Al norte de la ciudad de Barcelona, entre las comarcas del Vallès Occidental, el Moianès y el Bages se encuentran dos macizos montañosos que conforman el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, y en la parte norte, más concretamente en la Serra de l’Obac está el pequeño pueblo de Mura, de poco más de 200 habitantes y que pertenece a la comarca del Bages, cuya capital es Manresa. De Mura son conocidas las diversas fuentes de agua tanto del casco urbano como de los campos de los alrededores, pero lo más conocido de Mura es una masía del siglo XI que se encuentra incrustada en el hueco de un acantilado en las afueras del pueblo, el Puig de la Balma. Esta espectacular construcción, que ha sido escenario de películas como Pa Negre (Pan Negro), es actualmente un centro de agroturismo con habitaciones, bar, restaurante y museo, y lo regentan descendientes directos de los primeros propietarios, la 27ª generación de los Puig de Mura.
El circuito que propongo es un itinerario circular con origen y final en el aparcamiento de Mura, junto al ayuntamiento. Tiene poco más de 7km en total y es apta para toda la familia (tiene sólo un par de subidas). No es la típica excursión de Mura al Puig de la Balma sino que tiene una variación al principio para visitar un par de fuentes. Hay que llevar un calzado cómodo para caminar por senderos, y agua si el día es caluroso (desconozco si las fuentes del camino son de agua potable). En el Puig de la Balma, a mitad del circuito, hay bar y restaurante por si apetece beber o comer algo (todo el género procedente del campo y de granja es de producción propia).
Aquí tienes una recreación 3D del circuito para que te hagas una mejor idea del recorrido y del terreno por el que discurre. Pulsa en la pausa si empieza a reproducirse antes de que acabe de cargarse el fondo. Durante la reproducción puedes cambiar el punto de vista moviendo el ratón con el botón izquierdo pulsado, y también acercar y alejar con la rueda del botón. Pulsa en la tortuga o en la liebre para cambiar la velocidad de reproducción.
Este circuito lo hice en marzo del 2012 y puede que los detalles que recuerdo y que voy a dar aquí no sean muy precisos. Empezamos en el aparcamiento que hay en la parte alta de Mura, junto al Ayuntamiento, y bajamos por una calle en dirección a la iglesia románica de Sant Martí. Mura es un pueblo pequeño y antiguo, por lo que vale la pena callejear un poco en búsqueda de rincones fotogénicos en lugar de ir directos hacia la iglesia.
Bajamos por el Carrer del Puig pasando por delante del restaurante Cal Carter, que tiene muy buena pinta. Al final de la calle un pastor alemán parece que esté posando para mí haciéndose el interesante.
Allí torcemos hacia la izquierda y seguimos por el Carrer Nou. Unos metros más adelante la calle se bifurca y nosotros seguimos por la derecha, hacia abajo, por la calle Sant Antoni Maria Claret.
Llegamos a un cruce de calles ya casi al límite del pueblo. Desde aquí tenemos la siguiente perspectiva de Mura, con la iglesia de Sant Martí al fondo a la izquierda.
En el cruce tomamos la calle de la derecha, el Carrer del Sol, que nos llevará directos hasta la iglesia de Sant Martí.
Rodeamos la iglesia hacia la izquierda pasando por delante de su fachada y nos dirigimos a la Riera de Mura para cruzarla por un pequeño puente y seguir por el sendero hacia el sur en dirección a la Font del Formatget. Creo que había indicaciones. Una mirada hacia Mura desde el sendero.
Remontamos un poco por el Torrent del Reixac y tras pasar al lado de unos campos giramos a la izquieda por otro torrente hasta encontrarnos con la Font del Formatget, bastante escondida bajo una mata de hiedra.
Seguimos subiendo por este sendero y a los 50 metros aproximadamente tomamos un desvío a la izquierda que nos lleva a la Font del Foradot, más espectacular que la anterior. Esta fuente debe su nombre al hecho que de se encuentra delante de una cueva, y lo primero que nos llama la atención es una masa de musgo que hay frente a la abertura de la cueva y de la que chorrea agua en abundancia.
Toda esta agua va a parar a una pequeña charca, donde salpica de forma sonora.
Hubo un tiempo que del techo de la cueva colgaban estalactitas, pero éstas fueron arrancadas.
Una vista de la cortina de agua de la Font del Foradot desde dentro de la cueva. La foto está obtenido a partir de dos disparos para conseguir un efecto de focal más corta.
Volvemos al sendero de antes del desvío y seguimos subiendo hasta llegar a una pista sin asfaltar, aproximadamente cuando llevamos recorrido 1,2km, en la zona llamada Les Blanqueres. Desde aquí tenemos la siguiente vista de Mura.
