón del torrente me fijo en unas piedras pintadas apoyadas en ella. No he conseguido averiguar el autor y si están en venta, pero la verdad es que están bien trabajadas.
Un tramo del callejón se aleja del torrente, pero aún así hay una piedra pintada en el suelo junto a la pared de una vieja casa que ha sufrido reformas.
Volvemos a pasar junto al torrente. Y encontramos más piedras coloreadas. Aquí representando un par de mariquitas.
Y en la siguiente barandilla, unos alambres con botones de diferentes tamaños, formas y colores.
Al final de este callejón nos plantamos frente a la Esglèsia de Santa Maria. A los pies del porche de la entrada, un par de piedras pintadas.
A la derecha el Carrer dels Camps con una curiosa casa con forma de torreón en el número 1.
A la izquierda de la iglesia vemos la señal del GR-172-1 en una farola, que a sus pies tiene otra piedra pintada. Y unos metros más allá vemos el símbolo del Camino de Santiago en el suelo.
Seguimos por ahí por un camino pavimentado junto a unas cañas.
Luego bajamos por unas escaleras a la derecha.
Y de nuevo a la izquierda entre un muro de piedra y un seto de hiedra.
Al final de este callejón, giramos a la derecha hasta encontrar la carretera.
Bajamos hasta la carretera y seguimos a la izquierda por el margen izquierdo, tal como llegamos a Aiguamúrcia. Delante nuestro un puente que cruza el río Gaià.
Km 12,5 – Camí de les Terres del Riu Gaià
Tras cruzar el río Gaià por el puente llegamos a un desvío a la izquierda. Aquí el GR-172-1 se convierte en un tramo del Camí de les Terres del Riu Gaià, otro tramo interesante del itinerario como veremos más adelante.
En realidad el Camí de les Terres del Riu Gaià es un recorrido de 65 kms siguiendo el curso del río Gaià desde su nacimiento en las fuentes de les Canelles en Santa Coloma de Queralt hasta su desembocadura en el Mediterráneo en la playa de Tamarit. A lo largo del camino podemos acercarnos a la riqueza histórica, patrimonial, natural y cultural que se extiende por cada rincón del valle del río Gaià y comprende las comarcas de la Conca de Barberà, l’Alt Camp y el Tarragonès. Nosotros sólo vamos a recorrer 2 de estos 65 kms entre Aiguamúrcia y Vila-rodona.
Pues bien, nos desviamos a la izquierda por el camino, y tras atravesar una pequeña porción de bosque llegamos a una zona de cañas que nos indica que andamos cerca del río Gaià.
En algunos tramos hay tal densidad de cañas que hasta nos tendremos que agachar.
Pasado este tramo de cañas entramos en otro tramo de bosque.
Este tramo es muy agreste y la hiedra trepa hasta las copas de los árboles.
A los 500 metros de camino llegamos al primer puente de madera que cruza el río Gaià, casi invadido por la vegetación circundante.
Cruzamos el río Gaià, que lleva muy poca agua. De hecho podríamos haber cruzado a pie sin apenas mojarnos.
Unos 100 metros más adelante volvemos a cruzar el río Gaià por otro estrecho puente de madera.
Unos 100 metros más adelante llegamos a una pequeña bifurcación que puede que la maleza no nos deje ver. En el centro tiene que haber un árbol con la marca del GR.
Y hacia la derecha tiene que haber otro árbol con un cartel indicando hacia la Font Cervellona.
Junto a él se intuye un sendero semioculto por la maleza por el que nos vamos a desviar un rato. Pocos metros más adelante se depeja un poco y veo lo que parecen los restos de un festín, aunque no hay restos del cuerpo.
Km 13,4 – Font Cervellona
Unos 50 metros más adelante avistamos entre las cañas que cubren el camino una pequeña cavidad, que resulta ser la Font Cervellona.
He de decir que estas fotos son las que tomé en agosto del 2021. Posteriormente he averiguado que en enero del 2022 se llevaron a cabo unos trabajos de recuperación de la albereda de la Font Cervellona, entre los cuales hubo desbrozado del terreno y adecuación de plafones informativos. He visto fotos del resultado de esos trabajos y aparte que la Font Cervellona está debidamente indicada, todo el entorno perfectamente acondicionado, nada que ver con lo que yo me encontré. Además también he descubierto que muy cerca de allí hay un yacimiento arqueológico con restos de una villa romana.
Regresamos al desvío anterio y proseguimos por el Camí de les Terres del Riu Gaià. A los pocos metros volvemos a cruzar el río Gaià por otro puente de madera.
Aquí parece que haya un poco más de agua acumulada que en los otros puntos donde hemos cruzado el río.
Y en el puente una telaraña abandonada.
Una vez cruzado el puente giramos a la derecha y a los pocos metros llegamos a una bifurcación con una gran piedra.
Giramos a la izquierda y continuamos por un camino de carro.
A los 100 metros seguimos recto dejando a nuestra izquierda un camino que sube hacia una especie de barracas.
Nos alejamos del entorno natural del río Gaià y nos acercamos a Vila-rodona rodeados de muestras de actividad humana. A la derecha unos huertos con tomates madurando.