Proseguimos por la pista hacia la derecha. La pista asciende suavemente, y 300 metros más adelante cruza el Torrent de Reixac, que bajaba completamente seco cuando estuve.
La pista acaba trazando un giro de 180º a la derecha tras varias curvas, rodeando el cauce del torrente. En medio las ruinas del Mas del Reixac, que data del año 1.540.
Unas amenazadoras nubes emergen tras las montañas de detrás nuestro.
Bajo el tendido eléctrico de una línea de alta tensión tenemos otra panorámica de Mura, a algo más de 100 metros por encima de la población.
Aunque estemos en un parque natural no podemos evitar las molestas y hasta cierto punto peligrosas líneas de alta tensión. Estamos en una zona muy habitada.
La pista asciende un poco en dirección Oeste, y 100 metros después de cruzar la línea de alta tensión, a los 2,2km del aparcamiento, sale un sendero a la derecha que baja entre arbustos y matorrales hasta la Creu de la Vila.
Esta cruz de hierro se encuentra en el antiguo camino de Mura a Montserrat, y cuentan que durante los siglos XIV y XV protegió de la peste y de otras epidemias al pueblo de Mura. Otros cuentan que los peregrinos que se dirigían a Montserrat le pedían a la cruz la curación de algún familiar o lluvias para que acabara la sequía. El caso es que la cruz que vemos ahora fue reconstruida en 1939.
A mí esta cruz clavada en una piedra me recordaba más bien Excalibur, la famosa espada del Rey Arturo.
En la Creu de la Vila tomamos el sendero que sale a la izquierda, el camino de Montserrat. El sendero atraviesa un pequeño bosque, y a la salida de éste, sobre el kilómetro 2,7, vemos por fin el Puig de la Balma a lo lejos, así como una gran casa llamada La Vila.
Esta parte del sendero discurre por la cara norte de una colina, y es fácil encontrar líquenes sobre las cortezas de los árboles, en este caso una encina.
Y también es fácil econtrarse con un charco helado, sobre todo tratándose del mes de marzo, aún en invierno.
El sendero se vuelve a unir a la pista poco antes de cruzar el Torrent del Puig, sobre el kilómetro 3,2 del circuito. Desde aquí hay una buena vista de La Vila, una edificación antigua pero reformada muy próxima al Puig de la Balma y de la que desconozco el uso actual.
Al lado del camino hay algún viejo almendro en plena floración.
Cuando el camino se pone en dirección hacia La Vila tras cruzar el Torrent del Puig, a los pocos metros a nuestra izquierda arranca una cuesta que nos lleva a otra pista pasando por al lado de un establo con ovejas.
Una vez en esa pista nos dirigimos a la izquierda, hacia el Puig de la Balma. Tras pasar el establo tenemos una buena vista del Torrent del Puig y los campos que hay a los lados.
Seguimos hacia el Puig de la Balma, que ya estamos muy cerca.
Dentro del recinto hay diferentes edificaciones. El primero tras pasar la puerta es una tienda y el bar restaurante. Al fondo está la casa museo, en la que se rodaron escenas de la película Pa Negre (Pan Negro). Hay que pagar para visitar el museo, pero no recuerdo cuánto, aunque creo que no era mucho. Vale la pena ver las diferentes estancias de la casa y los diversos utensilios utilizados por las 27 generaciones de Puig que han vivido en esta casa, tanto herramientas como utensilios domésticos de uso cotidiano y ropa. Para las fotos del interior monté un objetivo luminoso de focal fija, concretamente un Minolta AF 50mm f/1.7. Aquí las fotos de la visita.
Por unas escaleras subimos a la terraza. Una terraza cubierta ya que sobre nuestra cabeza está la roca de la «balma«.
Regresamos a la planta inferior a echar el último vistazo.
Saliendo de la casa museo torcemos a la derecha frente a la capilla de Santa Margarida. A nuestra derecha pasamos otra edificación adosada a la antigua masía (la casa museo), que supongo son habitaciones a disposición de los huéspedes.
Y la siguiente edificación es una antigua bodega, en cuyo interior hay viejos toneles y diversos utensilios antiguos.
Frente a la bodega, fuera de la «balma» y junto a Santa Margarida hay otra casa, que no sé si son también habitaciones para huéspedes o la vivienda de los Puig.
Una vista desde la puerta de arriba.
Frente a la casa pequeña, la de las habitaciones, entre la bodega y la vieja masía.
Detalle de la pared exterior de la masía desde la terraza del bar.