Cuando llevamos unos 300 metros por este camino avistamos por fin Vila-rodona, el final de este extenso recorrido.
Y 100 metros más adelante pasamos por un desvío que lleva a la antigua farga de Vila-rodona.
Poco más adelante otro meandro del río Gaià nos «acerca» a una orilla.
Por delante avistamos la iglesia de Sant Llorenç y al fondo el castillo de Vila-rodona.
Seguimos recorriendo los últimos metros de este itinerario. Pasamos junto a un viejo viñedo a nuestra derecha que aún produce uva que nadie va a vendimiar.
A medida que nos acercamos a la iglesia de Sant Llorenç vemos surgir por detrás una cúpula de cristal.
Km 14,5 – Esglèsia de Sant Llorenç, Convent dels Servites o Convent dels Dolors
Llegamos por fin a la iglesia de Sant Llorenç, también conocida como Convent dels Servites o Convent dels Dolors porque la iglesia es lo único que queda del convento, abandonado en 1835.
Tras el abandono del convento, la iglesia fue utilizada como almacén. Sobre la puerta aún se puede ver el escudo de la orden de los servitas. Lástima de los cables que cruzan por delante, que estropean la foto.
A la derecha del camino veo unos higos chumbos madurando. Mira que me gustan…
Y junto a estos higos chumbos, alguna flor abierta y otra por abrirse.
Poco antes de entrar en Vila-rodona me llaman la atención las pinturas en una casa que parece abandonada.
Km 14,8 – Vila-rodona
Entramos en Vila-rodona por el Portal d’en Parera, el único que queda de los cuatro que había en la muralla.
Una vez pasado el portal, a la izquierda el Carrer de la Costa del Buc, que sube hasta los pies del castillo.
Nosotros giramos a la derecha por el Carrer Sant Llorenç hasta llegar al Carrer Major que gira a la izquierda y desde el que vemos el campanario de la Esglèsia de Santa Maria.
Nos cruzamos con el Carrer de Sant Antoni, que hacia la derecha continúa como Carrer de la Claveguera (calle de la cloaca) por debajo de una casa.
Pasamos frente al antiguo Molí de la Vila.
Un poco más adelante la antigua tienda «El Siglo».
La verdad es que el centro histórico de Vila-rodona está plagado de callejones por debajo de casas. Aquí por ejemplo el complejo de arcos del Carrer de la Bassa.
También el Carrer de l’Hospital.
Otro edificio singular es la antigua pescadería junto a la iglesia de Santa Maria.
Giramos a la derecha por la Plaça dels Arbres, pasando frente a la fachada de la iglesia.
Seguimos recto por el Carrer de la Font.
Y después a la izquierda hasta la salida del pueblo.
Km 15,4 – Els Rentadors i les Fonts Fresques
Al final del Carrer de la Font, a la derecha nos encontramos con Els Rentadors, los antiguos lavaderos aún en activo hasta mediados del siglo XX.
Al otro lado de la calle Les Fonts Fresques, un espacio arbolado con unas fuentes que estaba cerrado por obras en agosto del 2021. Los enormes plátanos fueron plantados en 1873.
Y desde aquí seguimos recto para ir a acabar el recorrido en el aparcamiento donde dejamos el coche.
Y aquí se acaba este largo, extenso y variado recorrido por el entorno del río Gaià entre Vila-rodona y Santes Creus. Si has llegado hasta aquí te mereces un aplauso y mi más profunda admiración, porque sin duda éste es el post más largo del blog, y que por falta de tiempo me ha costado meses prepararlo. De hecho a partir de entonces me propuse hacer rutas más cortas o con menos cosas que fotografiar y explicar. Tengo un montón de excursiones que aún tiene que ver la luz. Espero no enrollarme tanto en ellas.
Por último
Recuerda ser respetuoso con el entorno y con los demás. Los lugares idílicos dejan de serlo cuando los destrozamos. Es tan sencillo como seguir los siguientes consejos:
- Aparca donde esté permitido y sin impedir el paso a otros vehículos, personas o animales. A tí no te gustaría que te bloquearan el paso.
- No muevas piedras, arranques plantas o molestes o dañes a los animales, aunque sean insectos. Si están ahí por algo será.
- No hagas pintadas ni grabados en rocas ni en cortezas de árboles. No tiene ningún sentido.
- No grites ni hagas demasiado ruido. Si a tí te molesta, a la fauna más.
- Recoge tus desperdicios, incluídas colillas y pañuelos de papel, y tíralos en los lugares adecuados, y si no hay pues en tu casa. Pesan y ocupan menos a la vuelta que a la ida.
Si todos hacemos esto tan simple encontraremos estos lugares como si acabaran de ser descubiertos.
Cómo llegar al río Gaià entre Vila-rodona y Santes Creus
Previsión meteorológica
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Ostres Santi, m’he cansat sols de seguir l’entrada…… anaves corrent o que?
No no… però és l’última ruta llarga que vaig fer, el mateix mes que la de Poblet que vaig publicar abans. Em vaig donar que això era massa i les següents seran més curtes i fàcils de llegir. He trigat més d’un any en escriure aquesta!