Y por último la puerta de entrada… y también de salida, con un porrón de vino en la entrada al restaurante.
Salimos del Puig de la Balma y regresamos a la pista. Al pasar por al lado del establo de ovejas seguimos recto, y continuamos por la pista hasta llegar a la entrada a La Vila. Al pasar bajo un almendro florido aprovecho para fotografiar las flores con bokeh. Bokeh es un vocablo de origen japonés que se utiliza para denominar este tipo de desenfoque difuminado de fondo. En este caso no abro el diafragma al máximo para mantener todas las flores de las dos ramas en el foco, y el bokeh se obtiene de la gran distancia a la que se encuentra el fondo. De haber abierto el diafragma a f/6.3, que es el máximo con este objetivo a 200mm, el fondo habría quedado más difuminado, pero también algunas flores desenfocadas.
Salimos de la pista y tomamos el camino de la derecha que baja a La Vila. Tras pasar por al lado de una vieja casa, el camino gira a la derecha y se convierte en la pista que pasaba por debajo del establo de las ovejas.
Cuando se acaba el cercado a la izquierda del camino, salimos de él por un sendero que continúa rodeando la Vila, sobre el kilómetro 4,7 del circuito. Justo pasado el caserón, el sendero desciende notablemente, casi unos 20 metros de altura en poco más de 100 de camino, y luego baja más suavemente en busca del Torrent del Puig, que en algunos sitios denominan Riera dels Codolosos. Cuando llevamos caminado medio kilómetro desde La Vila llegamos a un claro de suelo rocoso por el que podemos cruzar el torrente.
Seguimos bajando por el torrente, pero ahora por la otra orilla, la derecha, hasta la Riera de Nespres, donde el camino gira a la derecha tras pasar por Cal Miqueló. A los pocos metros, a un lado del camino emerge del suelo un palier y parte de la carrocería de un coche, como si de un cadáver se tratara. Quizás fue arrastrado por una riada muchos años atrás. No sé si aún está.
Frente a nosotros en la otra orilla de la riera está el Molí del Mig, una antigua masía con molino de más de mil años que actualmente está museizado y se puede visitar.
Llegamos al camino de Cal Miqueló y cruzamos la riera por un puente.
También cruzamos el canal que va de la riera al Molí del Mig.
Poco antes de llegar a la carretera tomamos un sendero señalizado hacia la derecha y que nos hará cruzar de nuevo la Riera de Nespres en dirección a Mura. A la altura del kilómetro 6 pasamos por delante de un área recreativa en la otra orilla de la riera, en el Raval de Mura, con mesas y barbacoas. Se puede pasar por un puente que hay cerca de la Font de la Mascarosa. Nosotros seguimos por el camino y sobre unos 200 metros más adelante pasamos por las ruinas del Molí del Faura.
Después de dejar Cal Bonet a nuestra derecha llegamos a un puente que cruza la Riera de Nespres. Nos dirigimos a él y cruzamos en dirección a la Oficina de Información de Mura. Pasada dicha instalación tomamos la calle de la derecha, de nombre Alfons Sala, que nos llevará hasta la iglesia de Sant Martí no sin pasar junto a otra de las muchas fuentes de Mura entrando en la plaza Àngel Guimerà.
Ahora que no hay prisa me detengo a fotografiar la puerta de la iglesia románica de Sant Martí.
Y desde la esquina fotografío también la Plaça d’Àngel Guimerà, que parece saca de otra época si no fuera por los coches.
Desde la iglesia regresamos al aparcamiento por los mismos callejones de Mura que recorrimos al principio, ahora iluminados por otro tipo de luz y vistos desde otro punto de vista que nos permite descubrir rincones que quizás no percibimos antes.
Cuando pasamos frente a Cal Carter me encuentro al mismo pastor alemán que fotografié al principio, haciéndose el interesante. Es más, en una de las páginas de la web de Cal Carter aparece el mismo perro en el mismo sitio que la primera foto. Quizás te lo encuentres tú también.
Y hasta aquí este agradable recorrido por lugares con mucha historia de la comarca barcelonesa del Bages. Es posible que haya cometido algún error en las indicaciones o descripciones, pero estoy escribiendo de memoria mi primera salida senderista organizada por mí que ni siquiera seguí con GPS (el track de Wikiloc lo he tenido que hacer a mano). De todos modos creo que los errores serán mínimos porque el recuerdo es bastante intenso. Si te decides a hacer este circuito te agradecería que me informaras de los errores para mejorar la descripción.
Cómo llegar al Puig de la Balma en Mura
Previsión meteorológica
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